Cómplices [Draco Malfoy]

25. Héroe

Alexa Johnson

Nada era más agradable que escuchar la risa genuina de Draco. Era simplemente como escuchar la brisa del viento golpear suavemente las flores, o escuchar el sonido de un pequeño arroyo...

Definitivamente era relajante, era único... era puro...

No tenía palabras para describir la magia que creaba sus suaves carcajadas o esa manera en la que él parecía tan relajado y natural a mí alrededor.

Solo sabía que era algo sin precedentes y quería vivirlo... Luego ya me ocuparía en saber que era lo que lo había hecho tan feliz...

Por ello deje que él continuara sosteniéndome fuertemente contra su cuerpo, mientras sus manos jugaban con mi cabello y yo iba perdiéndome y alimentándome de su magnífica compañía...

— Alexa... escúchame por favor...— de repente, la risa de Draco desapareció, siendo reemplazada por susurros melancólicos que solo me fueron fáciles de escuchar porque él estaba hablándome al oído, como si estuviera confesándome un secreto más que una simple declaración—...No quiero que nos encuentren, no quiero que nadie te haga daño... No quiero estar sin ti...—sus labios rozaban la piel de mi oído, y por alguna extraña razón, las fuerzas para hablar no estaban allí, estaba completamente muda como para tratar de decirle lo mismo—...Te prometo que haré lo imposible por encontrarte de nuevo...Y si no regreso, quiero que sepas que eres tú quien se lleva el verdadero amor que alguna vez pude sentir. Prométeme que no te meterás en problemas, que mantendrás tu boca cerrada y que serás feliz conmigo o sin mí... Te amo, Alexa...

Antes de que pudiera replicar, Draco se inclinó sobre mí y beso mis labios. Un beso dulce y amargo, que sabía más a un "adiós" que un simple beso de amor...

Odiaba ese sabor a "final" que sus labios trazaban sobre los mío, por eso, intente a toda costa decir algo, poder detener las invisibles lágrimas que cubrían su rostro y que mojaban mi piel, pero el espacio fue reduciéndose mientras una extraña niebla nublaba mis ojos y el aire se escapaba de mis pulmones...

De un solo brinco me senté en la cama, mirando con paranoia a mi alrededor, esperando que alguien saltara de las sombras para ahogarme con la almohada o simplemente esperé que la mirada triste que Draco tenía en mi sueño se borrara de una buena vez, pero el recuerdo era tan próximo que no podía olvidarlo.

Bueno, como podía olvidar que él estaba diciéndome adiós en mis sueños...

En mis sueños, que de por si no debería estar creyendo, pero que de alguna manera me incitaban a buscar a Draco y preguntarle si era cierto que me dejaría...

A ciegas busqué a Draco en la habitación, ya que en el lugar donde lo había visto por última vez antes de dormirme, solo quedaban sabanas enredadas y el calor que Draco había dejado antes de irse.

Con el corazón martilleando a una velocidad enloquecedora, tome mis vestimentas para salir de la habitación de Draco en su búsqueda.

En mi intento de ser rápida, tire una de las almohadas al suelo. Al regresarla a su lugar, vi que en la almohada que Draco había usado había un sobre blanco que llevaba escrito mi nombre en grandes letras negras.

Me mordí el labio mientras tomaba la carta entre mis manos. Por un lapso de segundos, esperé que el sobre, explotara o hiciera algo distinto a estar inmóvil en mis dedos. Tal vez de alguna forma esperaba que me hiciera cualquier daño físico en vez del daño emocional que podría hacerme las palabras escritas en aquel papel.

Aun así, presa de horror, leí el contenido:

Sé que esta no es la mejor manera pero no he encontrado otra, además no quería despertarte, te ves tan hermosa durmiendo que no quería arruinar tus sueños.