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La puerta de la habitación donde está Sunhee está cerrada pero el sonido de la máquina que registra sus latidos se oye igual. Un sonido ahogado y apagado, absorbido por la puerta de madera, que indica que aún está aquí, con nosotros. 

Yoongi parece una estatua parado con una pierna apoyada en la pared y con los brazos cruzados sobre su pecho mientras observa la puerta. La enfermera dijo que sólo podían entrar en horario de visita.

Boa se mueve un poco y un cosquilleo que va desde mi hombro hasta mi mano, recorriendo todo mi brazo, me causa dolor. La despierto y, medio dormida, la llevo hasta una de las sillas donde están Jimin y Minah y se les suma. Apoya su cabeza en el hombro de Jimin e inmediatamente vuelve a quedarse dormida. Sacudo mi brazo y, de a poco, el cosquilleo va cediendo.

Desde que terminó de comer el sandwich que le dió Boa, Yoongi no ha dicho una palabra. Sólo se mantiene inmóvil y con la mirada fija en la puerta. Me pregunto si su pierna no se ha acalambrado como mi brazo por sostener a Boa.

Siento deseos de abrazarlo y darle todas mis fuerzas, hacer desaparecer su sufrimiento. No cambia la expresión de su rostro pero una lágrima empieza a caer por su mejilla y no lo pienso, me paro frente a él y con mi pulgar, borro el rastro que deja esa lágrima sobre su pálida mejilla. 

Cuando sus ojos se clavan en mi, es como si fuera un deja-vú. Me hablan sin palabras, más bien expresan lo que su corazón está sintiendo en este momento. Está agobiado, triste y agotado pero aún así se obliga a si mismo a ser fuerte. 

Siento como si estuvieran gritando, rogando desesperadamente que lo saque de allí y que termine esta pesadilla. Justo como lo soñé ayer.

Sin darme cuenta, limpio su lágrima pero no aparto mi mano de su mejilla. Estoy tan sumida en su mirada, adoptando como propios cada sentimiento que rescato de sus ojos, que no es hasta que veo su mano tocar mi rostro de manera similar a como hice con el suyo, que me doy cuenta de que yo también estoy llorando. Su dolor se abrió camino hasta mi corazón y entró de una; me ataca sin piedad, arañándolo, golpéandolo bruscamente, patéandolo, pisotéandolo y sacudiéndolo para todos lados.

Le doy ese abrazo que vengo guardando desde que llegué aquí. Aprieto mis brazos alrededor de su cuerpo con fuerza pero él no se queja, todo lo contrario, responde a mi abrazo con la misma intensidad. Su pecho tiembla y me doy cuenta de que está llorando. Puedo oír su respiración entrecortada con tanta claridad que siento morir por dentro.

* * *

[YOONGI]

Me siento en un sueño. Mejor dicho, una pesadilla. Ella se dedica a salvar la vida de los demás y ahora es al revés; sus compañeros de trabajo, médicos y enfermeras, entrando y saliendo de la sala, intentando salvarle la vida a mi madre. 

— No puedes entrar, por favor espera aquí — me dice una enfermera cuando intento acercarme a la puerta de la sala. Cuando entran y salen, ésta hace vaivén y tengo vistazos rápidos de mi madre sobre la camilla rodeada de, por lo menos, 4 personas, sábanas blancas cubiertas de varias manchas rojas que relucen bajo la luz potente que ilumina la sala. 

Mamá, por favor no nos abandones ahora. Te necesitamos.

Eso es lo único que puedo pensar, lo que mi cabeza me deja pensar. Camino de principio a fin del pasillo, los pies me duelen pero no me importa. Cuando llegué había varias personas, más movimiento y ruido pero, gradualmente, con el correr del tiempo, éstos van disminuyendo hasta reducirse a un llanto descontrolado que le pertenece a Boa. Me siento igual que ella por dentro pero debo ser fuerte por ella, no puedo permitirme ser débil. Debo brindarle seguridad y que todo estará bien.

|| Do You Remember Me? || Suga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora