TREINTA Y SEIS.

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 Y allí estaban las dos, mirándonos con una sonrisa enorme, y a su vez, lo que a Pierce y a mí nos preocupó en sobre manera era el jardinero recargado en un rastrillo mirándonos atónito.

—Uhm... —Comencé, mirando a Harry.

—Tú encárgate de tus amigas, yo del jardinero. —Soltó una risa involuntaria.

¿Cómo era posible que no los hayamos notado?

Ambos tomamos direcciones diferentes.

—No es lo que piensan. —Procuré decir, pero liberé una risa al tonar sus rostros felices.

—¿Qué es eso que acaban de ver nuestros ojos? —Jadeó Sam, Vivi parecía estar sumergida en una especie de shock.

—Solo hablábamos. ¿Qué crees que viste? Debes estar confundida.

—¡No mientas! —Chilló Vivi finalmente.

—No sucede nada. —Negué. —Chicas, no fue nada. —Emití, porque confesarlo como algo más que un beso era mucho.

—¿Por qué nos mientes? Somos tus amigas ¿Lo recuerdas? —Me dijo Sami, herida. —En el club confesaste que estabas perdida por él y ahora él te besa así, como si se amaran, como lo que juraste ahí adentro que no pasaría. Y vienes y simplemente dices que no fue "nada". Está bien Jessica, puedes decírnoslo a nosotras.

—Entremos. —Les dije, ellas intentaron quejarse, pero no las dejé.

Cuando ellas entraron a la casa miré hacia atrás, Harry aun hablaba con el hombre que lo oía atento, seguro usaba alguna estrategia, en realidad deseaba oír qué estaba diciéndole.

El hombre en el proceso dio una mirada por todo el lugar y cuando se encontró con mis ojos suspiró soltando una risa breve rendida. <<Okey>> emitió mientras asentía, volviendo a Harry.

De pronto mi cuerpo estaba dentro de casa cuando una mano bruscamente me obligó a hacerlo.

—¡Chicas! Prometo que les diré, pero no será hoy. —Les susurré. —Quiero que me acompañen a un lugar... Cuando estemos ahí se los diré todo. —Prometí mostrando mi meñique.

Dejando todo en claro volví con mis amigos, pero esta vez Ethan estaba con ellos viendo las fotografías más a detalle con los demás. Dylan cómodamente en el sofá por su parte miraba el catálogo completo.

—¿Qué haces Ethan? Eres el adulto aquí. —Me acerqué a él, su vista se detuvo en mí y como burla arqueó sus cejas repetidas veces mostrándome mis propias fotos, haciéndome reír avergonzada.

—¿Cómo fuiste a parar aquí? —Preguntó, con calma, pero derrochando desprecio en su voz Nick.

—Esta es una de las cosas que mi padre quería y no pude rehusarme, firmó un contrato sin si quiera saber si estaba de acuerdo. No quise, no quería, pero no hay más opciones y no discutiré al respecto. —

—¿Tu padre quiso esto? —Dylan me miró sorprendido quitando la vista del catálogo.

—Quiere algo nuevo para mí, y otra distracción. —

Ellos soltaron una risa irónica.

—¿Acaso no sabe que esto es un mal camino? —Continuó Dylan.

—¿Mal camino para qué? —Pregunté, ahora yo soltando una risa incrédula.

—No quiero que te conviertas en alguien como ellas. —Señaló otra modelo del catálogo.

—Esto no me cambiará, no seré como ellas.

ARDER EN LIBERTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora