Capítulo 25

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Las vacaciones de navidad han terminado, así que mañana vuelvo a la Universidad. No he hablado nada con Travis, me siento incapaz. Dios, me muero de vergüenza por lo que pasó en fin de año. Después de ese increíble beso, Calum volvió aterrorizado por la señora Jones y Travis se fue con él. Mary volvió emocionadísima cinco minutos después de los fuegos artificiales. Porque Bill le ha pedido a Mary que se casen, y mi mejor amiga ha dicho inmediatamente que sí. Mi amiga tiene planeado llevarlo todo con calma, cosa que conociéndola no será posible. Mary tiene problemas con la calma, es muy nerviosa. Sus padres la llevarom a un psicoterapeuta por si tenía problemas de hiperactividad, pero nada. Se ve que mi amiga es un manojo de nervios y ya está.
Después de que Mary me diera el notición, intenté buscar a Travis, pero ya no estaba.

-Mi niña, ¿estás segura de que no quieres que te llevemos?

-No. Travis y Calum también van al aeropuerto, así que me voy con ellos, mamá. No veré a Cal hasta este verano.

-Está bien, Katherine. Llámanos cuando llegues, ¿si?-dice mi madre, recogiéndome un mechón suelto de mi moño deshecho.

-Sí, mamá. Te quiero.

-Y yo a ti.-dice mi madre, y me da un abrazo. Mi madre puede parecer frívola y ocupada, pero da los mejores abrazos del mundo. Mi padre se nos une y me río. Travis llega y toca el claxon. Cojo mi maleta y salgo de casa. Travis y Calum están fuera del coche, apoyados, los dos con los brazos cruzados. Dios, son tan diferentes y a la vez tan iguales.

Travis me coje la maleta y la mete en el maletero mientras Cal me saluda con una mano, como un niño pequeño.

-¡Os quiero!-chillo, antes de subirme al coche.

-¡Y nosotros a ti!-contesta mi padre. Calum se pone en el asiento del conductor y Travis sube al coche.

-Calum, sal. Voy a conducir yo.

-¡Oye! Pareces olvidar que yo también tengo el carnet.

-Tu llevas dos años conduciendo por la izquierda.

-¿Y eso qué más da?

-Que no quiero morir en un accidente de coche por tu culpa.

-Chicos, dejad de pelear. Ya lo sé. Voy a conducir yo.-digo, con una sonrisa divertida.

-¡No!¡Ni de coña!-chilla Cal con cara de pánico.

-¿Por qué no?

-Travis, hermano, hazme caso. Si conduce Rine sí que nos moriremos todos. Le han quitado puntos del carnet y todo.

-¡Oye, tampoco hacía falta que se lo dijeras! Y me quitaron puntos porque ese policía odiaba a mi padre.

-Rine, ibas a 160 en una zona de 80. Después de eso prometiste no volver a conducir jamás.

-¡Vaya!¿Es eso cierto, pelirroja?

-En mi defensa diré que tenía dieciséis años. Y que aprobé el examen a la primera.

-Porque hiciste la prueba con un Toyota que estaba a punto de desmontarse. Y te quitaron puntos del carnet un día después de tenerlo. -Dice Calum, de brazos cruzados.

-Wow. Entonces decidido, conduzco yo.-declara Travis.

Calum se mueve al asiento de copiloto y yo voy atrás. De camino al aeropuerto, Travis se pone a cantar la canción que suena por la radio, The A Team, de Ed Sheeran suena muy bien saliendo de los labios del pelinegro. Miro a Travis por el espejo. ¿Es posible que de la noche a la mañana cambien tus sentimientos hacia una sola persona? Recuerdo a Travis al principio. Arrogante, mujeriego en el instituto. Parece haber cambiado. Desde que vivimos juntos se ha mostrado divertido, atento y amable. Y nuestro beso de ayer... No fue, ni por asomo, como los que nos hemos dado nunca. Pero yo no puedo sentir nada por Travis. Al fin y al cabo, Travis ha continuado desapareciendo por las noches y apareciendo por las mañanas con la misma ropa.

Compañeros de pisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora