Capítulo 23

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La fiesta de fin de año de mis padres empieza en cinco horas, lo que significa que llevan unas tres horas preparando cosas. Están montando las carpas blancas en el jardín, unas para dar de comer a más de doscientos invitados, y otras para el baile. Yo estoy en mi cuarto, encerrada y aburrida. Mi madre está aquí personalmente para asegurarse de que todo está en orden. Está histérica porque va a venir el vicepresidente para hablar con ella. Mi padre está en su bufete. Yo miro los papeles que me dió Byron Holden del caso de Shauna. Esta noche, sin duda, tengo que hablar con la jueza Armstrong.
Mary llegó ayer, con Bill. Mary y yo nos conocemos desde el instituto. Ella consiguió una beca, y cuando terminamos nuestros estudios, decidimos irnos a vivir juntas. Como Mary es un año más mayor que yo, estuvo una temporada viviendo en casa de sus abuelos, en Boston. Mary y Bill están en casa de los padres de Mary. Esta noche hablaré con ella a ver cómo lo llevan.
Calum se tira todo el día pegado a mí, en mi casa, en la suya, por WhattsApp, Facebook, Skype... Porque simplemente se aburre. Travis ha desaparecido temporalmente, Cal dice que solo se presenta en la comida o la cena. Y Valerie se pasa todo el día hablando con sus amigas de Barcelona. Resumiendo, que mi amigo se siente solo.

-¡Katherine, querida, baja!

-¡Ya voy, mamá!-le contesto, dejo los papeles sobre mi mesilla de noche y bajo a ver qué quiere mi madre. Está en el jardín, delante de la barandilla que nos separa de la caída de cincuenta metros sobre la que está mi casa.

-Mi niña, necesito tu ayuda.

-¿Qué ocurre, mamá?

-Tengo que ir a hablar con el vicepresidente, para concretar detalles. ¿Puedes supervisar tú de que decoren correctamente las mesas? Vistas desde aquí deberían verse perfectas, así que no quiero ni una sola rosa con una espina de más.-dice mi madre, y se va. Yo miro extrañada las mesas bajo la carpa, porque no sé que interpreta mi madre como perfecto. Bueno, sí lo sé, pero entonces voy a volver locos a los decoradores.

Veinte minutos después, recibo una llamada de Mary. Genial, porque llevo veinte minutos asegurándome de que las rosas estén bien podadas.

-Hola Mary, ¿qué pasa?

-¡Mejor amiga! Rine, ¿sabes lo mucho que te quiero, no?

-Mary...¿qué quieres?

-Aish, sabes que me duele en el alma pedirte un favor...-mentira-pero... ¡Me he quedado sin vestido para esta noche!

-¿Cómo?¿Qué ha pasado?

-Cuando estaba haciendo las maletas, quería poner el vestido el la maleta grande, porque es más fácil de identificar, pero Bill me ha dicho que era mejor que lo pusiera en la pequeña, porque así no iría tan apretujado. Así que creía que al final no le había echo caso a Bill y lo había metido en la maleta grande, pero la he abierto y no está, y hemos perdido la otra maleta en el aeropuerto...

-¿Y te has dado cuenta de esto hoy? ¡Ayer por lo menos podríamos haber comprado otro vestido, otros zapatos y otros complementos! Hoy no da tiempo. Si fuese por mí, te podrías poner uno de tus vestidos de calle, pero mi madre... Lo quiere todo perfecto. Y tú lo sabes.

-¡Pues claro que lo sé!¡Por eso te pido ayuda! Rine, en estos momentos agradezco que tengamos la misma talla en todo. Por favor, ¡préstame algo de ropa!

-Claro. Ven aquí en una hora. ¡Perdone!¡Ey, usted, perdone! Pode otra vez esa rosa.

-Lo que usted desee, señorita Howkings.

-¿Rine?¿Estás ahí?

-Sí, sí, Mary, lo siento. Bueno, eso, nos vemos en una hora.

~*~

-Señorita Howkings, tiene visita. Ha venido la señorita Dawson.

-Gracias, Bonnie. Ahora voy.-me aseguro de que los arreglos florales estén impecables y me voy. Mary están en la entrada, mordiéndose el labio nerviosa.

-Mary, sube conmigo. Tenemos cuatro horas para solucionar esto.

-Vale.-subimos a mi habitación y abro el vestidor. Mary entra alucinada.

-¿Qué te pasa?

-Mierda, no me acordaba de que tu vestidor es igual de grande que mi habitación.

-Bueno Mary, céntrate.

-De acuerdo.

-Bien, tú busca en esa parte y yo en esta. Tenemos que encontrar un vestido que no me haya puesto nunca en ninguna gala pública pero que sea de marca porque sino la prensa y mi madre saltarán.

-Vale. ¿Este?-Mary me enseña un vestido de cóctel rosa pastel de tul y encaje, pero no.

-No. Lo llevé el año pasado a la gala benéfica de mis abuelos.

Finalmente, estamos una media hora buscando.

-¡Ya lo tengo! Es un Adolfo Dominguez de la colección de primavera verano del 2013, servirá.

-Vaya, yo... Es muy bonito.

-Me lo regalaron hace unos años y nunca tuve la ocasión de ponérmelo.

El vestido es en tonos claros, por encima de la rodilla. Mary se desviste y se lo prueba. Genial. Le queda perfecto.

-¡Mary! Estás guapísima. Bien, vamos a arreglarnos.

-Oye, ¿tú que te vas a poner?

-Ya lo verás. Vamos a empezar contigo.

Mary se ducha rápidamente, así que la maquillo, le hago las uñas y buscamos unos zapatos y algunos complementos. Se pone el vestido y se peina con un elegante moño bajo mientras yo le busco unos zapatos a juego con el vestido. Finalmente me decido por unas sandalias de Jimmy Choo y unos pendientes de Tiffany.

-Mary, estás perfecta.

-Gracias. Oye, ¿y tú no... No sé, deberías vestirte?

-¡Mierda!

Capítulo corto, lo sé, pero no os quejéis. De aquí media hora subo el otro capítulo y dentro de una hora el capítulo final del maratón. El capítulo es un poco aburrido, así que me ahorraré las preguntas. Nos leemos de aquí a 30 minutos!!

Compañeros de pisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora