Kellin.
Me había percatado del chico que se encontraba junto a Ashley pero no había logrado reconocerlo, supuse que era un amigo suyo pues no lo había visto antes. Me acerqué a saludarlos y fue entonces cuando el misterioso chico se presentó: "Hasta que al fin vuelvo a verte, Kell", sus ojos azules brillaban emocionados mientras que sus labios se hallaban curvados en una inmensa sonrisa.
Yo conocía esos ojos, yo conocía esa sonrisa, yo conocía a ese chico. Me quedé helado, con los ojos abiertos de par en par y el corazón latiendo desenfrenadamente. Tenía a Andy Biersack justo en frente mío sonriéndome, había soñado con este momento desde hace 15 años.
Sin pensarlo dos veces, me abalancé a sus brazos no queriendo que ese abrazo terminara nunca pero mi programa estaba por comenzar así que quedé de reunirme con ellos en la cafetería de la esquina después de terminar mi programa.
Y ahora estoy aquí, en la sala de locución, sonriendo como un reverendo imbécil, pero simplemente no puedo evitarlo. Mi mente me exige concentración pero es ella misma quién me traiciona pensando en nuestro reencuentro, lo único que quiero es que llegue el final de mi vendito programa para volver a verlo.
* * *
Me adentré al local y logré divisarlo a unos cuantos metros de distancia, sus ojos se posaron en mí y automáticamente me sonrió al tiempo que hacía gestos con la mano izquierda para que me acercara, le sonreí de igual manera y me fui acercando a la mesa. Una vez que estuve lo suficientemente cerca, me senté en la silla (ni modo que en la mesa, bue).
-Hola- saludé con una sonrisa nerviosa y me sentí estúpido al instante. Ya nos habíamos saludado pero le resté importancia.
-Hola.
Entonces me percaté de la ausencia de Ashley, fruncí el ceño levemente, él dijo que también me esperaría junto con Andy. Supuse que tenía cosas que hacer y por eso nos había dejado solos, aún así pregunté por él para salir de dudas:
-¿Y Ashley?
-Se ha marchado, hace no más de un cuarto de hora. Dijo que tenía una cita con alguien importante.
-¿Una nueva conquista?
-Supongo.
-Ese tipo ya no cambia, ¿ya ordenaste?
Él negó con la cabeza.
-No, te estaba esperando.
Sonreí. Una mesera se acercó hacia nosotros.
-¿Qué desean ordenar?- preguntó con amabilidad.
A decir verdad, yo no tenía hambre, así que sólo ordene café y Andy también. Y una vez que la muchacha se marchó, me dispuse a hablar nuevamente:
-Me has tomado por sorpresa, Andy. De veras que esto no me lo esperaba.
-¿No querías verme?- inquirió con una ceja alzada.
-No no no- me apresuré a responder negando con la cabeza repetidas veces-. Me hace sumamente feliz volver a verte, es sólo que desde que te fuiste perdí toda esperanza de volver a verte.
Y era verdad, desde que Andrew se marchó, creí que nunca volveríamos a vernos, aunque siempre soñé con volver a verle, poder abrazarle y hacerle saber lo mucho que le había extrañado pero nunca creí que fuera posible, hasta hoy. Durante todo este tiempo pudimos haber hablado por teléfono, él se sabía de memoria el número telefónico de casa pero jamás me llamó durante estos quince años y nunca lo pude entender, éramos los mejores amigos del mundo ¿Cómo es que no me marcó ni una sola vez?. Todos los días me paraba frente al teléfono esperando ansioso por su llamada que jamás llegó, entonces con el pasar del tiempo me resigné, él se había olvidado de mí, supuse que estaría muy ocupado con sus nuevos amigos y su nueva vida allá en América.
-Yo también creí que no volveríamos a vernos, extrañaba mucho Londres pero mi madre necesitaba continuar con su tratamiento, ella era lo único que me retenía allá en Ohío. Por eso es que tras su muerte, decidí que lo mejor sería volver.
-Siento lo de tú mamá, debió ser muy difícil para tí.
Andy sólo tenía a su madre, su padre los abandonó cuando él sólo tenía unos cuantos meses de vida. Debió ser muy difícil para él, perder a su madre, ella era una mujer realmente buena.
-Sí. Pero fue lo mejor, ella estaba sufriendo mucho con esa enfermedad, ahora por fin ha descansado.
Se lo oía realmente triste, entonces creí que lo mejor sería cambiar de tema, no me gustaba verlo triste. De alguna manera, su dolor también me dolía.
-Has cambiado mucho, Andy. Casi no te reconozco.
Sonrió ante mi comentario.
-Tú también lo has hecho, Kellin. Es lógico, crecimos.
La mesera llegó nuevamente con nuestros cafés y después de darle las gracias, se marchó por donde había llegado.
-Entonces...-le dí un sorbo al café y luego deposité la taza en la mesa-, ¿planeas quedarte aquí?
-Así es, ya no hay ninguna razón para volver a América.
Escuchar eso me puso sumamente feliz, él no se iría de nuevo. Se quedaría aquí en Londres y podíamos vernos seguidamente.
-Estupendo, es decir, podemos vernos cuando queramos- sonreí- estás viviendo en tu antigua casa, ¿cierto?- el sólo asintió dándole un sorbo a su café, después clavó su mirada en mí y respondió:
-Pero yo no sé en dónde vives.
-Es verdad, lo había olvidado. Pero si quieres, podemos ir a mi departamento ahora para que lo conozcas.
-Claro, me parece perfecto.
Terminamos nuestro café, y después de pagar la cuenta, nos dirigimos hacia la salida del local con rumbo a mi departamento, mi amigo y yo.
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Amigos. [Kandy Quiersack]
FanfictionEl destino decidió separarlos cuando apenas eran unos niños, y fue el destino mismo quién volvió a reunirlos tras muchos años de distanciamiento. Con el pasar de los días, después de tan furtivo reencuentro, ambos se ven envueltos en un extraño sent...