CINCUENTA Y SEIS.

1.6K 81 0
                                    

—No creo poder seguir con esto. —Murmuré. —Siento que voy a explotar Tati.

—Tranquila... —Me pidió, intentando calmarme. Habían pasado tres malditos días y no había vuelto a ver a Harry, escribirle era presionarlo y lo que menos quería era presionarlo. El día de ayer había vuelto a aparecer, pero solo estuvo con Lou jugando y por supuesto mi prima preciosa estuvo sobre él todo el miserable tiempo. —Todo volverá a la normalidad. No creo que se quede mucho tiempo.

—No está aquí ni una semana y ya no la soporto ¡Tati! Pondrá mucha distancia con Harry.

—Debe extrañarte. No habrá distancias cuando Solange ya no esté. —Me dijo en la línea, completamente segura, pero no era así.

—Yo soy la que lo extraña. Él ayer se veía igual que hace tres días. Aun está esa... horrible sensación en sus ojos cuando me ve.

—Ambas sabemos que el que esté molesto no son por las mismas razones por lo que lo estuvo Ethan. Llevará más tiempo. Te ama y la "traición" entre comillas, es diferente. —Ella suspiró. —Jessica, Harry no se acostado contigo aún, y tú estabas desnudándote públicamente frente a un montón de tipos sin más. —Exhalé. —Que haya sentido lo que siente o sintió, también creo que está bien.

—Lo sé. —Susurré. Oí una puerta desde el otro lado de la línea. —Sé que esto tiene mucho que ver con eso. Y mierda, lo entiendo. Harry me dijo que... Si hubiera terminado de desnudarme no podría, en ese entonces estaba de pie frente a mí, mirarme de nuevo a los ojos.

—Realmente te mandaste una cagadota. Busca alguna manera para hablar con él. —

—Es imposible, Tati, te digo que Sol esta encima de él. Recién él acaba de llegar y no pude ni siquiera decirle Hola sin que esté ella.

—¿Quieres que la haga desaparecer? —Me preguntó. Comencé a reír.

—Si no te conociera me hubiese dado miedo. —Sonreí. Bajé a la cocina, no había desayunado ni almorzado. Mi estómago pedía a gritos comida.

—Aguarda un momento. —Me dijo riendo. Oí algunos ruidos y luego la línea en silencio. Mientras tanto llegué a la cocina y busqué comida. En la línea de un momento al otro se escucharon risas y susurros.

No había nada para comer, la heladera estaba vacía. Otra vez.

Aparecí sin darme cuenta en la sala para reclamar comida, pero no era quien para reclamar, resoplé al ver a todos ahí.

Quería pasar desapercibida para volver a mi habitación, pero ellos ya me habían notado.

Harry estaba junto a Ethan, éste último reía de Sol, quien no sabía cómo hacer para llamar la atención de Harry.

Él intentaba leer unos papeles que traía en sus manos, se veían importantes.

—¿Quieres que nos juntemos? —Preguntó Tati nuevamente en la línea. —Salgamos a tomar aire. 

—Te lo agradecería muchísimo. —Sonreí —Esta casa es un asco, en todo sentido. —

Ethan me miró con una expresión de regaño y molestia, le sonreí inocente, dejando mi mano en su hombro estando a su lado.

—¿A qué hora? —Pregunté.

—Oh ¿saldrás? ¿Puedo ir contigo? —Preguntó Sol de pronto, mirándome, esperando una respuesta.

—No, lo siento. —Puse mi mejor cara de lastima.

—¿Por qué no? ¿Saldrás con algún chico? —

—Ajá. —Respondí oyendo a Tati reír escuchando todo desde la línea.

—Uhm... ¿cuatro? —Preguntó pensativa —Paso por ti en el auto de mamá, el mío necesita un cambio de aceite. ¡Agh! Espera... —Se hizo un silencio. —Basta... Shh. —La oí decir en un susurro. Extrañada me senté en el brazo del sofá, en donde mamá odia que me siente.

ARDER EN LIBERTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora