|| Do You Remember Me? || Suga ||

.10.

- {Narra Yoongi} - 

Vuelvo a mi casa y mi madre aún no volvió del hospital. Dejo mi mochila al pie de mi cama y me tiro en ésta como si cayera en caída libre. 

Después de haber tenido conocimiento sobre la existencia de los Nephilims, busqué en internet y libros toda la información que había sobre ellos y leí varias leyendas sobre que éstos pueden elegir ser una de las dos naturalezas que los componen, es decir, humanos o ángeles, pero no explica qué deben hacer para ello. También leí que los ángeles pueden transformarse en humanos y bajar a la Tierra a vivir como tales. 

No hay nada más que quiera en este momento que saber si Miso es Kim.

— Yoongi, tengo hambre. ¿Qué harás de cenar? — Boa abre la puerta pero no quita sus ojos de su celular.

— ¿Puedes golpear antes de entrar? — le digo irritado. Ella golpea la puerta y vuelve a repetirme la pregunta. Además de ser una adolescente insoportable tampoco sabe cocinar, para mi desgracia. Yo tampoco sé cocinar muy bien pero mejor que ella, seguro.

— Boa, ¿te acuerdas de ese ángel del que siempre hablabas? Que se parecía a Kim.

Desde que Kim murió, le dije a Boa que ella tuvo que irse con su hermana y, desde entonces, la ha odiado. En aquel momento, hace 7 años, Boa era una niña inocente, no podía decirle que Kim había muerto. Le hubiese roto el corazón, entonces inventé esa mentira, aunque no sé si fue una buena idea.

— No quiero hablar de ella — me dice irritada. — ¿Y bien? ¿Harás de cenar o llamo a un delivery?

Quejándome, me levanto y caliento dos porciones de kimchi que mi madre preparó más temprano. Miro mi plato pero no tengo apetito; se me ocurre que la única persona que puede aclarar mi duda es aquella persona que trató de defenderla hasta el final.

* * *

- {Narra Miso] -

— ¡Miso! ¿Puedes revisar mi celular? ¡Estoy duchándome! — el celular de Jimin suena y con sus gritos desde el baño, me levanto del sillón, lo tomo y vuelvo a sentarme.

*Pantalla del celular*

Nuevo Mensaje de Sumi: Hyun hará una fiesta este sábado en su casa. ¿Quieres ir? 

De repente, me da acidez en el estómago al ver la foto de una chica muy bonita en su celular. ¿Quién es esta perra llamada Sumi?

— ¿Quién es? — Jimin aparece en la sala usando unos shorts, sin remera y secando su cabello con una toalla. Lo miro con el ceño fruncido, golpeo su pecho con el celular y me voy a dormir.

Ya se que soy inmadura por actuar así pero ¿qué otra cosa puedo hacer? Estoy celosa y no puedo ocultarlo. 

— Miso, ¿puedo pasar? — Jimin golpea la puerta pero no le respondo y me escondo debajo de las sábanas. Escucho el chirrido de la puerta abrirse y seguidamente, el colchón a mi lado se hunde porque alguien se sentó sobre él. 

— Miso... — odio que haga esa voz suave porque si me habla de esa manera, no puedo enojarme con él. Corre las sábanas y descubre mi rostro pero no volteo a verlo.

— ¿Qué? — le respondo cortante. Se inclina sobre mi, su nariz roza mi mejilla y su respiración choca contra ésta también. Si volteara, nuestros labios se unirían seguramente. 

— ¿Puedo dormir contigo hoy? — su pregunta me sorprende y volteo a verlo pero él se alejó unos centímetros y definitivamente nuestros labios no se tocan para nada.

— ¿Acaso soy tu oso de peluche? — le respondo de mala manera. Él me atrapa en sus brazos y por más que intente zafarme, no puedo porque además de sostenerme con sus brazos, entrelaza sus piernas a la altura de mi cintura y mi rostro termina en su pecho. 

— Eres el osito de peluche más suavecito del mundo — me dice mientras me acerca aún más a su cuerpo. Sus palabras hacen que mi enojo desaparezca por completo y sea reemplazado por un sentimiento de alegría tal que haría explotar mi corazón, incluso si lo dice como hermano y no como hombre. 

Maldito manipulador.

— Esa Sumi... — hago una pausa y muerdo mis labios. 

— Es solo una compañera — continua. Me aparta de él para verme a los ojos.

— Entonces, ¿no es tu novia? — pregunto con cierto grado de felicidad en mi voz.

— No. ¿Por qué? ¿Celosa? — dice con una sonrisa de oreja a oreja.

— Sigue soñando... — le respondo y me acomodo entre sus brazos para dormir. 

Puede elegir una entre un grupo enorme de chicas que están locas por él pero nunca trajo una a casa o ha salido en una cita con alguna, al menos no que yo sepa. Por un lado me hace feliz porque...

Bueno, me hace feliz y ya pero por otro lado, se debe sentir muy solo. Cualquiera quiere tener alguien a su lado que lo ame y que tenga miedo de perderlo. Y supongo que Jimin también desea eso.

Debo dejar de actuar como una niña y dejarlo vivir su vida.