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¿Fue el destino que Jimin fuera quien me encontrara o fue algo más? 

Cada segundo que pasa, una duda nueva surge pero todas las respuestas que busco, están detrás de esa puerta. Parece decirme "anda, ábreme". Formo un puño con mi mano y lo dejo suspendido en el aire. No sé si quiero saber lo que está del otro lado de ésta, pero eso no es relevante. Necesito saberlo aunque no me guste. 

Trago saliva y me tomo unos momentos para pensar y aclarar mi mente. Aún decido creer en Jimin, aunque todo indique lo contrario.

Bajo el brazo, miro por última vez la puerta blanca manchada en la parte inferior y me hecho a andar casi arrastrando los pies. Estoy mentalmente exhausta pero por haber tomado tanto café, creo que no podré dormir tranquila hoy.

Le daré una oportunidad a Jimin de decirme la verdad por su propia cuenta y no tener que sacársela a la fuerza, como tuve que hacer con lo de mi nombre. Aún creo en él, con un nudo formándose en mi garganta y haciendo que mi corazón se impaciente, aún creo en él. 

Nunca antes me había sentido de esta forma. Camino absolutamente distraída, pensando en mi vida en estos últimos dos años. Como salí apresurada, creí que no había tomado mi celular y me sorprendo cuando empieza a sonar en mi bolsillo. 

— ¿Hola? —.

— ¿Dónde estás? —.

Ni siquiera reparo en ver el número de quien me está llamando pero reconozco esa voz. Automáticamente enciende una pequeña chispa en mi interior y me devuelve la calidez que mi cuerpo perdió hace un rato.

¿Dónde estoy? 

Busco el cartel con el nombre de la calle y me doy cuenta que estoy a pocas calles de la universidad. Ni siquiera sé como hice para caminar tantas calles sin darme cuenta.

— Cerca de la universidad. ¿Sucedió algo? — pregunto curiosa.

— Necesito decirte algo. Ve al pequeño parque que está a la vuelta de la universidad. Te espero allí — no me da tiempo a contestarle porque finaliza la llamada apenas termina de hablar. Distingo cierta urgencia en sus palabras y no puedo evitar preocuparme. ¿Le habrá pasado algo? 

Aunque no debería ir a verlo, pero antes de darme cuenta, mis pies ya me tienen en el parque. En uno de los bancos de cemento, hay alguien sentado de espaldas que ignora mi presencia y lo único que quiero es salir corriendo hacia él y que sus brazos me envuelvan y brinden seguridad y fuerza, que es lo que más me hace falta en este momento.

El sol está cubierto momentáneamente por unas nubes espesas y un gris opaco baña todo el lugar, pero no a él; sigue tan brillante como siempre. 

Eso es él: esa luz que irrumpe en el medio de la oscuridad y que ayuda a iluminar el camino de otros cuando sus propias luces se han apagado.

Me faltan un par de pasos para llegar a él cuando voltea sobre su hombro y me ve. Inmediatamente se levanta y hace esos pasos que me faltaron a mi. Esa urgencia que tenian sus palabras, se reflejan en sus labios, que se mueven sin emitir sonido. Por un momento me parece que está tiritando de frío. 

— ¿Qué pasa? ¿Qué tenías que decirme? — digo ansiosa al ver que no habla.

Yoongi da otro paso más hacia mi y antes de que yo pueda retroceder, me toma con ambas manos por las mejillas y me inmoviliza, clavando sus ojos en los míos. Tiene las manos frías y mi respiración se detiene; algo en sus ojos se apodera de mi habilidad de razonar y me transforma en algo parecido a un zombi.

— ¿No sientes nada? — finalmente rompe el silencio. Una extraña expresión de expectativa tensa las facciones de su rostro y aún más notablemente su entrecejo. 

|| Do You Remember Me? || Suga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora