*VEINTICINCO*

301 49 6
                                    


Estaba haciendo su mayor esfuerzo para no llorar. La respuesta de Andrew le había dolido demasiado. El más alto pudo notar que los ojos de su amigo se habían cristalizado, lo que menos quería era verlo llorar, no quería verlo sufrir, porque de algún modo, el dolor de Kellin también le dolía.

-No me mal interpretes, Kell yo... -intentaba enmendar su error de alguna manera, pero simplemente no hallaba las palabras adecuadas-, soy un idiota, no quise decir eso. Lo siento.

Se acercó hasta el más bajo y rodeó todo su cuerpo con sus brazos. Kellin sólo guardó silencio y disfrutó el momento, era increíble como ese chico le hacía sentir tantas cosas a la ves. Quería golpearlo y quería besarlo a la vez.

Andy comenzó a depositar cortos besos sobre el rostro de Kellin, éste sólo cerró los ojos y se dejó mimar por su amigo. Definitivamente, no había mejor paraíso que los brazos de Andrew.

-No te entiendo -susurró apoyando su cabeza en el pecho del más alto sin romper el abrazo.

-Lo mismo digo de ti.

Kellin se separó de él por completo para poder mirarlo a los ojos.

-¿Porqué dices no entenderme? -preguntó confundido.

-Digamos que no comparto tu manera de pensar.

Sabía perfectamente a lo que se refería con eso y esas ganas de llorar volvieron a apoderarse de él.

-¿Porqué no quieres tener nada serio conmigo?

Temía mucho la respuesta que su amigo podía darle, pero quería salir de dudas de una vez por todas.

-No me gustan los formalismos, Kellin. Eso es todo -desvió la mirada hacia cualquier otro sitio.

-¿Entonces quieres seguir con nuestra relación de 'amigos con derecho a todo'? -el chico asintió en respuesta-, ¿No te molesta tener que ser la segunda opción?

Esperaba, de alguna manera, hacerlo cambiar de opinión con aquella pregunta.

-No -respondió con una sonrisa-, a final de cuentas, yo también salgo beneficiado -le guiñó un ojo.

-Dijiste que me amabas -susurró. Cada vez se le hacía más complicado pronunciar las palabras gracias al nudo en su garganta que se iba acrecentando cada vez más.

-Y lo hago -respondió intentando acercarse. Kellin lo detuvo.

-Bonita manera de demostrarlo -dijo irónicamente.

-¡Entiende que no es necesario ser novios para demostrarlo! -Andy había levantado la voz imprudentemente, la actitud de Kellin estaba terminando con su paciencia-. Entiende que no necesito pedirte que seas mi novio para demostrarte lo mucho que te amo -pronunció más calmado-, estoy conforme con tenerte sólo como mi amigo especial.

-Pues yo no. Ya no mientas más, tú no me amas.

-Por supuesto que lo hago.

-No te creo.

-¡Piensa lo que quieras!

La actitud de Kellin había terminado con su paciencia. Le molestaba mucho el hecho de que el chico dudara de él pues lo amaba con toda su alma y creía habérselo demostrado ya.

Kellin se quedó en silencio por unos instantes sintiendo como las lágrimas escapaban de sus ojos.

-Bien -musitó antes de caminar hacia la puerta.

Andrew quería detenerlo pero sabía que no debía hacerlo. Ninguno de los dos cambiaría de opinión. Una cosa estaba clara: aquella noche, probablemente, sería la última vez que vería a su amigo.

Amigos. [Kandy Quiersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora