Desvío rápidamente la mirada de sus ojos. Temo ser delatada por la mezcla de alegría por haber recuperado la memoria y el dolor de esos recuerdos que llenan mis ojos.
¿Qué hace acá? ¿No tendría que estar con Jimin en la universidad?
— Jimin me dijo que te sentías mal y me pidió que venga a verte —.
Suena tan normal como de costumbre; ese temblor penoso en su voz que anoche estrujó mi corazón como si fuera de papel ha desaparecido y su rostro ya no brilla por la humedad de su llanto. Su voz ha recuperado su tono normal y no es vacilante, al contrario, es muy segura.
Como si anoche nunca hubiera sucedido.
— Estoy bien — yo soy la que suena vacilante ahora. Continuo sosteniendo la perilla de la puerta con fuerza para evitar temblar.
¿Se lo digo? ¿No se lo digo? ¿Se lo digo? ¿No se lo digo?
Estuve toda la noche pensando en ello y aún no puedo decidirme qué hacer.
— ¿Puedo pasar? — su dulce voz interrumpe mi análisis mental de la situación. No lo veo directamente a los ojos pero siento como si éstos trataran de ver mi interior.
Después de pensarlo unos segundos, concluyo en que no debo dejar que él sospeche nada. Doy un paso atrás, quéjandome en voz baja cuando apoyo el pie lastimado y le dejo la entrada libre. El aire del pasillo se llevaba ese particular aroma suyo pero cuando entra adentro del departamento, parece dejar un rastro, un velo invisible en el aire que me estremece.
Es ese mismo aroma que me volvía loca hace 7 años.
— ¿Todavía te duele? — escucho sus pasos acercándose a mi por mi espalda.
Contrólate; no dejes que el pasado se apodere del presente. No dejes que tus emociones te ganen de mano.
— Algo, pero no es nada — contesto cortante. Me voy a la cocina y él me sigue. Me sirvo agua y le ofrezco un vaso a él también.
Aprovechando su momento de distracción al beber el agua, le echo un vistazo rápido: verlo apoyar sus labios en el borde de cristal del vaso me hace recordar lo suaves y esponjosos que son, que tan bien sabían, como mi corazón casi sale volando como un colibrí todo el tiempo que nuestros labios estuvieron unidos.
A pesar de verse calmado, veo en sus ojos cierta inquietud y angustia, lo que me hace pensar que sabe controlar sus emociones físicamente muy bien. El agua en el vaso no se mueve temblorosa por su pulso tampoco.
Bueno, ahora que vió que estoy bien seguramente se irá.
— Eh... Miso —.
Sigo viendo mi vaso y trato de imitar su expresión tranquila. Miso; es como si ese nombre ya no me quedara, ya no lo siento mío.
— ¿Hmm? — digo sin ponerle demasiada atención. No lo miro pero al escuchar como su respiración se entrecorta, es como si ya supiera que va a decir. Hace una pausa más larga de lo que creí y horriblemente incómoda.
Ya, dilo.
— Sobre lo que pasó anoche... —su voz se hace más débil. Rodea la mesa y se para frente a mi. Ahora que lo pienso mejor, evitar su mirada por tanto tiempo no ha sido buena idea. Seguramente ya se dió cuenta de que estoy nerviosa.
Otra vez hace una pausa. Si tan solo hablara más seguido y rápido, me evitaría pensar de más.
— Anoche no pasó nada — me apresuro a decir antes de que él hable. Dejo el vaso sobre la mesa y me voy rengueando hasta la sala. Me duele decirlo porque sí pasó y me gustó. No sabía cuánto lo extrañaba hasta anoche.
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|| Do You Remember Me? || Suga ||
Fanfiction~ Secuela de "Between Heaven & Earth" "¿Tendré la oportunidad de volver a la Tierra en algún futuro y vivir ese amor que nació entre Yoongi y yo?" © eunheeso