DOS.

4K 196 8
                                    

La noche transcurrió entre risas y pláticas de madrugada, vimos películas y nos entretuvimos hasta que el sueño nos venció. A las 03:00am pudimos oír el sistema de seguridad de afuera y supimos que Pierce ya se había ido.

Cuando desperté a la mañana siguiente tomé mi celular y me entretuve unos minutos hasta que mamá entró sigilosa y abrió las cortinas. La luz de lleno golpeó mi rostro.

-Buen día... -Me sonrió ahora sí. -Vamos a desayunar, despiértala y bajen. -Ordenó antes de irse.

Poco tardé en ir al baño y alistarme. Cuando volví con mi amiga me arrojé sobre ella.

La escuché quejarse, pero no se preocupó en moverse.

-¡Ya despierta maldita sea! -Exclamé riendo.

-Quítate de encima, no respiro. -Chilló.

Finalmente sonreí complacida, dándole espacio para que pudiera reincorporarse.

Ambas bajamos distraídas platicando de un sinfín de cosas a la vez, como siempre. De pronto respiró abruptamente, ahogándose con su propia saliva.

-¿Qué diab...?

-Tu hermano le puso me gusta a mi foto. -Emitió, respirando agitada. Presioné mis labios.

-No tengo ningún hermano. -Respondí.

-¡No seas tonta! -Me gruñó, defendiéndolo. La miré horrorizada. -Bruno se sentiría muy mal si te oye decir algo así.

-¡¿Y a mi que diablos me importa si se siente mal?! ¡¿y por qué de pronto te preocupan sus sentimientos?!

-¡No seas así, Jessica, él...! -

Miré al frente y al hacerlo chocamos con Harry vistiendo increíblemente admirable de pies a cabeza. Me confundió verlo por la mañana y me aturdió saber cómo yo iba vestida.

Durante las mañanas los fines de semana siempre estábamos solas. Papá siempre trabaja.

Inconsciente me miré y di un respingo.

No subiría a vestirme nuevamente, sería vergonzoso.

-Buen día. -Dijo él con una hermosa sonrisa.

-Buen día. -Fue mi amiga quién respondió. Mamá mientras servía las tazas de té y café me lanzó una mirada llena de gritos, la desaprobación estaba en sus ojos. Si tan solo me lo hubiera dicho.

Manteniendo la calma de no explotar, en silencio caminé tranquila a las escaleras. Luego subí corriendo a mi habitación hasta al final del pasillo.

Me vestí completamente. Un jean y una blusa de tirantes negra, ésta iba a juego con mis botas altas.

Al mirar lo que acababa de quitarme sentí vergüenza, esos pedazos de tela no era ropa. Reí nerviosa bajando de nuevo.

Mamá hablaba con Tati.

-Sabes que Jessica es un desastre... -Le decía mamá. ¿Y ahora qué hice? Mi amiga sonrió.

-Un desastre increíble Lourdes. -Me defendió ella sin miedo. Mamá suspiró mirándola.

-Se me había olvidado hacer algo. -Me senté frente al café que esperaba por mí.

Tomé la taza entre mis manos y la llevé a mis labios.

-Vestirte. -Mencionó mamá, con una sonrisa cargada de reproche.

-¿Papá? -Ignoré su comentario.

-Trabaja. -Respondió ella, entonces miré a Harry, confundida.

ARDER EN LIBERTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora