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[MISO]

Recuerdo mis días como Nephilim. Los primeros años de mi vida viví totalmente ajena a mi real naturaleza. Me sentía una niña más, como los demás niños que me rodeaban; llena de energía, feliz y despreocupada. No fue hasta que cumplí 5 años que mis propios dones me asustaron una tarde que estaba jugando con otros niños y, de repente, empezé a escuchar sus pensamientos. Me acuerdo que oír todas sus voces internas juntas al mismo tiempo me aterró como nunca en mi vida hasta ese momento. Salí corriendo a casa y no dejé de llorar en los brazos de mi madre hasta que mi padre regresó y me habló por primera vez sobre lo que soy.

Me creí una superheroína.

Pero cuando mi padre fue castigado por intentar revertir lo que Seokjin me había convencido de hacer, me di cuenta de que no era ninguna heroína. Sólo era una niña descuidada, egoísta e ingenua. Estar en mi propia piel me resultaba repulsivo. Cada respiro que daba era como una apuñalada directo al corazón. Este aire que respiro, pensaba, mi padre debería ser quien lo respire, no yo. Él sacrificó su propia vida por mi.

En ese entonces no lo comprendía, pero ahora si; él era inmortal por ser un ángel pero mi madre no lo era. Trato de entender lo mucho que debió haber sufrido al enamorarse de alguien que sabía que va a morir, no hoy, ni mañana, pero algún día mientras que él nunca tendría que preocuparse por eso.

No quería que a mi me sucedería lo mismo. No quería que yo adquiriera esa inmortalidad completa para que pudiera enamorarme libremente del ser humano que quisiera.

Sacrificó una vida entera junto a la mujer que amaba para salvar a su única hija y ahora esa hija no deja de sembrar dolor y sufrimiento en las vidas de las personas que la rodean.

— ¿Miso? ¿Estás bien? — me sobresalto cuando escucho repentinamente la voz de Yoongi.

— Sí — respondo sin pensar. Últimamente me sale a la perfección eso. Agrego una tímida y desganada sonrisa para convencerlo pero, en realidad, yo soy la que necesita ser convencida; necesito convencerme de que puedo protegerlos a ambos, que soy lo suficientemente valiente para enfrentarme a lo que sea y a quién sea.

"Tú, Min Yoongi, eres el siguiente"


Maldita sea, ¿por qué no puedo ser positiva? Unos escalofríos recorren mi cuerpo cuando vuelvo a escuchar esa voz en mi mente. Pero esta vez, hay algo diferente; siento algo distinto. Mi mente se vuelve un remolino tratando de recordar un rostro, un nombre, cualquier cosa. Lo único claro que tengo, y sólo porque algo muy dentro de mí lo siente, es que esa voz me hace sentir lo mismo que Jung.

Antes me sentía confiada y segura pero ya no sé. Ya no sé en qué creer.

Vi a Jung morir. Lo vi pero yo también morí y, sin embargo, aquí estoy.  Barajo esa idea en mi mente, buscándole algo de lógica, pero ninguna conclusión me resulta lo mayormente convincente como para aferrarme a una.

Repaso cuidadosamente cada palabra que intercambié con ella, buscando algo que me sirva de pista, hasta que recuerdo que Yoongi, anoche, en un momento me quitó el celular y habló con ella.

— Yoongi — voy hasta la cocina y lo veo terminando de lavar las tazas.

— ¿Pasó algo? — se voltea bruscamente hacia mi y casi se le cae una de las tazas al suelo. 

— Eh... Anoche, cuando volvió a llamar, tomaste mi celular y hablaste con ella — respiro hondo. — ¿Qué te dijo? —.

Su rostro se tensa y evita mis ojos. Como si nada, me da la espalda y se pone a secar las tazas.

|| Do You Remember Me? || Suga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora