-Cal, oye, estoy a punto de entrar. Te tengo que dejar, ¿vale?
-Está bien, está bien. Sigo indignado. ¿De veras Val está allí? Yo me siento solo.
-Lo sé. Mira el lado bueno, falta menos de un mes para navidad, y vas a venir aquí, ¿no?
-Sí. Nos vemos en la fiesta de fin de año de tus padres ¿no?
-Así es. Agradezco muchísimo que seas mi acompañante, la verdad. La prensa en estos eventos no falta y mi madre siempre quiere emparejarme con el hijo de Steven Dryton.
-¿El súper abogado de Brooklyn?
-Sí. Su hijo, Joshua, no está nada mal pero es un auténtico cretino. Ahora, Cal, de veras que te tengo que dejar. Adiós.
-Adiós, pelirroja.
Cuelgo el teléfono y entro en el bufete. La secretaria me saluda y le sonrío. Me voy directa al despacho del señor Holden y pico antes de entrar.
-Pase, señorita Howkings.-entro y me encuentro a Byron Holden sentado en su silla de despacho.
-¿A qué hora viene la señora Durham?
-Dentro de cinco minutos. ¿Ha podido hablar con su madre?
-El juicio es dentro de dos meses. Creo que podré hablar con la jueza Sally en persona.
-Fantástico. Muy bien, señorita.
La señora Durham llega, seguida de sus dos hijos. La señora Durham es alga y delgada, rubia y de ojos azules. Sería una mujer bellísima, si no tuviese esa expresión de miedo marcado en la cara. Los niños son rubios también, pero tienen los ojos castaños.
-Señora Durham, pase por favor.
-Llámeme Shauna, por favor.
-Claro. ¿Y tú como te llamas, cielo?
-Li... Lily.-me contesta la pequeña, aferrada a la chaqueta de su madre.
-¡Vaya! Qué nombre tan bonito. ¿Te quieres sentar?-la niña tímidamente se sienta en un sillón. Shauna y su hijo mayor se sientan en un sofá y yo me siento en el sillón de al lado de Lily.
-Bien, Shauna, gracias por venir. Ésta de aquí es nuestra nueva becaria, Katherine Howkings. La señorita Howkings ha pensado que usted y los niños podrían tener una sesión privada con la jueza Armstrong. Sin su marido.
-Sin... ¿Sin mi marido?-pregunta la mujer. Sus ojos reflejan miedo. Dios, ¿cuanta gente no se dió cuenta de que le pasaba algo?
-Sí, sin su marido. Usted quiere la custodia de sus hijos y cualquier jueza se la dará. La jueza Sally Armstrong la escuchará. A usted y a sus hijos. Tienen miedo, y lo entiendo. Yo también lo tendría. Pero deben hablar. Podemos concertar una reunión sin su marido. Pero debe prometerme que hablará.
-¿Qué le parece?-pregunta el señor Holden.
-Sí, si.... Acepto.
-Lily, cielo...
-¿Sí?
-Dentro de unos días tu mamá os llevará a Roger y a ti a hablar con una señora. Esa señora os hará preguntas y deberás responder, ¿lo entiendes? Preguntas sobre tu papá.
-No quiero responder preguntas. Él se enfada.
-¿Quién?¿Tu papá?
-Sí. No me gusta que se enfade. Es malo cuando se enfada.
-No te preocupes, cariño. Él no sabrá nada de nada.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo.
-Deben protegernos.-dicen de golpe. Me giro y miro a Roger.
-Deben protegernos. Si mi madre se divorcia y nos lleva con ella, si no nos protegen, nos encontrará. Y todo volverá a empezar o nos matará.-repite.
-Se puede negociar que os pongan en protección de testigos. -Dice el señor Holden.
~*~
-Sí, mamá, espera un momento. Acabo de salir del bufete. ¿Qué ocurre?
-Hija, verás, la hija de los Rowell se casa.
-¿La hija de los Rowell?
-Sí, la hija de Charles y Lisa Rowell, Charles Rowell, el congresista de Massachusetts.
-Sí mamá, ya sé quienes son. ¿Y eso que tiene que ver?
-Nos han invitado a la fiesta de compromiso. La prensa amarilla estará allí.
-¿Y?
-Que tendrás que ir tú.
-¿Yo?¿Por qué yo?
-Por que tu padre y yo no podemos. Estamos muy liados, pero se requiere la presencia de alguien de la familia. Como representación ante la prensa sobretodo. Todo son intereses, mi niña, no te preocupes. Además, se celebra en Boston. Estás más cerca que yo.
-Está bien. ¿Qué día es?
-Este fin de semana. En el Four Seasons.
-¿Y quién se supone que me acompañará?
-Tranquila mi niña, puedes ir sola. Aunque bueno, podrías ir buscándote un novio. En fin, la prensa principalmente se centrará en Charlize y su prometido, solo quieren confirmar las presencias de la alta sociedad. Te enviaré los detalles por correo.
-Está bien mamá. Dale un beso de mi parte a papá y dile que le quiero. Adiós mamá. Te quiero.
-Y yo también te quiero mi niña. Adiós.
Cuelgo. Genial, una fiesta de compromiso llena de burocracia y gente importante que no me interesa lo más mínimo. Acepté la beca y me puse a trabajar para alejarme de eso. No quiero formar parte de ese mundo y por lo tanto también me alejé del dinero de mis padres. Salgo del edificio cuando noto que una mano me coje de la muñeca. Me giro. Es el chico que estaba en el despacho de Harry Rollands. ¿Como se llamaba?
-¿Qué has echo a los jefes?¿Qué te han prometido?
-¿Quién eres?
-Soy Dylan Tarner. Te ví en el despacho del señor Rollands. Yo empecé como tú, todos siendo amables y con promesas. Y ahora me quieren echar.
-El señor Gringer dijo que habías tenido incidentes. Y yo no tengo la culpa.
-Solo quiero advertirte.
-Pues suéltame.
-Tranquila, pelirroja. No te creas la gran cosa, solo eres la nueva zorrita de Harry y John.
-¿Disculpa?¿Quién te crees que soy? Me llamo Katherine Howkings. John Gringer me vió en una clase práctica y decidió darme trabajo de becaria. Soy estudiante de derecho de la Universidad de Harvard. Mis padres son importantes abogados. No soy la zorra de nadie.
-Uy, usted disculpe señorita pija.
-¿Sabe qué? Esto no se quedará así. Adiós, señor Tarner. -le digo, y me voy. ¿Qué se cree ese tío? No puede llegar, pararme y llamarme zorra. ¿Qué se ha creído?
ESTÁS LEYENDO
Compañeros de piso
Ficção Adolescente-¿Cómo sabes que te acepto en el piso? -Porque soy limpia, ordenada, sé cocinar y te puedo dar un adelanto del alquiler de dos meses.-contesté, segura. -Vivir contigo será raro. -¿Raro porque soy la mejor amiga de tu hermano pequeño o porque soy la...