|| Do You Remember Me? || Suga ||

.15.

[Narra Yoongi]

Desde aquella fatídica noche, solo lo he vuelto a ver un par de veces; a pesar de que su padre no era una buena persona exactamente, Hoseok lo quería por el simple hecho de ser su padre y haberlo matado lo marcó mucho, por eso me duele y me pone algo incómodo tener que hacer que los recuerdos de esa noche regresen pero necesito saber. De verdad necesito que todas mis preguntas y dudas sean contestadas y disipadas. 

Marco el último número que tengo de él y me alegra oír su voz alegre del otro lado después de tanto tiempo, es como si retrocediera en el tiempo hasta cuando estábamos en el colegio y nos la pasábamos matando el tiempo con junto con Taehyung. 

Extraño tanto a ese alien también; está trabajando en un estudio jurídico mientras está en el último año de abogacía. Y pensar que odiaba estudiar y terminó en una de las más prestigiosas universidades de Corea del Sur. Bien hecho, Tae Tae. 

Tomo un abrigo y salgo a tomar el bus para encontrarme en un café en el centro con Hoseok. En el viaje, ensayo una y mil veces las preguntas que quiero hacerle.

¿Qué sucede cuando un Nephilim muere? ¿Se transforma en ángel? ¿Puede ser enviado a la Tierra como ser humano? ¿Qué sucede con la edad? ¿Siguen teniendo edad eterna o no? ¿Cómo me doy cuenta si es Kim o no?

Me bajo del bus una parada antes sin darme cuenta y tengo que caminar unas 7 calles hasta llegar al lugar donde nos vamos a encontrar.

"Ve a Late Night Coffee, en la calle principal a las 5 PM"

La voz de Hoseok resuena en mi cabeza una y otra vez mientras observo los carteles de neón de cada negocio en la calle principal, buscando uno que diga Late Night Coffee. Cuando lo diviso, apresuro la marcha. Entro en el lugar y Hoseok sacudo su brazo en alto desde detrás de un mostrador; está vestido con un pantalón negro y una camisa blanca con su nombre bordado a la altura de su corazón. Una sonrisa que refleja la alegría que siento de verlo aparece en mi rostro e imito su saludo.

— En 10 minutos tengo un break, espérame en aquella mesa — me dice Hoseok señalando una mesa pequeña para dos no muy lejos de donde estamos.

Los 10 minutos pasan volando y cuando quiero acordar, Hoseok se sienta en frente de mi con dos cafés.

— Ha pasado tiempo, ¿no? — sonríe mostrando esos dientes perfectos que siempre tuvo.

— Hm, creí que estarías en la universidad. Siempre pensé que de los tres, tú serías el único que iría — tomo un sorbo del café y sabe delicioso y muy suave.

— Si, no puedo creer que Kim Taehyung casi tenga el título de abogado si todos los días tenía que pasarle la tarea — ambos sonreímos al recordar aquellos momentos pero cuando recuerdo el por qué de nuestro encuentro, me siento un poco incómodo.

— Pero no me llamaste para ponernos a recordar cosas del colegio como dos viejas nostálgicas, ¿verdad? —  entrecierra los ojos y sonríe pícaramente. Me conoce bien, después de todo, hemos sido mejores amigos desde los 10 años. Clavo los ojos en la espuma que aún recubre mi café como si intentara buscar las palabras que decir en ella y coloco mis manos alrededor de la taza, sintiendo como ésta va perdiendo su calor de a poco.

— Necesito ayuda con algo y sólo tú puedes ayudarme — Hoseok me observa serio. Es muy raro verlo así, son pocas las veces en las que lo he visto con una expresión seria y tensa en su rostro.

— Dime en qué te puedo ayudar — dice él inocentemente. Sé que esto le traerá recuerdos horribles que seguramente le costó incontables días y noches olvidar, así que, perdón amigo.

— Es sobre... — hago una pausa involuntaria y respiro hondo —... sobre Kim.

El rostro de Hoseok sigue serio y tenso pero puedo ver como sus ojos se llenan de una tristeza profunda cuando digo su nombre.

— Pero Kim murió — dice con un tono de voz muy distinto a su voz normal.

— Sí, pero... aquí es dónde necesito de tu ayuda, Hoseok —.

Le cuento sobre Miso, su situación, su amnesia, su parecido con Kim y todo. El tiempo pasa muy rápido y, lamentablemente Hoseok debe volver a trabajar pero me pide que vuelva a verlo cuando salga a las 8 PM. Me paso un poco más de 2 horas dando vueltas por el lugar hasta que el reloj marca las 8 PM y Hoseok sale del café, vestido completamente diferente. Empezamos a caminar por la calle principal con pasos lentos y pausados, en silencio mientras Hoseok tiene cara pensativa.

— Dijiste que Miso sufre de amnesia y no recuerda nada sobre su vida hasta hace 2 años, que tu amigo la encontró malherida en la calle, que luce exactamente igual que Kim y tiene 20 años — Hoseok dice en voz alta para sí mismo y yo asiento a cada palabra que dice.

— Todo me hace pensar que es ella pero su edad no encaja — digo impaciente ante el análisis lento de Hoseok.

— Los Nephilims son tan humanos como ángeles y éstos pueden ser enviados a la Tierra como seres humanos y vivir como tales pero los libros que he leído no describen cómo es la transición del Cielo a la Tierra. Algo que sí mencionan los libros es que éstos pierden sus recuerdos de su vida como ángeles al ser enviados a la Tierra como humanos para no revelar nada —. 

—Eso es un punto a favor — digo sonriendo aliviado. —¿Pero qué hay con su edad? Kim tenía 18 años cuando murió hace 7 años —.

— En realidad Kim no tenía edad; los Nephilims son seres inmortales. Se dice que en el Cielo tampoco existe la edad, así que, si cuando ella murió fue al cielo, el tiempo nunca transcurrió —. 

Lo de su amnesia, su parecido con Kim y ahora su edad, todo concuerda; definitivamente debe ser ella.

— ¿Pero existe una forma de comprobar si es ella o no? —.

— Lo comprobarás con lo que sientas al verla. Una persona puede cambiar su exterior pero nunca su esencia —.

Las palabras de Hoseok alimentan mi esperanza y me permito sentirme tan feliz como hace tiempo no me he sentido. Desde que Kim murió en mis brazos, no he sentido felicidad nuevamente; sólo sonrisas falsas, buen humor simulado e incontables "estoy bien" ficticios cada vez que no lograba poner una sonrisa en mi rostro. No sé en qué momento ocurrió pero ella se había convertido en una parte de mi y cuando se fue, fue como si de repente alguien arrancara todas las estrellas del cielo y éste se volvíese oscuro, vacío y sin vida.

Pero ahora siento muy adentro de mi corazón, que mi cielo oscuro y sin vida, está a punto de recuperar sus estrellas brillantes nuevamente.