Cómplices [Draco Malfoy]

22.2 Tocando fondo: Lloverá

Draco Malfoy

Siempre he tenido enemigos y personas que no soportan mi presencia, que me odian o que simplemente maldicen el momento en el que escuchan mi nombre...

Es algo típico y común para mí...

Realmente ya no me sorprende...

Hasta he aprendido a cargar y vivir con esa imagen artificial que todos tienen de mí en su mente...

Pero ¿porque ahora esa «imagen» me afecta?

¿Porque quería borrar todo y comenzar de nuevo?

Tal vez era porque Alexa había roto esa «figura» de mí para instalar un nuevo modelo de Draco Malfoy, que ni yo mismo creía que podía existir...

Sin embargo, conocer el otro lado de la vida, disfrutar de esta, para luego verla destruirse delante de mis ojos como un cristal transparente colisionando con el rígido suelo, abría una herida enorme que no tenía una cura rápida y efectiva, que solo iba a hacerse más y más grande con el paso del tiempo y de mi agonía al saber que había perdido lo que realmente fue verdadero y real en mi vida...

Ahora entiendo porque decían que era un idiota...

Era un estúpido por haber dejado ir cientos de cosas que ahora, demasiado tarde, ya no podía recuperar...

Si... Había tenido todo a mi alcance, había recibido más de lo que había pedido, pero que torpemente había rechazado en más de una vez...

Deseche, deje cosas que pudieron hacerme feliz...

A pesar de eso, jamás me arrepentí de lo que hice... JAMÁS...

Quizás el motivo por el que no me arrepienta de nada era porque todas esas cosas que había perdido, yo no había llegado a quererlas, a conocerlas...a necesitarlas...

Simplemente había dejado que se escaparan de mis manos cuando hubo una oportunidad...

Pero, ahora esas razones para dejar ir las cosas sin oponerme, no funcionaba del modo que me había funcionado...

Nada funcionaba correctamente desde que Alexa había desaparecido detrás de esa puerta...

Nada era lo mismo ahora que Alexa se alejaba de mi vida...

Dolía demasiado saber que es muy cierto que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde...

Si... Nadie sabe cuánto puedes ganar o perder al hablar, cuánto puedes dañar a alguien con una simple frase...

Pero todo lo que había hecho era por su bien...

Todas las sandeces que había dicho eran por el bien de Alexa, aunque ella no lo creyera, era por su bien...

Pero ¡maldición!

¿Quién dijo que hacer lo correcto era fácil o te hacia feliz?

Había hecho lo correcto; había dejado que Alexa tuviera una feliz vida lejos de los problemas que yo cargaba como un maleficio.

Había aceptado, con todo el dolor de mi corazón, que ella viviera esa vida que se merecía y que no podía darle.

Tal vez una vida con un estúpido hombre que terminaría siendo su esposo, con hijos... una vida a la que no merecía pertenecer...

Si...

¡Había hecho lo correcto y debería estar feliz por ello, por ella, por haberla salvado!

¡Pero jamás me había sentido tan miserable!

Sobre todo porque los malditos pensamientos que en todo este tiempo, desde que Alexa había estado a mi lado, había aparecido mágicamente en mi cerebro. Esos pensamientos que antes crearon una euforia repentina en mi interior al creer que si podía merecer a Alexa, que abrieron puertas para que ella se quedara a mi lado...Ahora esos pensamientos se repetían solo para recordarme lo que perdí y lo que ya no iba a tener...