Sentados frente a frente, Andrew y Kellin conversaban animadamente. No habían parado de hablar y reír desde que llegaron al departamento de Kellin, a lo largo de esos 15 años distanciados. Ambos habían vivido memorables momentos que merecían ser contados. Se encontraban tan inmersos en su platica que ni siquiera se habían dado cuenta de que ya había anochecido.
-¿Tuviste que ir disfrazado de oso polar a la fiesta de cumpleaños de tú hermana? Debes estar bromeando Kellin.
Andy soltó una carcajada, las anécdotas de su amigo eran muy graciosas, claro que a Kellin no le causaban mucha gracia.
-No me quedó de otra, ¡me quedé atorado en el disfraz!
Andy se deshacía de la risa en el sillón imaginándose a Kellin vestido de oso polar en una fiesta elegante mientras que los demás invitados lo miraban como si fuera un espécimen raro. Kellin, por su parte, lo observaba con fascinación, el chico se había puesto bastante guapo y lo era aún mucho más cuando reía, "es hermoso" pensó Kellin. De pronto, salió de su ligero transe y sacudió su cabeza un par de veces, intentando alejar pensamientos que no debían estar rondando en su cabeza.
-Tus anécdotas son memorables, Quinn -habló Andy, recuperándose del ataque de risa en la que se había envuelto hacia apenas unos segundos antes.
-Sí que lo son -repuso su amigo-. Y qué hay de tí Andy, desde que llegamos no hemos dejado de hablar de mí. Cuéntame como te ha ido hallá, supongo que has hecho muchos amigos.
-Se puede decir que sí. Al principio no fue fácil adaptarme, todo era nuevo para mí -Kellin escuchaba con suma atención todo lo que su amigo relataba-, pero al poco tiempo las cosas fueron mejorando. Hice muy buenos amigos en la escuela, amigos con los que sigo contando hasta ahora.
Repentinamente, Kellin se sintió mal, recordaba todas aquellas veces en las que esperó en vano que su amigo lo llamara. Sus sospechas eran ciertas: Andy había hecho nuevos amigos y se había olvidado de él. Se sintió estúpido, él había derramado lágrimas por él, inclusive le había escrito cartas en dónde le comentaba sobre su vida y también en dónde le decía lo mucho que lo extrañaba, esas cartas nunca llegaron a las manos de Andrew pero, de alguna manera, él se sentía bien redactando sus sentimientos en una hoja de papel. Desde luego que la amistad de ambos ya no era lo mismo que antes pero si Andy se molestó en buscarlo era porque aún no lo había olvidado, al menos no del todo. Pero la duda lo estaba carcomiendo, él necesitaba saber por qué su amigo no lo había llamado ni siquiera una sola vez desde que se marchó, abrió los labios para hacerle aquella pregunta que rondaba en su cabeza desde hacía 15 años, pero unos golpecitos en la puerta lo hicieron detenerse.
Suspiró frustrado y caminó hacia la puerta. Se sorprendió un poco al ver a su inoportuna visita: Simone, su novia.

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Amigos. [Kandy Quiersack]
FanfictionEl destino decidió separarlos cuando apenas eran unos niños, y fue el destino mismo quién volvió a reunirlos tras muchos años de distanciamiento. Con el pasar de los días, después de tan furtivo reencuentro, ambos se ven envueltos en un extraño sent...