*SIETE*

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Andy.

Hoy se cumple exactamente un mes desde que comencé a trabajar como locutor junto a mi mejor amigo Kellin y por tal motivo él me ha hecho una invitación a un bar para celebrar mi primer mes trabajando en aquella radio y también porque nos hacía falta un poco de diversión, Ashley también estaba invitado.

Lo cierto es que desde que comencé a trabajar con Kellin, el programa empezó a tener más éxito, la gente decía que hacíamos un gran equipo y es verdad, ambos nos complementamos a la perfección.

Los dos nos habíamos vuelto mucho más cercanos, se podía decir que inclusive aún más que cuando éramos niños. Y es que, disfrutábamos mucho la compañía del otro.

Durante este mes que he pasado junto a Kell, he aprendido muchas cosas sobre él: sus series favoritas, sus libros favoritos, sus películas favoritas, su comida favorita e infinidades de cosas más. Todas las tardes, después de finalizar nuestro programa, nos reunimos siempre en el café de al lado para conversar y amaba eso, amaba poder pasar tiempo con él, estaba empezando a sentir cosas que nunca antes había sentido por alguien y eso, de alguna manera, me aterraba. Él era mi amigo y no debía sentir por él nada más que no fuera cariño de "hermanos".

Me miré en el espejo de mi habitación por última vez y luego fijé la mirada en el viejo reloj de pared, 08:50pm Kellin no tardaría en venir por mi. Afortunadamente yo ya estaba listo.

* * *

Cuando llegamos al bar mi celular vibró en uno de los bolsillos traseros de mi pantalón, era un mensaje de Ashley.

Purdy. 09:30pm.

Lo siento, no podré ir con ustedes al bar. Se me presentó un trabajo , y sí por "trabajo" me refiero a una rubia de enormes senos y buen trasero. Diviértanse, yo haré lo mismo ;)

-Maldito bastardo -susurré.

-Qué pasa -Kell me miraba con el ceño levemente fruncido.

-Ashley no vendrá, dice que tiene "trabajo" -mencioné haciendo comillas en el aire, Kellin comprendió al instante a lo que me refería.

Nunca fui muy aficionado a la bebida por lo que sólo bebí un poco pero no se podía decir lo mismo de Kellin, no estaba extremadamente borracho pero sí lo suficiente como para reírse de cualquier estupidez que le comentara, bueno por lo menos no era uno de esos borrachos nostálgicos.

No podía dejarlo conducir en esas condiciones, lo mejor sería que yo lo llevara hasta su departamento. Salimos del bar y nos encaminamos hacia a su coche, afortunadamente él había accedido a que yo condujera.

Cuando llegamos a su departamento lo primero que hizo mi amigo fue desplomarse sobre el sofá y después de dar un gran suspiro habló:

-Wow, si que fue una excelente noche -palmeó el lado derecho del sillón indicándome que me sentara a su lado.

-Tengo que irme ya, Kellin -le dije aún parado al lado del sofá.

-¡¿Qué?! Nooo, no quiero que te vayas aún -un pequeño puchero apareció en sus labios, se veía tan adorable-. Quédate un poco más, ¿sí? -pidió suplicante y yo no me pude negar.

-Vale está bien -dije rendido y me senté al lado suyo.

Él sonrió como un niño pequeño al cuál le habían regalado el más hermoso de los juguetes.

-Gracias -susurró.

Y justo en ese instante las luces del departamento se apagaron como por arte de magia.

-¿Pero qué ha pasado? -preguntó mi amigo.

-Creo que se trata de un apagón.

-Buscaría unas velas pero no veo nada. Y tengo miedo, la oscuridad me aterra -confesó.

-No tengas miedo, Kell -intenté darle confianza-. Dime dónde están las velas y yo las buscaré.

-Están en el cajón de la mesita que está en la esquina.

Me incorporé rápidamente y utilicé la luz de mi móvil como guía para ir a la dirección correcta. Una vez que llegué a la mesa comencé a rebuscar en el cajón hasta que dí con las dichosas velas y un encendedor.

-¿Lo encontraste?

-Sí, ya lo encontré.

Me encaminé nuevamente hacia el sofá y comencé a encender las cuatro velas que había encontrado y las coloqué sobre la mesa frente a Kellin para que ya no estuviera tan oscuro y para que ya no tuviera miedo.

-Mucho mejor -dijo al tiempo que yo me sentaba al lado suyo, nuevamente-. Eres mi héroe, Andy.

Sonreí, creo que Kellin era el único borracho tierno sobre este planeta. De pronto se puso serio y soltó un pequeño suspiro.

-Hay algo que he querido preguntarte y no he podido -me dijo mirándome fijamente a los ojos-, creo que ahora es el momento indicado.

-Adelante, dime de qué se trata.

-¿Porqué nunca me llamaste cuando estabas en Ohío?

Esa pregunta me tomó por sorpresa. Nunca lo llamé desde que me fui pero no era porque no quisiera hablar con él, había otra razón y creo que él merecía saber el por qué.

-Yo... -comencé un poco dubitativo, tomé un poco de aire y continué-. Cuando me marché creí que ya no regresaría y tú eras alguien demasiado importante para mí y me dolía mucho el hecho de saber que nunca más volvería a verte. Creí que lo mejor para ambos sería perder el contacto y olvidarnos mutuamente. Me hubiese dolido aún más escuchar tu voz y no poder estar cerca de tí.

Él se me quedó mirando fijamente, su mirada reflejaba dolor y tristeza. Tal vez la decisión que yo tomé había sido estúpida pero en el momento creí que sería lo mejor para los dos.

-Pues eso no funcionó, Andy -susurró con los ojos cristalizados- porque a pesar de la distancia y aunque nunca intercambiamos ni una llamada telefónica, yo nunca te olvidé. Estuviste, estás y seguirás estando en mi corazón por siempre.

Finalizó con una nostálgica sonrisa y lo abracé, lo abracé como si fuera la última vez que lo vería, lo abracé fuertemente y él me correspondió el abrazo, no quería que este momento acabara nunca. Mi Kellin, mi pequeño y dulce Kellin había sufrido por mi maldita estupidez.

-Perdóname -susurré en su oído-. Fue un gran error lo sé pero en el momento creí que era lo mejor, lo siento.

Se desprendió lentamente del abrazo y apoyó ambas manos en mi rostro acariciándolo suavemente mientras que las mías reposaban inmóviles sobre su cintura.

-Eso ya no importa ahora -susurró débilmente y pegó su frente a la mía-. Lo que importa ahora es que tú estás aquí conmigo y no tienes idea de lo feliz que eso me hace.

Amigos. [Kandy Quiersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora