Cómplices [Draco Malfoy]

6. Palabras, amenazas y promesas

— ¿Para que la trajiste?—murmuro, demasiado alto, Pansy Parkinson a Draco, quien aún me examinaba con la mirada.

¿Por qué todo tenía que salirme mal? ¿Por qué siempre tenía que estar en el lugar menos indicado? En este momento me odia por tener tan mala suerte. Debí ir con Mattew, debí hacerle caso e ir al almuerzo con Sloghurn, en vez de quedarme atrapada con Parkinson, Crabbe, Goyle y Malfoy.

—La vi tan perdida sin su hermana que quise hacer mi buena obra del día...—dijo irónicamente Draco aun mirándome. Su comentario causo una risita tonta y chillona de Pansy. Crabbe y Goyle también rieron como si yo fuera una broma privada, exclusiva del grupo de Malfoy.

— ¿Qué paso con tu hermana? ¿Por fin se aburrió de cargar contigo y te abandono? ¡Oh! Pobre Alexa, ser el hoyo oscuro de su familia, ser considerada la "rara" de las gemelas Johnson... ¡Oh! Ni siquiera su novio es capaz de tolerarte...—dijo Pansy malvadamente. Crabbe y Goyle volvieron a reír como estúpidos mientras yo fingía que estaba sorda y que me encantaba esa mancha de humedad que había en la ventana.

"¿Qué no le dirás nada?" Pregunto la parte de mí que hervía en furia.

"¿Qué le puedo decir? Si eso es cierto" dijo mi yo sumisa, esa parte que parecía controlarme todo el tiempo.

"Aparte de mentirosa... eres una mediocre..."

Aun con la batalla interna, me levante del sitio que había ocupado y mire a Parkinson con tranquilidad, pero de una forma que decía "te detesto" y dije:

—Gracias por la encantadora charla, pero debo irme...

—No. Tú te quedas... Parkinson ya no te molestara—prometió Draco, mirándome con una sonrisa de suficiencia en el rostro. Pansy lo miro ofendida, pero aun así asintió ante el pedido.

"Veo que no soy el único "títere" de Malfoy ¡Genial!" dije para mis adentros mientras volvía a sentarme en la butaca.

Ese simple hecho subió un poco mi ánimo, sobre todo al ver el rostro de disgusto de Pansy, pero fui demasiado tonta como para pensar que ella me pediría disculpas.

Después de esto, el grupo de chicos empezó a hablar de cosas vanas. Pansy contaba sobre su viaje a Rusia y bla-bla-bla de no sé dónde y no sé qué. Draco fingía interés a ese dialogo en cambio Goyle roncaba en su asiento por tanta cháchara.

—...Y nos encontramos en Moscú con la madre de Zabine. Ella estaba con su familia, excepto Blaise...

—Muy interesante—interrumpio Draco sin ocultar un bostezo, Pansy lo miro herida—...Pansy traerme algunos dulces... —continuo Draco de una manera serena cuando Pansy intento hablar otra vez. Ella sonrió y salió del compartimiento junto con Crabbe y Goyle, quien despertó con hambre solo al escuchar la palabra "dulces". Yo solo atine a mirar hacia la ventana, intentando parecer invisible lo cual no iba a resultar.

Solos. Otra vez solos. En realidad detestaba mi vida.

Draco se quedó mirándome con una sonrisa maliciosa en el rostro. Parecía que buscaba la forma de insultarme o preguntarme algo. Las dos acciones eran iguales en este chico.

— ¿Qué tienes para mí, Johnson?— pregunto Draco mientras colocaba sus manos sobre su cabeza y se inclinaba hacia la pared del compartimiento.

— ¿A qué te refieres?— dije bruscamente, evitando mirar a los terribles ojos grises, que parecían registrar las posibles reacciones que podía tener.

— Información, Alexa, información sobre Potter... — dijo Draco impaciente—...Apuesto a que tu hermana habla contigo sobre su novio...— parpadeé un par veces. ¿Malfoy quería que filtrara información de Harry traicionando así a mi hermana? ¡Está demente!

— Quieres que te revele las charlas que...

— Sí, Alexa... ¿todavía tengo que explicártelo? — gruño Draco mientras me miraba como si fuera una estúpida.

— Si piensas que...

— Ni siquiera intestes negarte, Alexa, hiciste una promesa por si no lo recuerdas...— dijo él con un sonrisa de suficiencia. "Promesa" el solo recuerdo de eso hacía que se me revolviera el estómago y, al parecer ese hecho, era causa de una dicha inexplicable en Malfoy.

— ¿Qué quieres saber? — pregunte a regañadientes. Sabía que mi propia vida estaba en juego... así que le conté todo. Y cada que abría la boca, me sentía mal conmigo misma... tanto así que reconsideraba la oferta de decir toda la verdad a quien estuviera cerca y librarme de una buena vez de Malfoy aunque eso significaba mi propia muerte.

—...Entonces, Potter no sabe nada sobre el armario evanescente... ¿le comentaste algo?— pregunto Draco frunciendo el ceño con preocupación. Al parecer no le gustaba nada el hecho de que Harry estuviera decidido a espiarlo.

— ¡Claro que no!— respondí indignada. Si hubiera hablado con Harry ya no estaría aquí... ¿él no entendía eso?

— Tenía que asegurarme...— habló Draco de forma desinteresada, rodé los ojos ante el desagrado que le tenía—...ya que aún no confió en ti...

— ¡Por supuesto! Como confiar en alguien que te ha entregado su palabra a costa de su propia vida...— solté todo el sarcasmo que se había acumulado dentro de mí en forma de rabia e ira, una ira que iba aumentando cuando veía el rostro de malvada felicidad de Malfoy, haciendo que soltara varias maldiciones que en mi vida había dicho.

— ¿Acabaste?—pregunto Draco sonriendo abiertamente. Lo detesto—... Por qué tengo que darte tu primera tarea— añadió mientras golpeaba ligeramente la ventana con los dedos. Cerré los ojos para así tranquilizarme y no estallar por la creciente rabia que burbujeaba por todo mi cuerpo.

— ¿Una tarea?— murmure respirando profundamente para evitar gritar.

— Si...— continuo él con un tono de negocios que solo usaría algún empresario—...Quiero que Potter desista de su idea de espiarme, y quien más que tú para una tarea demasiado fácil. Sabotea todos los planes que tiene Potter. Es necesario que nadie se entere que es lo que estoy haciendo... y será tu trabajo encubrirme. ¿Entendido?

¿Porque tenía que ser exactamente yo la que tenía que sabotear al novio de mi hermana?

¿Porque era tan importante ocultar a Draco de Harry? Sabía que Malfoy planeaba algo malo, tal vez tráfico ilegal de productos Weasley o algo por el estilo... pero nada que pudiera ser demasiado malo como para ser expulsado de Hogwarts.

— ¿Qué estas tramando? —exigí saber.

— Confórmate con lo que te he dicho y no me hagas preguntas vanas que no te responderé. No ahora...

Después de esta charlar, Malfoy y yo no volvimos a cruzar la palabra. Nos comportamos como verdaderos extraños que jamás en su vida se conocieron.