*VEINTINUEVE*

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Durante el camino a la casa de Kellin, Andy se debatía entre si seguir el último consejo de Ashley sería buena idea o no. Comprarle flores, a su parecer, era más que cursi y eso era algo que simplemente no iba con él. Nunca en su vida le había gustado lo cursi. Descartó esa opción después de darle muchas vueltas. No necesitaba flores para demostrarle su amor, lo haría con simples, sencillas y contundentes palabras. (N/A: re que era tacaño el Andy :'v)

Los nervios y las ansias lo inundaban, y con ellos, también los pensamientos negativos se hicieron presentes, ¿estaba haciendo bien al seguir los consejos del idiota de Ashley? ¿qué pasaría si Kellin lo rechazaba?

Estaba muy consciente de que, probablemente, el chico no querría saber absolutamente nada sobre él y era comprensible, él ni siquiera lo había detenido aquella noche. Si, había sido muy idiota, pero intentaba justificarse a sí mismo con la excusa de que sólo tenía miedo de ser un mal novio.

Y es que, ser novios implicaba mucho compromiso, según él. Ser terriblemente melosos (cosa que siempre ha detestado, cabe destacar), hacer actividades como cualquier otra pareja normal haría, como ir al cine o a algún restaurante, darse obsequios, entre muchas otras cosas fatídicas y estresantes. Él tan sólo quería estar al lado de Kellin sin necesidad de tantos formalismos, simplemente disfrutar plenamente del otro, y no sólo en el ámbito sexual, en ocasiones tan sólo quería abrazarlo mientras conversaban sobre banalidades. Si de algo estaba seguro en ese instante era de que amaba con todas sus fuerzas a Kellin Quinn, sí, al enano sensible, tierno y gruñón.

Sonrió al recordar los buenos y malos momentos que habían vivido cuando niños. En la escuela, Kellin siempre había sido el objeto de burla de un grupo de odiosos niños, éstos siempre lo molestaban por su forma de ser, según ellos, el pequeño parecía una niña y se comportaba como tal. Y allí estaba Andrew, siempre consolándolo cada vez que el pequeño lloraba gracias a las agresiones verbales de sus otros compañeros. Siempre que lo veía así recordaba cuan enojado se ponía, inclusive en una ocasión, agredió a aquellos niños por defender a su mejor amigo.

Kellin siempre le importó mucho, tal vez hasta demasiado. En ese entonces, quizás, no se daba cuenta aún, pero ahora le quedaba más que claro que sus sentimientos hacia Quinn siempre habían sobrepasado los límites de la amistad desde que eran apenas unos niños.

Ni siquiera se dió cuenta de cuándo sucedió, tan sólo fue consiente de que estaba parado en frente de la puerta del amor de su vida. Sus manos no dejaban de sudar y su corazón latía a mil por hora, sentía que en cualquier momento iba a desmayar. Por un momento, se había planteado la idea de salir huyendo, pues no soportaría el rechazo del chico. Aunque sabía que, probablemente, esa sería otra terrible estupidez.

Y allí estaba, parado como un idiota, debatiéndose entre si tocar la puerta o no. En esos instantes, las palabras de Purdy resonaban en su cabeza incesantemente, «el que no arriesga no gana», esa frase era su mayor incentivo. Sonrió al pensar que, por primera vez desde que se conocieron, Purdy había utilizado su cerebro para algo bueno.

Después de reunir el coraje suficiente, tocó la puerta y esperó pacientemente. Su cerebro estaba en blanco gracias a los nervios, su monólogo previamente ensayado durante el camino se le había olvidado por completo, ¿qué le diría ahora? No le quedaba otra opción más que improvisar. Pensó que nadie lo había escuchado así que tocó la puerta nuevamente, esta vez un poco más fuerte, pero de nuevo no hubo respuesta alguna.

Cuando estaba decidido a intentarlo una vez más, la puerta continua del departamento de Quinn se abrió revelando a la vecina del chico. Ésta había visto a Andrew anteriormente por lo que logró reconocerlo, le sonrió amablemente y preguntó:

-¿Buscas a Kellin?

-Si, ¿él no se encuentra?

-Él está de viaje, ¿no te lo comento? -preguntó extrañada.

Aquello había sorprendió a Biersack, ¿Kellin de viaje? Pero..., ¿a dónde?

-No, lo cierto es que no he hablado con él en varios días, ¿usted sabe a dónde fue?

-De hecho si, viajó a España hace unos días junto con su padre...

* * *

Ya tenía esta parte escrita pero SE ME BORRÓ Y TUVE QUE ESCRIBIR TODO DE NUEVO, casi me tiro de un puente ggg.

Amigos. [Kandy Quiersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora