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Los nervios se apoderan de mi cuando veo que Yoongi empieza a leer algunas de las notas que escribió Jungkook.

— ¿Qué estudiaban? — me pregunta con un tono de voz curioso.

— Ah... — mi mente se queda en blanco. Me siento absorbida por esa mirada penetrante.

Maldición, ¡Jimin! ¡Jungkook! ¿Dónde están?

Sus ojos fijos en mi me hacen sentir como si en cualquier momento fuese a atravesarme con ellos como si fueran láseres. ¿Qué llegó a leer de las notas?

— Analizábamos una historia que nos dió el profesor — mis neuronas hacen contacto y logro hablar aunque no soné muy convincente a mi parecer. Se nota cuando miento; no puedo ver un punto fijo por más de 2 segundos.

Por detrás de Yoongi, puedo ver a Jungkook haciéndome señas desde la cocina. Agita los brazos señalándolo a él y, a pesar de que no dice nada, entiendo muy bien lo que quiere.

Quiere que hable con Yoongi sobre Kim.

Y ni loca voy a hacer eso. No, no. Ni borracha haría una cosa así.

— No, bas-ta — articulo mis labios exageradamente sin emitir algún sonido para que me entienda a la distancia, aprovechando unos segundos que Yoongi se distrae y no me mira.

— ¿Qué quieren cenar chicos? — Jimin nos pregunta a los 3 en general. Sunhee nos había traído comida casera como para 3 o 4 días pero nos la terminamos en 2 días. Somos unos cerdos pero es que estaba tan deliciosa.

— Por mi lo que sea — soy la primera en hablar.

— ¿Pizza? ¿Ramen? ¿Kimbap? — Jimin empieza a enumerar sus comidas favoritas. Aún después de 2 años me sorprende como puede ser delgado comiendo sólo eso la mayoría del tiempo. Supongo que es de metabolismo rápido.

— ¡Pizza! ¡Pizza! — dice con una sonrisa mientras se acerca a nosotros.

— ¿Te parece bien? — Jimin le pregunta a Yoongi y éste último asiente.

— Seguiremos con nuestra tarea hasta que la pizza llegue — me esfuerzo por sonar normal y arrastro a Jungkook conmigo a mi habitación.

Cierro la puerta casi de un portazo y lo empujo hasta que cae sentado en mi cama.

— ¿Qué haces? ¿Por qué me presionas? — le susurro enojada. Las paredes no son tan gruesas como quisiera. Cualquier ruido un poco fuerte o cualquier elevación del tono de voz se escucha claramente del otro lado de las paredes.

— Primero: aprietas fuerte. Mira — levanta el brazo y me muestra la muñeca un poco enrojecida. — Segundo: tienes muchas preguntas que solamente pueden ser contestadas por él. ¿Qué esperas? ¿No sientes curiosidad? — me dice con su tono normal de voz.

— Obvio que siento curiosidad pero no puedo preguntarle así de la nada. Debo encontrar la oportunidad — me siento a su lado y contemplo su muñeca un poco avergonzada. — Perdón — lo rozo con mi brazo en modo de disculpa.

— Esta es una oportunidad — se inclina sobre mi costado y me empuja levemente, jugando.

— No puedo preguntarle con Jimin dando vueltas. Además hablar de Kim con él no es lo mismo que hablar sobre cualquiera — digo con cierta nostalgia. Me pongo en el lugar de Yoongi y trato de sentir lo que él sentiría. Recordar tanto momentos felices como tristes, sumergirse en una mezcla de emociones difícil de comprender.

— Tienes razón, perdón — me empuja repetidas veces hasta que me hace reír con esas caras graciosas que hace. Eso es algo que me agrada de él, siempre está ahí para sacarte una sonrisa sin importar que tan mal estés.

|| Do You Remember Me? || Suga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora