Cómplices [Draco Malfoy]

13.4 Momentos Extraños

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- ¿Y qué vamos a hacer hoy? - pregunte mientras me dejaba caer en el sillón verde como si fuera una costumbre hacer eso; sentarme aquí, leer un par de libros y "ser vigilada por Draco Malfoy"... que con el paso de los días se había convertido, para mí, en "hacerle compañía a Draco Malfoy" y no esa tontería que él decía.

- Lo de siempre...- respondió Draco como si fuera obvio, mientras se acercaba al armario negro y hacia "lo de siempre".

Deben preguntarse qué era lo de siempre...
Bueno, era hacer mis deberes y algunas veces los deberes que él no podía hacer por estar pendiente del armario evanescente, que no servía, ya que todo este tiempo no hecho algo "mágico".

Después de eso las cosas podían cambiar.

Algunas veces nos retirábamos después de que Draco se diera por vencido al no saber cómo arreglar el tonto armario.
Otras nos quedábamos sentados en el sillón... solo compartiendo el tiempo, algunas veces hablando sobre cosas que no tenían que ver sobre nosotros, el armario y lo que él tenía que hacer con este...

Las cosas habían cambiado, mucho... tanto así que era un poco difícil asimilarlo.

Había sido un cambio brusco, instantáneo, silencioso... que había cambiado el "pacto" por una relación de complicidad, casi amistad.
Ya no me trataba con desprecio como años anteriores había hecho.
Todo lo contrario... ahora me defendía, me cuidaba...

Ven, era un cambio muy rápido... y parecía que iba a seguir cambiando con el paso del tiempo...

Como ahora, Draco seguía intentando hacer desaparecer el mismo libro que desde días antes seguía allí, intacto, mientras yo lo miraba de reojo o escribía y hacia mis deberes.

- ¡Maldición! - exclamo Draco con tanta furia mientras golpeaba con los puños la puerta del armario, provocando que yo saltara de susto por el repentino grito mientras tiraba el tintero al piso.
- ¿Que sucede? - pregunte mientras me acercaba hacia él, olvidándome por completo el desastre que había causado la tinta negra en el piso de la sala de menesteres.

Draco no dijo nada, solo se apartó de mí, dejándome ver el armario con el libro adentro.

«Aún no lo había logrado...»
Pensé... por eso estaba frustrado y enojado...

- Creo que es suficiente por hoy...- dije en un intento de hacerlo sentir mejor, mientras apoyaba una de mis manos en su hombro para mostrarle mi apoyo, para mostrarle que no estaba solo... pero él rápidamente alejó mi mano, como si le hubiera ofendido de algún modo-... puedes intentarlo mañana...- agregué esperando que él tratara de tranquilizarse, pero mis palabras parecían rebotar en él.

No entiendo porque es tan importante esto...

De todos modos, tenía el tiempo suficiente para lograr arreglar esta cosa... El mundo no se iba a acabar si no lo hacía... ¿verdad?

- No necesito de tu lastima, Alexa...- gruño Draco con una voz tan fría y desdeñosa que me hizo sentir mal.

¿Que no entendía?
Yo solo estaba tratando de ser amigable y comprensiva con él...

- Lo siento... no quise hacerlo...- dije con voz queda mientras bajaba la mirada como si una flecha hubiera atravesado algo importante dentro de mí.

No sé porque, pero me sentía mal de algún modo y él ni siquiera me había dicho algo realmente hiriente...
¿Qué sucedería si él volviera a molestarme con burlas e insultos como lo hacía antes?

No lo soportaría...
Me derrumbaría como un enorme castillo de naipes...
Estaría indefensa e inestable...
¡Y solo por eso!

Por esto es que el cambio había sido muy rápido para mí, demasiado rápido.
Y ahora, cuando todo podía regresar a la normalidad entre nosotros...cuando podemos regresar a nuestras vidas de antes... dolía aceptarlo...dolía demasiado...