CINCUENTA Y UNO.

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Me levanté dispuesta a prepararme un buen desayuno porque sin motivos precisos sentí que el día lo meritaba.

—¿Qué tomaran? Yo Café. —Sonreí.

—¿Por qué no tomas otra cosa que no sea café?, te hará mal. —Ethan levantó la mirada de su teléfono.

—No importa gracias, quiero café. —Me encogí de hombros.

—Tomaré lo que quieras. —Concluyó finalmente.

—¿Harry? —Lo miré, el pareció pensarlo.

—Café. —

—Excelente elección. —Lo señalé, él soltó una risita.

—Ese es uno de los gustos y preferencias que sacaste a tu padre ¿lo sabias? —Me dijo él, sonreí asintiendo, pensando en ello.

—¿Lou? —La pequeña tenía toda su atención en su nuevo teléfono.

—Uhm... si quieren saber mi opinión el café es asqueroso, amargo y te deja un regusto feo. —Emitió, como si fuera obvio.

Me crucé de brazos, y al no captar su atención le arrojé un almohadón, golpeándola y asustándola. Harry a mi lado tocó mi pierna, riendo, pretendiendo regañarme.

—¡¿Y a ti que te pasa?! —Se quejó.

—Quiero saber qué quieres para tomar, no saber qué piensas del café. —

Ella resopló.

—Una chocolatada caliente por favor. Con galletas de chocolate. La chocolatada debe estar tibia, tres de chocolate, dos de azúcar, primero el azúcar antes del chocolate. —La observé, ella entonces me dio una de sus sonrisas adorables. No me convenció, pero asentí, marchándome para preparar todo eso.

—¿Puedo ayudarte? —Lo oí a Harry. Sonreí.

—Ajá. —Emití para que me oyera. Cuando llegué a la cocina Harry deslizó una mano por mi cintura acercándose a mi. Sonreí mucho, sintiendo su boca dar un gran beso en mi cuello. Riendo me volteé y tomé sus mejillas sonriendo y besándolo.

—¿Aja? —Me preguntó, riendo.

—Ajá. —Asentí. —Es mi desinterés fingido. —Sonreí. Él riendo me besó consecutivas veces.

—¿Cómo llegaste ayer? —Me preguntó en cuanto me soltó para que comenzáramos a hacer los desayunos. Besó mi hombro.

—No tan bien...—Liberé una risa nerviosa.

Flashback

"—¡¿Por qué no traes nada abajo Jessica?! ¡¿Dónde estuviste?!—Me había gritado con pánico el moreno.

Trabajando.

—¡¿Trabajando?!

— Si, de trabajadora sexual. —Asentí. Él palideció. —Ethan ¡¿Cómo qué donde estuve?! Estaba con Tati. —Lo regañé.

Él dio un respingo.

—No te creo Jessica. ¡¿Por qué vuelves con la mitad de la ropa?!

—Bueno, esto en realidad es gracioso. Comencé a imitar una risa intentando aligerar las cosas

—Me encantaría escuchar tu historia. —Y no habían pizcas de alegría en su voz

—Cosa va, cosa viene, mi blusa terminó completamente sucia con una mancha horrible y gigante. —Desvié mi mirada lejos de sus ojos. —Tati. Solté. —Sí, Tati fue. —

ARDER EN LIBERTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora