Cómplices [Draco Malfoy]

24.2 A través de la oscuridad

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— ¿Qué quieres hacer, mi amor? —antes de responder la pregunta, no pude disimular la sonrisa de estúpida que se dibujaba en mi rostro al escuchar ese "mi amor", que podía calar hasta mis huesos y hacerlos gelatina.

Afortunadamente para mí, en este momento los pasillos estaban desiertos y silenciosos como para que alguien pudiera ver mis evidentes y patéticos sentimientos...

Esperen...

¡Al demonio con todos!

Si hubiera o no personas aquí, me interesaba un pepino que me vieran tan patética entre los brazos de mi novio...

«Mi novio»

Aquella frase era la culpable de que tuviera una sonrisa despistada en mi rostro, ya que estaba repitiéndose millonésimas veces en mi cerebro desde que Draco decidió actuar como el "mejor novio del planeta"...

No sé qué esperaba el con esto, pero si seguía así, de seguro terminaba dándole lo que él aun no me pedía en palabras...

Bueno, estos minutos que Draco y yo habíamos compartido eran simplemente perfectos...

Él ahora estaba tan sereno y alegre que parecía estar dispuesto a darme la mejor noche de toda mi vida diciendo esas cosas cariñosas, abrazándome sin soltarme ni un solo minuto, recompensándome por todo lo que había pasado en este último año... que si seguía así iba a malacostumbrarme con tanto cariño...

Ni que me importara demasiado...

Después de todo, una chica siempre necesita que le recuerden que es querida, amada y deseada...

Aunque eso significara que, ocurriera lo que ocurriera haría lo posible para no separarme de él...

— No lo sé...—respondí mientras me acurrucaba más a su pecho, sintiendo ese agradable calor y posesividad que él emanaba sobre mí—...Lo que tu decidas hacer, yo también lo haré...

— Y si quiero hacerte daño...—preguntó Draco en tono divertido, aunque sus ojos grises me miraban con curiosidad mientras sus manos se enredaban en mi cintura, atrayéndome hacia él. Su rostro se apoyó en mi hombro para escuchar mejor mi respuesta:

— Si es así... no dudare en defender...—Draco sonrió ante mi comentario, como si no pudiera creer lo que yo decía—... ¡No te burles! —Agregué cuando él empezó a reír débilmente cerca de mi oído —...Yo no soy tan debilucha como aparento...

— Lo sé... —acotó Draco luego de besar mis mejillas ruborizadas—...A diferencia de ti, yo me siento un poco dolido porque aun piensas que voy a hacerte daño... —agregó mientras me miraba entre enojado y divertido. En respuesta, le di una sonrisa de "lo siento" mientras él continuaba—...Si tú eres mi debilidad, Alexa...

¿Podía ponerme más emocionada, enamorada y alegre con ese simple juego de palabras?

Pues si podía, ya que volví a sentir que mis mejillas quemaban mientras que sonreía estúpidamente...

¡Por Merlín!

¡Draco acaba de admitir que soy su debilidad!

Me sentía poderosa y enamorada a la vez...

¡Demonios!

A veces odiaba que Draco fuera tan perfecto conmigo, ya que hacia trizas todo mi mundo para reconstruirlo a su manera...

Draco adivino mis pensamientos (hasta ese momento no sabía cómo hacia eso de leer mi mente... tal vez yo era demasiado evidente... o tal vez él podía descifrar las ideas que cruzaban por mi cabeza sin que yo lo supiera), ya que besó levemente mis labios para luego arrastrarme por las mazmorras hasta la sala común.