Kellin.
No fue un despertar bastante agradable que digamos. La cabeza me dolía horrores y, aunque no me había mirado a un espejo aún, sabía que mi aspecto era lamentable. Al reincorporarme en el sillón, sentí la escrutadora mirada de mi padre sobre mí, genial.
-Buenos días -murmuré apenas.
-No tan buenos para tí, por lo que veo -seguía mirándome fijamente. Yo, por mi parte, mantenía la mirada en el suelo, en un intento por que no notara tanto mi deprimente aspecto, pero al parecer, eso no estaba resultando del todo-, ¿Me dirás que te pasa?
-No me pasa nada, estoy bien -intenté alejarme del lugar lo antes posible para evitar aquella charla "padre e hijo" pero él me detuvo.
-No me mientas, Kellin. No estás bien y me preocupas, sabes que puedes confiar en mí -me miró preocupado. No estaba muy seguro de si contarle toda la verdad sería buena idea o no.
-No es nada grave, papá. Puedes estar tranquilo -intenté darle una sonrisa tranquilizadora, pero creo que me salió más como una horrible mueca.
-¿Cómo te atreves a decir que no es nada grave? Estuviste llorando casi toda la noche, te escuche desde mi habitación, pero no bajé porque consideré que necesitabas desahogarte -pues consideraste bien padre, porque en verdad lo necesitaba-, pero ahora que ya estás mejor, puedes confiar en mí y decirme lo que te sucede. Estás así por ella, ¿verdad?
Suspiré hondamente, sabía que no me libraría de los interrogatorios de mi padre hasta contarle toda la verdad. Me senté nuevamente y él imitó mi acción.
-Para empezar, no es una "ella", es un "él" -aclaré y los ojos de mi padre se abrieron como platos ante la sorpresa-. Pero no soy gay -me apresuré a decirle antes de que sacara conclusiones erradas-, él es el único hombre que logra poner mi mundo de cabeza.
-Eso no me lo esperaba -mi padre continuaba atónito ante mi confesión-, pero supongo que está bien.
Tomé eso como un: "continúa hijo, estoy aquí para escucharte y aconsejarte sin juzgarte".
-El punto es que estoy perdidamente enamorado de él, pero él no me corresponde. De algún modo, es culpa mía haber construido castillos en el aire, nunca creí que que su destrucción me saldría tan caro.
Y era verdad, la culpa era mía por haberme ilusionado de aquella forma con él, por haber planeado en mi cabeza nuestro futuro juntos sin conocer sus sentimientos, sin saber lo que él realmente quería para su vida.
-A veces los seres humanos somos muy idiotas -habló mi padre después de un par de minutos-, amamos a quiénes nos lastiman y lastimamos a quiénes nos aman -sabía que se estaba refiriendo a Simone con aquella frase-. Yo no sé cómo fueron las cosas exactamente, pero de lo que estoy seguro es que ese chico, sea quién sea, no se merece tus lágrimas. Así como tampoco tu novia no se merece nada de lo que le hiciste.
Sabía que mi padre tenía toda la razón del mundo y eso sólo me hacía sentir más miserable de lo que ya era.
-Entonces, ¿qué se supone que debo hacer?
-Ser feliz al lado de Simone -dijo firme-. Sé que te sientes culpable por haberla engañado y sé que piensas que no puedes estar con ella por tal motivo, pero todas las personas cometemos errores pues es lo que nos hace humanos, lo importante es que estás arrepentido. Ella es una buena chica, sé que ustedes serán muy felices juntos.
Tal vez mi padre tenía razón, quizás mi verdadero destino era estar al lado de ella. Tal vez, todo este tiempo, he sido muy idiota y no me he dado cuenta de que mi felicidad se resumía en una sola persona: Simone.
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Amigos. [Kandy Quiersack]
FanfictionEl destino decidió separarlos cuando apenas eran unos niños, y fue el destino mismo quién volvió a reunirlos tras muchos años de distanciamiento. Con el pasar de los días, después de tan furtivo reencuentro, ambos se ven envueltos en un extraño sent...