|| Do You Remember Me? || Suga ||

.26.

[MISO]

La oscuridad se abre paso delante de mi y se extiende hasta donde mis ojos pueden ver. Ni siquiera se si estoy pisando suelo firme o si estoy flotando en el aire. El único sonido que escucho es el de mi respiración agitada. Me aterra no poder ver qué hay a mi alrededor, si hay algo acechándome o tal vez alguien.

Entonces, aparece un claro de luz delante de mi pero lejano y, sumida en ella, hay una sombra. Me muevo hacia ella, impulsada por el temor y la curiosidad pero es como si estuviera corriendo sobre una cinta de ejercicio; por más que me mueva, parezco estar siempre en el mismo lugar. 

Ayúdame, Kim. No quiero morir.

La voz rogante de Yoongi me congela por dentro, sin embargo, me impulsa a moverme más rápido hacia él. Cada paso que doy sacude mis sentidos y la desesperación va ganando terreno en mi interior. Se siente como si hubiese corrido una vasta extensión cuando finalmente me encuentro frente a él.

Está sujeto de las muñecas con unas sogas, con los brazos hacia arriba. Sus manos están levemente moradas, por la falta de circulación. Cuando digo su nombre, levanta la cabeza y me paralizo como si el tiempo y el espacio dejaran de existir a mi alrededor. Su rostro está cubierto de sangre y esa débil luz que viene de detrás suyo, intensifica aún más el brillo de sus ojos, sumiéndolos en la una semi oscuridad que hiela mis sentidos y se cuela hasta mis huesos.

¿Por qué me haces esto, Kim? ¿Qué te hice?

No puedo respirar. Mis manos me tiemblan cuando intento aflojar los nudos de las sogas y, aunque me aterrorize su rostro, no puedo dejar de verlo.

 Perdóname, yo no quería... No quería esto, Yoongi. 

Mi garganta me duele como si me atravesaran un cuchillo mientras hablo. Continuo tratando de aflojar los nudos torpemente con la vista borrosa por las lágrimas. Él gime de dolor. Ese sonido se cuela por mis oídos y retumba en mi mente, como un martilleo constante.

¿Por qué me haces esto, Kim? ¿Por qué?

Su voz se va desvaneciendo. Baja la cabeza y pega su mentón a su pecho.

Te voy a sacar, aguanta un poco más.

Yoongi, ¡Yoongi! 

Ese silbido que marca su respiración irregular y cansada se acalla. Sólo mi respiración exasperada se escucha.

¡Yoongi! 

Pongo mi mano en su pecho y no siento sus latidos. Entre lágrimas que brotan desde mi interior como si fueran disparadas y sollozos, no dejo de decir su nombre. Hago dos puños con mis manos y golpeo su pecho pero solo consigo que su cuerpo se tambalee un poco, suspendido en el aire como una marioneta. 

— ¡HEY, MISO! ¡DESPERTATE! — Yoongi me toma de los hombros y me sacude con fuerza, tanto que con un mal movimiento, me hago mal el cuello. Cuando abro los ojos, veo borroso. Me paso el brazo por ellos y mi visión se aclara. Respiro con dificultad. Mis labios están resecos y agrietados y me duelen cuando los junto.

— ¿Estás despierta? — pone sus manos en mis mejillas y me mira preocupado. No puedo contestar a su pregunta. Abro la boca para hablar pero no puedo decir nada.

Su rostro, pálido, inmaculado y limpio, sin un rastro de sangre en él me hacen dar cuenta de que fue un sueño. Una pesadilla. Pero aunque haya sido un mal sueño, no soy capaz de hacer que las lágrimas se detengan. Son ajenas a mis propios impulsos; es como si tuvieran vida propia y hubieran decidido que es el momento de salir afuera a jugar.