*SEIS*

501 62 20
                                    

-Andy, ella es Simone, mi novia. Simone, él es Andy un viejo amigo -Kellin procedió a presentarlos mutuamente.

-Es un gusto conocerte, Andy -Simone le extendió la mano.

-El gusto es mío -respondió Biersack estrechando su mano-. No es porque hayas llegado tú pero yo ya tengo que irme.

Mintió, en realidad se iría porque la chica había llegado, claro, tampoco era como si planeara quedarse a dormir en la casa de su amigo pero si la chica no hubiese llegado él se hubiera quedado un poco más, eso seguro.

-Está bien, no te preocupes -habló la mujer con una sonrisa.

-¿Ya te vas? -había cierto tono de decepción en la voz de Kellin.

-Sí, ya es un poco tarde. Tengo cosas que hacer -mintió.

-Está bien, te llevaré a casa.

-No, no es necesario. Tomaré un taxi.

-Nada de taxi, yo te llevaré a casa -insistió Kellin.

-Siempre tan insistente, Kellin -articulo Andy con una sonrisita.

-Y tú siempre tan necio, Biersack -repuso sonriendo de igual manera.

Simone los observaba en silencio, Kellin nunca le había hablado sobre ese chico. Pero por lo que veía, eran muy buenos amigos, tal vez Kellin solo se había olvidado de hablarle sobre él, siempre había sido bastante despistado.

-Vamos, te llevaré -Kellin se volvió hacia su novia-. Volveré pronto, ¿está bien?

-Sí, te esperaré.

Y se despidieron con un corto beso en los labios. Andy contemplaba la escena un tanto sorprendido, él siempre había creído que Kellin era gay pero por lo que veía, se había equivocado enormemente.

* * *

Durante el camino hacia la casa de Andy, ambos chicos continuaban conversando.

-Mañana a primera hora iré a buscar trabajo -habló Andy.

De pronto Kellin tuvo una idea. Él conocía el trabajo perfecto que su amigo podía desempeñar.

-Tú tienes una muy buena voz -dijo Kellin.

Andy lo miró confundido, su amigo desvió su mirada por un momento del camino para mirarlo y añadió:

-Bueno, como tú ya sabes, yo tengo un programa de radio - Andy todavía lo miraba confuso-. Tú podrías ser mi compañero de locución.

Eso lo había tomado por sorpresa, él se había imaginado trabajando hasta de niñero pero nunca se imaginó trabajando como locutor.

-Yo no sé qué decir -respondió finalmente-. No creo poder hacerlo.

-Por supuesto que puedes -lo animó Kell-, yo sé que al principio puede ponerte nervioso hablar para un montón de personas desconocidas, pero con el tiempo perderás el "pánico escénico" y se te hará algo muy sencillo, créeme te lo digo por experiencia.

-Supongo que tienes razón -se limitó a contestar.

Recibir un sueldo solo por hablar se oía sencillo pero él no estaba muy seguro de poder hacerlo bien. El auto se estacionó frente a la casa de Andy, habían llegado ya.

-Piénsalo Andy y mañana me dices si aceptas o no. Hace ya un tiempo que hemos estado buscando alguien que pueda conducir el programa conmigo pero no habíamos encontrado al indicado. Y como te dije hace unos instantes, tú tienes una voz muy bonita.

-Está bien Kell, lo pensaré -Kellin lo miró con una sonrisa adornando su rostro-. Gracias por traerme.

-No agradezcas, lo hice con gusto.

Y silencio. Había llegado el momento de despedirse pero ninguno de los dos quería hacerlo por alguna razón.

-Andy -susurró Kellin-, no sabes lo feliz que estoy de que estés de nuevo aquí.

-Yo también lo estoy Kell, extrañaba este lugar y te extrañaba a ti.

El corazón de Kellin comenzó a latir más deprisa ante esas últimas palabras y una gran sonrisa apareció en su rostro. Recordó de repente la pregunta que estaba por hacerle antes de que su novia llegara, pero antes de que pudiera formularla, Andy habló nuevamente:

-Tengo que bajar. Hasta mañana Kellin.

-Descansa, Andy. Nos vemos mañana.

Y entonces el más alto bajó del auto dirigiéndose hacia la puerta de su casa y Kellin se quedó mirándolo hasta que desapareció por la puerta.

Amigos. [Kandy Quiersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora