SETENTA Y CINCO.

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Busqué el contacto de Ethan y di un respingo al leer los mensajes que no había leído antes de su llamada.

"Ven ahora Jessica."

"Entren con cuidado, están aquí."

Miré a Harry, mostrándole los mensajes. Él cerró sus ojos un momento.

—Son mensajes de las 21:00 hs. Llegaron a esa hora. —Exhaló.

—No quiero, Harry. No quiero entrar. —Mi corazón latía como si estuviera a punto de explotar.

Harry tomó mi mano y la llevó a sus labios para besarla.

—Estaremos bien. —Aseguró. Inspiré profundo.

Asentí, tomando sus palabras y llevándolas a mi corazón.

—Es cierto, vamos, bajemos. —Nos alenté. Él me sonrió y juntos, procedimos a bajar.

Caminar hasta la puerta se me hizo como caminar directo a la horca. Lo oí soltar una risita mirándome al esperarme, yo mirando el suelo el césped, las estrellas, la luna, el auto, lo limpio que lucía.

Cuando finalmente llegué a él, Harry me abrazó, respirando hondo.

—Te amo. —Le recordé.

—Lo sé mi amor. También te amo. Tratemos de disfrutar su llegada. No tenemos que decirles ahora mismo. —

—Genial, porque no estoy lista. —Tomé aire. Él asintió.

—Tranquila. —Besó mi frente y me soltó. Al buscar algo en su mirada solo encontré lo que más esperaba, aquel amor lleno de seguridad que me hacía fuerte. Confiaba en nosotros. Y realmente creía que podríamos.

—Para serte sincera, —Lo detuve antes de que abriera. —No quería que lleguen aún. —Esbocé una mueca. Él divertido intentó regañarme, pero no pudo.

Ambos entramos y no pude evitar que mi corazón latiera aún más fuerte.

—Finge emoción aunque sea, pareces que venimos de un velorio. —Me dijo al oído, cerca de la sala. Eso me hizo reír.

Debía relajarme, disfrutarlos. Mis padres habían finalmente vuelto y no debía ser egoísta.

—¡Mamá! ¡Papá! ¡Por el amor de dios los extrañé tanto! —

—Demasiado, Jessica. —Masculló él, lo miré, él presionó sus labios pero comenzó a reír brevemente. Sonriente miré a mis padres que cómodos estaban en el sofá.

Ellos se pusieron de pie.

—¿Cómo les fue? —Mordí mi labio, deteniéndome allí, porque de pronto me sentí anclada al suelo. Harry me pasó y fue a abrazar a papá. Ethan me miraba con advertencia, Bruno expectante en cada movimiento que yo hacía y mi hermanita sonreía con una de aquellas sonrisas inexplicables.

—Ven aquí hijo. —Le dijo papá, riendo de la felicidad. Por el amor de dios. Luego de ver a su padre esto era demasiado. Miré a mamá que traía una cálida y sincera sonrisa.

—¿No me darás mi abrazo hija? —Preguntó mi padre al soltar a Harry, él extendió con felicidad sus brazos hacia mí. Sonriendo mientras tomaba aire fui a abrazarlo. Él me acurrucó con fuerzas. —¡Estas tan preciosa! ¡Tan grande!

Riendo saludé a mamá también, dándole un abrazo.

—Algo provocativa... —Me dijo ella, causando que la mirara llena de incredulidad. Terminé tragándome sus palabras, sonriendo de todas formas.

—No es cierto, luces bellísima. —Me dijo papá, evitando discusiones.

—No estoy peleándote Jessica, te extrañé de hecho, pero si te ves muy...

ARDER EN LIBERTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora