*DOCE*

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Andy.

Mi tarde con Kellin, su novia y su sobrino se podía resumir perfectamente en una sola concreta y simple palabra: aburrida. Empezando por la película que eligieron ¡era más aburrido que una película histórica! Una vez que la tortura, digo película, finalizó fuimos a un restaurante de comida rápida.

Hubiera disfrutado la comida de no ser por la adorable parejita de mi amigo y su novia haciéndole "mimitos". La chica no dejaba de abrazarlo y besarlo y tengo que admitir que eso me molesto bastante, no es como si estuviera celoso ¡porque no lo estaba!, era el simple hecho de que siempre me han caído mal las personas tan empalagosas. Tanto amor frente a mis ojos me quito el apetito.

Después de dejar a su novia en su casa, Kellin se había ofrecido a llevarme a la mía y yo no me negué ¿para qué hacerlo? Kellin no iba a aceptar un 'no' por respuesta.

Nos encontrábamos dentro de su auto con rumbo hacia mi casa, ninguno de los dos había mencionado ni media palabra. Yo no hallaba que decir y supongo que él tampoco, extraño en Kellin, él siempre encontraba que decir en el momento preciso pero ahora estaba diferente, estaba sumido en sus pensamientos y yo igual.

No negaré que me decepcionó un poco que él no hubiera recordado nada sobre la noche anterior. Pero supuse que era mejor así.

Comenzó a llover estrepitosamente unas cuadras antes de que llegáramos a mi casa, ya me lo veía venir, el cielo había estado nublado toda la tarde.

El auto se estacionó frente a mi casa, la lluvia aún no cesaba, incluso parecía que había empezado a llover con mayor intensidad. Ambos nos quedamos en nuestros asientos sin decir nada, entonces le miré y hablé por primera vez durante todo el camino:

-A la cuenta de tres, saldremos ambos corriendo hacia la puerta de casa, ¿de acuerdo?

El me sonrió y asintió.

-Uno... Dos... Tres!!!

Y salimos corriendo a toda prisa hasta la puerta de mi casa. Rebusqué en el bolsillo de mi chaqueta las llaves, una vez que las hallé las introduje en la cerradura y abrí la puerta adentrandome a mi hogar seguido de mi amigo.

Kellin contemplaba todo el lugar, fascinado.

-Creí que nunca más volvería a esta casa -habló.

-También lo creí. Pero ya ves que nos equivocamos -le sonreí.

-Afortunadamente -me sonrió de igual forma.

* * *

Pasó una hora aproximadamente desde que habíamos llegado a mi casa y la lluvia aún no había parado, lo peor era que ya había anochecido.

-Creo que vas a tener que quedarte a dormir -le dije mirando por la ventana como llovía sin pausa alguna.

-Como en los viejos tiempos -le oí murmurar.

Me sorprendió que no se haya negado, sabiendo perfectamente lo necio que es, podía haber jurado que se iría a su casa aunque el cielo se estuviera cayendo allá afuera. Pero afortunadamente aceptó quedarse sin protesta alguna.

Subimos escaleras arriba con rumbo a mi habitación. Había otras habitaciones, claro está, pero estaban cubiertas de polvo ya que hacía ya mucho tiempo que no eran utilizadas o limpiadas, razón por la cual mi querido amigo iba a dormir conmigo, en mi habitación.

* * *

Capítulo aburrido, lo sé pero en el siguiente capítulo vendrá lo interesante. (づ ̄ ³ ̄)

Amigos. [Kandy Quiersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora