20.2 Decisiones: Un cumpleaños doloroso

4.1K 232 1
                                    


Alexa Johnson

Las vacaciones habían terminado y con ellas se habían ido todos los sucesos extraños que habían sucedido...

Se podría decir que no estábamos en los mejores momentos de nuestra vida familiar...

Explicándolo mejor...
Era el peor momento que nos había tocado vivir...

Sabíamos que en este tiempo nadie podía estar a salvo, ya que cada día aparecían noticias de desapariciones o asesinatos de muggles y magos en todo Londres, pero uno nunca conoce la magnitud de la situación hasta que te sucede a ti o alguien cercano...

Esa es la peor forma de aprender o de aceptar la realidad...
Pero ya no había modo de cambiar algo, solo quedaba lamentarse por la pérdida...
La pérdida que causaba la falta de un padre en casa...

¿Quién hubiera imaginado que la muerte estaba rondando nuestro hogar?
Aun para todos era algo lejano, casi imposible...
Pero teníamos que ser fuertes para poder consolar a nuestra madre, quien no había parado de llorar.

Valen ahora era más seria y severa, no dejaba de preocuparse de cada detalle y cada cosa. Ya estaba exasperándome completamente, porque siempre solía decir que yo estaba resentida con el mundo y con la vida; decía que me encerraba en mi habitación sin antes maldecir al Ministro de Magia o a Dumbledore, porque yo creía que la muerte de nuestro padre era la culpa de todas esas personas.
Y si era su culpa, si tan solo no hubieran enviado a nuestro padre a buscar a los Carrow, mortífagos malvados que habían escapado de Azkaban, tal vez tendríamos una cena familiar sin lloriqueos silenciosos.
-Déjate de estupideces... Dime porque no culpas a los mortífagos, si quien lo asesino es uno de ellos... -decía Valen acusadoramente, dejándome sin palabras. Ella tenía razón, pero no podía culpar a los mortífagos porque inmediatamente me venía a la mente Draco.

Aun así Valen no dejaba de darme lata cada que podía, no podía dejarme un solo momento tranquila, por eso tuve que pasarme los últimos días de vacaciones encerrada en las cuatro paredes de mi habitación. Lo único que lograba alejarme de esos malos momentos era la constante presencia de Draco. Bueno, él no se encontraba todos los días en mi habitación pero, al recibir sus cartas, era como tenerlo cerca.

Era realmente horrible estar ahora en una casa donde lo único que podía haber era tristeza y nostalgia...
Inconscientemente había esperado la hora de regresar a Hogwarts, aunque eso significaba dejar a nuestra pobre madre llorando a mares, sin compañía.

Por ahora, había estado envuelta en un mundo extraño, casi inexistente, que parecía más un sueño que la realidad...
No sentía nada, era como si no fuera esta mi vida sino de otra persona o como si mi mente hubiera bloqueado esas ganas de llorar desconsoladamente como modo de protección o algo parecido...

Pero al sentir el abrazo cariñoso y protector que Draco estaba dándome poco después de que ingrese a la sala común de Slytherin, no pude evitar sentir todo el peso de la realidad, y llorar como no lo había hecho antes.

Draco no dijo nada, solo me abrazo más fuerte mientras yo sollozaba contra su pecho e intentaba aferrarme a ese momento.

Bueno, esa fue la forma en la que el nuevo trimestre había comenzado.

Ahora, después de las largas clases que teníamos, había llegado el mes de febrero, no muy esperado por el día de San Valentín o por el cambio de clima, que ahora era más húmedo gracias a las lloviznas que dejaban el césped de una forma lodosa. Todo el mundo esperaba la llegada de febrero porque sería la primera lección de las clases de Aparición.

Ese día, sábado para ser más exacta, el Gran Comedor estaba abarrotado de alumnos de sexto de todas las casas, quienes esperaban ansiosos el inicio de la lección.

Cómplices [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora