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— Miso, ¿qué quieres hacer hoy? — me pregunta Jimin mientras cenamos unas pizzas que trajo. Tenemos el hábito de ver películas en casa o salir a caminar después de cenar.

— Hmm debes estar cansado de trabajar en la tienda, oppa. Películas — él sonríe al verme que no puedo tragar el pedazo de pizza que estoy comiendo. Empiezo a toser y golpea mi espalda.

— Come despacio... — me regaña riéndose.

— ¿Qué película veremos? — mi respiración vuelve a ser normal luego de tomar un poco de agua y, finalmente, tragar el pedazo de pizza.

— De terror.

— Ay no, oppa. No me gustan. Luego tengo que dormir con la luz encendida — disminuyo mi tono de voz, avergonzada.

— Tienes 20 años, Miso ¿cómo pueden asustarte?

Jimin se sienta a mi lado y me toma de los hombros.

— Veamos una de terror. Si te asustas, dejaré que duermas conmigo, ¿está bien? — pellizca mi mejilla y se levanta. 

Suspiro desganada. Cuando se trata de gustos de películas, somos muy distintos. 

— ¿Qué es eso? Oppa, por favor no... — me quejo al ver la portada de la película que eligió. Aparece una mujer de aspecto tenebroso con un pasillo de hospital de fondo.

— No da tanto miedo, tranquila — palmea mi hombro, confortándome.

Jimin apaga las luces y nos sentamos sobre unas almohadas frente a la TV. Me paso toda la película escondiéndome detrás suyo y asustándome con los gritos de los personajes. Y dijo que no daba miedo, pff...

— No dió tanto miedo, ¿no, Miso? ¿Miso? — Jimin me observa mientras me muerdo las uñas, ese es mi hábito cuando estoy asustada, y se ríe. Al parecer disfruta viéndome sufrir.

— Ven, vamos a dormir — trata de contener su risa pero lo hace pésimamente. Me extiende la mano y me levanto. Cuando llego a la puerta de mi habitación, intento soltarme de su agarre pero él me tira contra él y me lleva hasta su habitación.

— Con lo asustada que estás, no podrás dormir en toda la noche si estás sola — me quedo parada en la puerta mientras él se cambia de remera. Cuando se la quita, volteo la mirada y me sonrojo un poco. No sé si será por el calor del verano pero hace unos días que esto me sucede con frecuencia; hay momentos en los que veo a Jimin, siento como mi rostro se calienta y termino como un tomate.

— ¿No te quitarás eso? — me dice, señalando mi remera.

— ¿Eh? — respondo nerviosa y cruzo mis brazos sobre mi pecho.

— ¿No te pondrás tu pijamas? 

— Oh... sí, sí. Ya vuelvo — qué boba. Hablaba del pijamas.

De camino a mi habitación, aprieto mis mejillas y siento el calor que éstas emiten. Me cambio la ropa y vuelvo a la habitación de Jimin. Él está sentado en la cama con su celular. Me acerco por detrás y alcanzo a ver que estaba mandando mensajes.

— ¿Una novia? — le pregunto y voltea a verme, escondiendo rápidamente el celular.

— Chismosa — me dice y me empieza a hacer cosquillas. Cuando empiezo a suplicar con lágrimas en los ojos que se detenga, lo hace. Cruzamos miradas; yo de espaldas al colchón y él sobre mi con sus manos apoyadas a la altura de mis hombros. Trago saliva y trato de controlar mi respiración. Él sonríe y siento que mi corazón ya no me obedece.

— Ya, acuéstate o mañana volverás a quedarte dormido — lo empujo y cae sobre la cama. Ruego que no se haya dado cuenta que me puso nerviosa. Iba a taparse con las mantas pero se las quito y las guardo en su armario.

— Pero me da frío por las noches... —se queja sentado en la cama.

— Oppa, hace calor. ¿De qué frío hablas? — me recuesto de nuevo y él me imita.  Entrelazo mis manos sobre mi estómago y cierro los ojos. Siento que él se mueve y giro para verlo. Está de costado, con su brazo izquierdo debajo de su mejilla y viéndome fijamente.

— Oppa, ¿qué haces? Duérmete... — paso mi mano por su rostro. Aunque actue muy normal, mi corazón se descontrola cada vez más con esos simples actos suyos.

Sonríe y, sin decir nada, me envuelve con sus brazos y mi rostro termina a centímetros de su cuello. No logro articular palabra alguna, son muchas emociones para una noche sola.

— Ya que me quitaste las mantas, debo abrazarte para no sentir frío... — acomoda su mentón sobre mi cabeza —... buenas noches, Miso.

El silencio me permite agudizar mi oído y logro escuchar muy claramente sus latidos; parecen estar un poco acelerados. Quizás sea por la pequeña guerra de cosquillas que tuvimos hace un rato. Acomodo mi cabeza sobre su hombro, cierro los ojos y una sonrisa se dibuja en mi rostro. Él mueve sus piernas, buscando entrelazarlas con las mías y lo dejo.

Sé que lo que siento no está bien. Jimin me permitió formar parte de su vida como su hermana menor y no como una chica cualquiera. Él nunca me verá como algo más que eso y, aunque lo sé muy bien, igualmente no puedo evitar sentirme así. 

[1 MES DESPUÉS]

No soy una chica muy sociable así que incómoda un poco tener que estar con tantas personas en la universidad pero también estará Jimin, eso me tranquiliza un poco. Aunque no debo depender de él; no puedo depender de él para siempre, ya tengo 20 años, no soy ninguna niña. 

Hoy es lunes y nos despertamos bien temprano. ME despierto temprano, es imposible que Jimin se levante si no lo despierto antes. Nos cambiamos, preparamos nuestras cosas, desayunamos y salimos. El día está hermoso a pesar de que faltan un par de días para que el otoño comience; caminamos unas calles hasta la parada de bus y después de un viaje de 20 minutos, llegamos a la universidad.

Nos bajamos del bus pero no puedo moverme de mi lugar. Parezco una niña que recién ingresa al primer año de colegio y quiere esconderse detrás de su madre porque tiene miedo. Jimin se voltea, me toma de la mano y con una sonrisa me lleva hasta adentro.

Parece ser que él es muy popular porque las chicas no dejan de lanzarme miradas de odio al verme de la mano con él.

— ¿Qué clase tienes ahora, Miso? — nos detenemos frente a una cartelera. 

—Matemática I — las miradas de todas las chicas que pasan por allí me empiezan a poner incómoda. Me miran como si fuera una presa a la que van a atacar. 

— Eso es en el salón 34 A, en el tercer piso. Ven, te llevo — vuelve a tomarme de la mano y en unos minutos llegamos a un salón con un cartel que dice "34 A clase de Matemática I de 9:30 a 12:30 PM. Profesor Choi Il Sung". 

Ya se que dije que no debo depender de Jimin pero quisiera que se quedara a mi lado. Espero que el salón sea lo suficientemente grande para sentarme sola en algún rincón, sin que nadie se fije en mi.  tiene otra clase y está llegando tarde, asi que se despide de mi con un "fighting" y sale corriendo.


|| Do You Remember Me? || Suga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora