*VEINTIOCHO*

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Andrew

Una semana, ese era el tiempo exacto que llevaba sin saber absolutamente nada sobre Kellin. Aquella noche fue la última vez que hablamos, y desde aquel día no lo he vuelto a llamar, no lo he vuelto a buscar, así como tampoco he ido a la emisora, probablemente ya estaba despedido pero eso me daba igual. Tenía que admitir que lo extrañaba inmensamente, pero mi estúpido orgullo me impedía ir a buscarlo y pedirle perdón por lo sucedido.

Me vestí, sin mucho ánimos, con lo primero que encontré en el camino y me recosté en mi cama nuevamente. Me sentía tan sólo, patético y miserable, ¿porqué todo tenía que salirme mal siempre?. Suspiré frustrado y me giré hundiendo el rostro en la almohada, cuestionándome esas tonterías sólo lograba frustrarme aún más.

Se escucharon ligeros golpes en la puerta de mi habitación lo cuál me asustó un poco, ¿estaría mi casa embrujada?, descarté esa posibilidad casi al instante y me incorporé en la cama. Una pequeñísima parte de mi, alojaba la posibilidad de que la persona que estuviera parada del otro lado de la puerta fuera Kellin, no podía evitar sentir una pizca de emoción y felicidad ante aquel pensamiento. La puerta volvió a ser tocada un par de veces, antes de que se abriera por completo revelando a mi inesperado visitante.

Me llevé la decepción de mi vida al ver a Ashley cerrando la puerta nuevamente. Bufé molesto y dejé caer mi cuerpo con pesadez sobre la cama, otra vez.

-¿Qué haces aún recostado a esta hora? Son las once del mediodía -dijo en tono de reproche.

-La pregunta sería, ¿qué estás haciendo tú en mi casa fastidiando a esta hora? -solté malhumorado.

-Hey, relájate, Biersack. Vine a verte porque me tenías preocupado, últimamente no respondes mis llamadas y mensajes, creí que un sádico había entrado a tu casa y te había violado hasta medio matarte -comentó horrorizado. Puse los ojos en blanco ante su exagerada teoría-. No me extrañaría que eso sucediera realmente, la puerta principal ni siquiera tenía seguro, cualquiera podría entrar a tu cada tranquilamente y tú ni lo notarías.

-En estos momentos me da lo mismo si viene un sádico, como tú dices, o quién sea y me mate. No me importa absolutamente nada -murmuré mirando algún punto fijo de la habitación.

Le oí suspirar y acercarse un poco más. Se sentó a un lado de la cama y preguntó:

-¿Mal de amores? -asentí levemente dándole entender que estaba en lo correcto-. Lo imaginé, cuéntame quién es la afortunada y qué te ha hecho.

-Afortunado -aclaré mientras lo miraba de repente. Sus ojos se agrandaron ligeramente ante la sorpresa, más no dijo nada-, y más bien, lo que yo le hice a él.

-Soy todo oídos, cuéntame que sucedió, no omitas ningún detalle -me incitó a continuar.

Tomé aire y comencé a relatarle todo lo sucedido desde mi regreso. No tenía caso ocultárselo él seguía siendo mi mejor amigo, después de Kellin, lógicamente.

Luego de concluir mi extenso relato, la habitación quedó sumida en un silencio sepulcral que comenzaba a incomodarme, hasta que él decidió romperlo.

-Wow -habló mi acompañante finalmente-. Debo reconocer que todo lo que me comentaste me ha dejado algo perplejo.

-Y..., ¿Qué opinas sobre la situación?

-Opino, mi querido amigo, que fuiste un verdadero idiota con todas las letras -no respondí, sabía que tenía razón-. Creo que, para recapacitar, te hace falta una palmadita... en la cara... con una motosierra.

Lo miré de mala gana, aunque sabía que en eso también tenía razón.

-Sé que fui muy imbécil pero...

-Pero nada, nada justifica la estupidez que hiciste, ¿no pensaste acaso en Kellin?

-Fue exactamente pensando en Kellin que tomé aquella decisión -comenté molesto. Él me miraba confundido-. No soy ni la mitad de lo que él merece y necesita. No sé cómo ser un buen novio, temía lastimarlo y salir lastimado yo también. No soy muy bueno en eso de las cuestiones amorosas -concluí cabizbajo.

-Eso es lo más estúpido que escuché en mi vida -afirmó convencido, nuevamente no respondí-. Se supone que cuando uno ama realmente, arriesga todo por estar al lado de esa persona, sin importarle absolutamente nada ni nadie, tú acabas de alejarlo de tí y es algo que no puedo comprender. Sé que estás algo asustado porque nunca has estado en una relación seria y temes ser un mal novio, pero nadie nace sabiendo Andy. Creo que acabas de cometer la estupidez más grande de tu vida.

-Entonces crees que yo debería... -dejé la frase en el aire. No sabía que debía hacer ante esa situación, necesitaba un consejo.

-No creo ser el mejor dando consejos, de todos modos lo intentaré. Piensa esto: el que no arriesga no gana. Sinceramente pienso que deberías ir a disculparte con Kellin y recuperarlo si realmente lo amas como dices hacerlo. Sé qué tu lugar está al lado de ese enano gruñón. Estoy seguro de que te perdonará.

Me sonrió dándome la confianza que necesitaba. Él tenía toda la razón, debía recuperarlo, por supuesto que lo haría, después de todo, ya no tenía nada más que perder. Reuní el valor y coraje necesarios y me paré de la cama.

-No me veo tan mal, ¿cierto? -comencé a dudar de mi aspecto.

-Al menos no te ves como un vagabundo -comentó mi amigo observándome de pies a cabeza. Eso fue suficiente para que caminara hacia la puerta completamente decidido-. No olvides llevarle flores -le oí decir al idiota antes de salir por la puerta con rumbo hacia la casa de Kellin.

* * *

Nunca había hecho esto antes, pero me gustaría dedicar este capítulo a xMrsCliffwinx, tú mensaje me inspiró a escribir este capítulo, muchas gracias linda, te loveoh (: también va dedicado a @Arielsosax (perdón, esta mierda no etiqueta), gracias por todas tus dulces amenazas de muerte, te quiero ;-;

Amigos. [Kandy Quiersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora