Capítulo 30

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Me despierto en una habitación blanca. Huele a antiséptico. Debo haber echo algún ruido, porque se me acerca una chica vestida con un mono azul de enfermera.

-Oh, ya estás despierta.

-¿Qué... Qué ha pasado?¿Dónde estoy?

-Estás en el hospital. Te han atracado y te clavaron una navaja en el abdomen.

-Oh, sí. Supongo que fue culpa mía.

-¿Por qué dices eso?

-Le eché gas de pimienta al atracador y se aturdió.

-Vaya. Bueno, voy a avisar al doctor de que ya estás despierta. ¿Quieres que te traiga hielo?

-Sí, por favor.-le digo a la enfermera. Es muy joven, debe tener como mucho un par de años más que yo. Después de unos cinco minutos llega un hombre castaño, de mirada amable.

-¿Katherine Howkings?

-Sí.

-Señorita Howkings, soy el doctor Andrews. Ha tenido usted mucha suerte. La hoja de la navaja estuvo a centímetros de tocarle una de las arterias principales. Por suerte, no lo hizo. Se paró al llegar al estómago.

-¿Cuanto tiempo tendré que estar aquí?

-Un par de semanas. Debemos cuidarla y vigilarla, ha sido una intervención muy cuidadosa.

-Yo me encuentro bien.

-Le hemos dado sedantes y calmantes. Cuando se le pase el efecto, le empezará a doler.

-¿Han llamado a mis padres?

-Sí, señorita. Sus padres están en un vuelo hacia Boston.

-Genial. Muchas gracias.

-En media hora volveré a venir. Mientrastanto, dejaré a la enfermera Nyer con usted.-el doctor Andrews se va y la enfermera entra otra vez.

-Toma, aquí tienes el hielo.

-Gracias.

~*~

-¿Kate?

-¿Sí, Kelly?-hace un rato, la enfermera Kelly y yo empezamos a tutearnos. Ella tiene veinte años, así que estoy decidida a que sea mi amiga cuando salga de este estúpido hospital.

-Tu novio está fuera y creo que un poco más y nos hace un agujero en el suelo. Está ansioso por verte, ¿le digo que pase?

-Espera espera. ¿Mi novio? ¿Cómo que mi novio? Yo no tengo novio.-digo, frunciendo el ceño confusa.

-Pues no sé. Cuando estabas en quirófano, el doctor Andrews ha preguntado por tus familiares en la sala de espera. Y él ha contestado que era tu novio.

-Bueno, dile que pase.

-Por cierto, está buenísimo. Si dices que no es tu novio, me lo presentas ¿vale?

-Está bien.-digo, riéndome. Viendo el efecto que ha tenido en Kelly, tengo una ligera idea de quién debe ser. Cuando veo su mata de pelo negro y esos ojos todas las dudas que podría haber tenido se esfuman.

-Hola pelirroja. ¿Cómo estás?

-Como si me hubiesen clavado una navaja, que creo que es exactamente lo que ha pasado.

-¿Se puede saber lo que ha pasado?

-Me han atracado. Cuando he sacado el gas de pimienta del bolso, el atracador se ha aturdido y se ha tirado hacia delante clavándome así la navaja.

Compañeros de pisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora