3. Borgin & Burkes

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Si no hubiera tenido una buena razón, jamás hubiera entrado a este lugar.

Borgin y Burkes tenía una amplia variedad de objetos siniestros y que parecían sacados de mis peores pesadillas.

Mascaras diabólicas, huesos humanos, barajas de cartas manchadas de sangre... si mi gato tenía miedo, ¿Por qué decidió refugiarse en un lugar como este?

Antes de que empezara mi búsqueda, pude ver, detrás del escaparate, la figura estilizada de Draco Malfoy que caminaba mirando cautelosamente a su alrededor.

Después de todo, este era un gran día ¿verdad?

Primero mi estúpido gato me utiliza para afilar sus colmillos. Segundo, logre visitar el callejón Knockturn aun sabiendo que mis padres me lo prohibieron. Y para mejorar el día, aparecía el chico que me consideraba el peor bicho existente, el bicho que él quería destruir... Solo faltaba que apareciera Lord Voldemort y me pidiera matrimonio.

Reaccione rápido y logre esconderme en un enorme armario. Lo último que quería en este momento era que me encontrara aquí para que después me torturara con esto por todo el curso en Hogwarts.

—Señor Borgin...—saludo Malfoy a un hombre pegajoso y rollizo que apareció detrás del mostrador.

—Señor Malfoy... que gusto volver a verlo...—dijo lambisconamente le señor Borgin, mientras hacia una reverencia a Malfoy. Aunque mostraba respeto, el dueño de la tienda, parecía nervioso y resentido. —... ¿a qué debo el honor de su presencia?

—Bueno... estoy aquí solo para pedirle un par de cosas...—dijo tranquilamente Draco, mientras guardaba sus manos en los bolsillos de su pantalón. Tenía una expresión codiciosa y altanera en el rostro, lo que significaba que lo que hubiera venido a hacer aquí no era nada bueno.—... primero, ¿sabe usted donde está el otro armario evanescente?—añadió señalando el armario en donde yo me encontraba. Borgin miro confundido el objeto mientras yo intentaba esconderme aún más en la sombras.

—No... no lo sé...—respondió Borgin. —...pero podría buscarlo por usted... solo si...

—Yo sé dónde está...—interrumpió Draco sonriendo maliciosamente.—... el único problema es que esta averiado... ¿sabe usted arreglarlo?

—Posiblemente...—dijo Borgin, sin prestarle mucho interés—...sin embargo, necesitare verlo ¿Por qué no lo trae usted a la tienda?

—No puedo... tiene que quedarse donde está. Yo solo necesito que usted me diga cómo hacerlo...

—Bien, sin verlo, debo decir que será un trabajo muy difícil, quizás imposible. No podría garantizar nada...—respondió nerviosamente Borgin. Aun sin saber que era un armario evanescente, sabía que si a Draco Malfoy le importaba tanto, no debía ser un simple e inofensivo juguete.

— ¿Nada?—Draco sonrió con desprecio a Borgin—... quizás esto lo haga más seguro...—Draco se acercó más a Borgin, levanto la manga de su brazo izquierdo. Evite soltar un grito de espanto, mi cuerpo empezó a temblar de la angustia, y lo único que podían ver mis ojos era la marca tenebrosa tatuada en el antebrazo izquierdo de Malfoy. No sé cómo se sentía Borgin, pero yo estaba asustada. ¿Draco Malfoy era un mortífagos? Era predecible, pero verlo en la realidad era escalofriante. ¿Qué pasaba si se enteraba que yo estaba allí presente viendo y escuchando esto?—... No le diga nada a nadie...—dijo Malfoy—... Y habrá una recompensa ¿Usted conoce a Fenrir Greyback? Él es un amigo de la familia. Vendrá a cerciorarse de que esté dando al problema su completa atención...

—No habrá necesidad de eso...—murmuro Borgin, estaba agitado y nervioso, no más que yo.

—Yo decidiré si la hay...bien, mejor pagare y no se olvide de guardar eso en la caja fuerte. Lo necesitare...—finalizo Malfoy sacudiéndose las manos como si hubiera cerrado el trato de su vida.

— ¿Quizás le gustaría llevárselo ahora?—pregunto esperanzado Borgin, mientras caminaba hacia el cuarto adjunto.

—No, por supuesto que no lo hare, usted es un pequeño hombre tonto ¿Cómo quedaría si me ven llevando esto por el callejón? Simplemente no lo venda...

—por supuesto que no, señor— Borgin desapareció del mostrador, mientras Draco caminaba y examinaba las chucherías que había en la tienda, aun su sonrisa macabra estaba en su rostro, mientras daba vueltas alrededor del armario en donde yo estaba. ¿Qué le diría si me encontraba aquí, en su armario? "quería ver cuán espacioso era, por eso estoy dentro" era una excusa realmente pésima, pero era lo único que se me ocurría después de escuchar sus sutiles amenazas a Borgin.

"Por favor no abras el armario, por favor"... pero mis ruegos no fueron escuchados.

La pálida mano de Malfoy se estiro hasta la perilla del gran armario, la giro lentamente, mientras yo me preparaba para recibir la peor humillación de toda mi vida, y quizás la última que podrían ver mis ojos.

Cómplices [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora