13.1 Momentos Extraños

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Desperté sintiendo una gran comodidad a mí alrededor.
Los brazos de Draco aún seguían en mí, dándome calor, protección y un buen refugio para mis fantasías, ya que de alguna forma sabía que lo que había pasado (cabe recalcar que solo estábamos abrazados durmiendo, nada más) se quedaría aquí, en estas cuatro paredes donde los únicos testigos, los muebles, guardarían este secreto... obviamente nosotros también lo haríamos.

Olvidaríamos que dormimos juntos o que aun estando despiertos no nos separábamos del todo por una extraña razón. Lo olvidaríamos...

Eso esperaba...

Ahora no importaba mucho lo que sucedería. Después de todo era la primera vez que había dormido fuera de mi habitación y que había compartido un largo momento con el que hasta ahora era una de las personas que no hubiera querido ver al despertar. Sentía un poco de rebeldía en este momento y era mejor vivirla el tiempo que durara, después vendría la culpa o la vergüenza, que me regresarían a la difícil realidad.

- Hola...- dijo Draco poco después de darse cuenta que ya había despertado. Su voz sonó ronca y profunda pero también dulce y relajada.

Al contrario de él, yo estaba con esa mirada soñadora que toda persona tiene al despertar, lo que hizo que Draco me sonriera de una forma cálida y dulce, algo poco común en él, lo que lo hacía un momento único e inigualable; Draco Malfoy me sonrió, sin esa mueca de burla o desprecio que solía aparecer en su rostro muchas veces... ¡Es un momento para recordar siempre!

- Hola...- hable de la misma forma que él lo hizo, intentando abrir completamente los ojos para poder verlo mejor.

Aún estaba acurrucada contra su pecho sintiéndome realmente bien en esa posición y sin muchas ganas de alejarme de él.

Y antes de que pudiera procesar que hora era o porque estábamos aquí, todo se borró de mi mente, ni siquiera recordaba mi propio nombre...ya que el mundo se había parado cuando la suave mano de Draco Malfoy toco mi mejilla con el pretexto de retirar mi cabello rebelde de mi rostro.

Esa fue la mejor forma para que yo abriera los ojos por completo, mirando anonadada como los ágiles dedos se movían de arriba abajo, como su pulgar rozaba la sensible piel de mi rostro, mientras sus ojos grises miraban fijamente el proceso de cómo sus dedos trazaban círculos en mi mejilla, como si disfrutara el contacto de mi piel contra la suya...

Mi rostro seguía petrificado...bueno, yo estaba petrificada por fuera, mientras por dentro todo caía o se recreaba, estallaba o se unía...

Una suave carcajada se escapó de los labios de Draco a la par que nuestros ojos volvían a conectarse.

- Me miras como si te estuviera golpeando...- dijo él entre risas sin quitar sus manos de mi mejilla, lo que no me permitía pensar una respuesta coherente.

Era como si ese simple roce me quitara las pocas ideas que llegaban a mi mente y la proximidad no ayudaba demasiado.
Bueno, era imposible pensar en alguna otra cosa que no sea esas suaves caricias.

- Es mucho peor que eso...- tartamudee después de que me aclarara la garganta.
Draco frunció el ceño y detuvo el movimiento de sus dedos sobre mi piel para prestarme su completa atención, como si quisiera que explicara de qué estaba hablando.

- Debes de haber contraído fiebre de dragón para estar haciendo esto...- dije intentando permanecer tranquila y serena, ya que poco a poco caían a mis pies todas las barreras que alguna vez había levantado en mi cabeza para evitar situaciones como esta.
Solo un toque y estaba cayendo a sus pies... esto es realmente extraño y nuevo para mí.

Draco se echó a reír, ajeno a lo que pasaba dentro de mi cabeza, con una risa gutural profunda que retumbó en su pecho.

- Muy graciosa...- agrego él mientras volvía a acariciar mi mejilla y se perdía en ello, como si esto fuera algo que había querido hacer desde hace mucho tiempo.
Sentí como me estremecí ante el toque, mi piel empezó a arder y una oleada de calor inundó todo mi cuerpo.

«Esto es incómodo»
Lo era demasiado. Era como si Draco abriera puertas que estaban cerradas, como si me empujara al vacío para atraparme, como si me enseñara un nuevo mundo para luego arrebatármelo sin piedad.
Podía y quería dejar todo y empezar de nuevo, pero también tenía miedo a todo lo que sucedía... o lo que podía suceder.

Me aleje de él para estirarme y desperezarme, ocultando con mi cabello lo sonrojada que debía estar, además, necesitaba espacio para respirar, para reacomodar mis emociones... mi mundo...

Y como era de suponerse, Draco sonreía como si este fuera el mejor día de su vida.
Parecía alimentarse de mi vergüenza o algo parecido ya que su sonrisa de súper mega felicidad estaba dibujada en su rostro.

Era la primera vez que lo veía así de dichoso que causaba miedo. Bueno, era algo de esperarse ya que lo único que parecía alegrarlo era el sufrimiento de otros y yo era ahora esa vitamina que parecía alegrarlo de una forma sobre humana.

- ¿Desesperada por irte,Alexa?...- preguntó Draco mientras pasaba las manos por su cabello rubio sin dejar de mirarme con esa sonrisa a la que poco a poco me iba acostumbrando.

- Tenemos que irnos...- respondí.

No quería negar o afirmar nada, primero porque, de alguna forma, no quería irme ya que me sentía...bien... con su compañía. Y segundo porque no estaba completamente segura de sí soportaría un momento sin sentir su calor, y estando aun aquí me sentía cada vez más débil, más propensa a caer y rendirme...

- Tienes razón...- agrego Draco mientras se levantaba del sillón con entusiasmo.

Esperen un momento...
«¿Draco Malfoy me dio la razón?»
Realmente las cosas estaban cambiando de un modo antinatural entre nosotros.

Cómplices [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora