*TREINTA Y UNO*

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Kellin.

Jamás creí que planear una maldita boda fuera tan estresante. La ceremonia, el traje, el vestido, la decoración, la música, los invitados... ¡estaba a punto de volverme loco!

-¡Oh Dios! Mira este, Kellin... Es precioso, ¿no lo crees? -oí la emocionada voz de Simone al lado mío.

Estábamos instalados en uno de los sillones de su lujosa y espaciosa casa, observando un montón de revistas con cientos y cientos de fotografías de vestidos de boda.

Ahora que lo pienso... ¿porqué era yo quién la estaba ayudando a escoger su vestido?. Si, yo era el novio, pero... ¿No se suponía que no debía ver el vestido antes de la boda? ¿O era que no podía ver a la novia vestida antes de la boda, pero sí el vestido sin la novia? Hum..

-Si, hermoso... -respondí casi por inercia. Ni siquiera había mirado la foto porque, siendo sincero, me daba igual.

-Ni siquiera lo estás viendo -el entusiasmo que reflejaba su rostro se esfumó. Me miraba muy seria, con cierto reproche-, ¿Qué pasa contigo?

¿Que qué pasaba conmigo? Lo cierto es que ni yo mismo lo sabía. Estaba a punto de casarme con mi hermosa novia de, prácticamente, toda la vida y no podía evitar sentirme el hombre más infeliz del planeta tierra, ¿Por qué? No lo sabía... O eso quería creer.

-Nada, no pasa nada, ¿Qué iba a pasar?

-Pasa, por supuesto que pasa algo contigo y no sé qué es. Es como si estuvieras en otro mundo. Estás distante, casi no hablas, no me escuchas, no participas en los preparativos, ¡parece que la única que está emocionada con la boda soy yo! ¡No lo entiendo!

¿Cómo podía entender? Ni siquiera yo mismo me entendía.

¿Qué me sucedía?. Por más que intentara concentrarme no podía, por más que intentara poner una sonrisa en mi rostro, ésta simplemente no salía, por más que intentara dejar de pensar en él no podía. No podía y no quería.

Él no merecía las lágrimas que derramaba por él en las noches en la soledad de mi habitación, él no merecía mi amor, él no merecía nada de mi porque, aunque me doliera admitirlo, él no me quería. Para él no había sido nada más que un simple pasatiempo y pensar en eso me rompía el corazón en miles de pedazos.

Entonces, ¿Porqué no podía dejar de extrañarlo? ¿Porqué no podía dejar de pensarlo? ¿Porqué no podía dejar de llorarlo? ¿Porqué no podía dejar de amarlo?

-¿No dirás nada? -la voz quebrada de mi futura esposa logró sacarme de mis tortuosos pensamientos. Sus ojos brillaban a causa de las lágrimas retenidas al igual que los míos, pero por razones completamente diferentes- ¿No me quieres? ¿No quieres casarte conmigo?

-No pienses cosas que no son ciertas -murmuré tomando su mano, acariciándola lentamente-. Por supuesto que quiero casarme contigo, nunca lo dudes si quiera, eres lo mejor que me pudo haber pasado en la vida. Siento el haber estado un poco distante, es sólo que el estrés puede conmigo, pero no volverá a suceder, lo prometo. Te amo...

Era la mentira más grande que había dicho en mi vida. Con quién quería casarme era con él, a quién amaba era a él... Andrew.

Pero así como se ama a una persona, así también se olvida y yo estaba más que seguro de que iba a lograrlo. Iba a olvidarlo y entonces podría corresponder a Simone, la única persona que realmente se merecía mi amor.

No iba a sufrir ni un maldito segundo más por alguien que no me quiso y jamás me valoró. A partir de ahora, la única persona que ocuparía mi cabeza y mi corazón sería ella, mi linda y dulce Simone.

¡Seré feliz sin ti. No te necesito, Andrew Dennis Biersack, ¿me oyes? No te necesito!

* * *

Holaaaaa :D *le tiran piedras, ladrillos y todo tipo de instrumentos noqueadores* No me odien ni me puteen aun, recuerden que esto aún no termina y le faltaba algo de drama ah.

Quiero dedicarle este capítulo a Nik_Biersack_Quinn. Muchas gracias por leer, votar y comentar siempre, fiel lectora <2+1.

Gracias a todas en general. Nos leemos en la próxima actualización dentro de 30 años. All the love x.

Amigos. [Kandy Quiersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora