Capítulo 8:Dagas

740 54 0
                                    

El miércoles por la mañana me senté en el jardín de de los Brooks, con la mirada fija en la casa de los Fletcher. Miré la hora, 7:57. Me paré y me dirigí hacia el bosque, a medida que iba llegando iba acelerando el paso. Cuanto más me adentraba, mas velocidad adquiría. La música salía por los auriculares y la melodía quedaba atrapada entre mi mente y mis oídos. Comencé a disminuir la velocidad, e intentar recuperar mi respiración. Tomé ventaja y corrí, para saltar y agarrarme de una rama gruesa y firme de un árbol. Comencé a hacer fuerza con mis brazos para intentar subir. Con la ayuda de mis piernas, logré sentarme y tener una mejor vista del bosque. Era un de los últimos árboles del bosque, a los lejos se veían algunas casas y palmeras. Escuché pasos detrás de mí. Eran las 8:43, Olive había venido a correr como todas las mañanas. Estaba llegando hasta donde me encontraba. Salté del tronco y caí en frente de ella.

-¡Qué demonios haces!-me gritó asustada quitándose sus auriculares. Yo reí- Vas a tener que dejar de hacer eso.

-Oblígame-Oli frunció el ceño.

-¿Qué estás haciendo aquí?

-Vine a entrenar.

-No me estas siguiendo ¿verdad?

-Tal vez-le respondí con una sonrisa torcida-ven, tienes que ver esto.

Olive me vio subir nuevamente al árbol, y la miré desde arriba esperando que subiera.

-¿Crees que voy a subir hasta allí solo para sentarme contigo? Estás loco, Trevor.

-Dime algo que no sepa, Olive Fletcher. Ven sube, no quieres perderte de esto. Pon tu pie allí, y agárrate de esa rama, yo te ayudaré.

Olive giró sus ojos, y se paró frente al árbol. Lo estudió unos segundos, e hizo lo que le indiqué. Estiró su mano para que la ayudara a llegar.

-¿Qué quieres que vea, Owens?-me preguntó de mala gana. La mire y levante las cejas.

-Okay, hasta aquí he llegado-salté del árbol y empecé a caminar.

Olive me miró enojada.

-¿Qué estás haciendo, Trevor? ¡Vuelve!

Me volteé y la miré serio.

-No puedo ayudarte sino le pones voluntad-Olive me miró extrañada-¿Cómo quieres que te muestre de qué se trata mi mundo si tú no te molestas en intentar?

-Está bien, lo siento. Sube y muéstrame-ambos sonreímos al mismo tiempo.

Corrí para tomar ventaja, salté y volví a subir.

-Quiero que observes. No que veas, que observes con atención todo lo que te rodea. Ahora cierra los ojos, intenta escuchar solamente mi voz-le susurré al oído- Piensa en tu mejor recuerdo. Pero no pienses en cómo te sentiste en el momento, ni tampoco después. Quiero que pienses qué pasaba antes de que te suceda aquello que marcó tu vida-Olive separó sus labios- No quiero que me lo digas, quiero que lo conserves en tu mente. Ese momento, ese segundo antes de que sucediera algo magnifico en tu vida. Es este preciso instante. Una fracción infinita, pero tan pequeña, de tiempo que sucede antes de algo trascendental. Ahora, abre los ojos. Pero recuerda, no mires. Observa.

Olive abrió sus hermosos ojos grises, y comenzó a analizar parte por parte todo lo que la rodeaba. Los árboles que se movían al ritmo del viento, la brisa veraniega que acariciaba su rostro, el sol que se escabullía entre los pinos.

-¿Lo ves igual que antes?-Olive no contestó, pero lo noté en su rostro- Bienvenida a mi mundo, Olive Fletcher. Donde hasta lo más insignificante y vulgar, puede volverse increíble y deslumbrante.

-Gracias-me dijo sonriendo y tomé su mano. Sus mejillas se pusieron coloradas.

-¿En qué pensaste, Olive Fletcher? A menos que haya sido algo relacionado con tu ex novio, en ese caso no quiero saberlo-Oli rió ante mi comentario.

-No, recordé la primera vez que bailé de verdad. No había público que me hiciera sentir presión ni nervios, ni mi madre analizando mis movimientos para luego decirme cómo mejorarlos. Era solamente yo, sintiendo la música latir en mi pecho, como si tuviera dos corazones. Mis brazos y mis piernas prácticamente se movían solos. Fue como volar, como cuando siento el viento en mi rostro- cerró sus ojos.

-Estás loca, Fletcher-Me empujó con una sonrisa-Así que bailas. Debí haberlo imaginado.

-¿Por qué lo dices?

-Porque se te nota, puedo verlo cuando caminas. Como si cada paso fuera un movimiento que hiciste en tu mente ¿Puedes pararte sobre tus dedos, y esas cosas?-Oli rió y asintió- ¿Y no te duele?

-Al principio sí, pero ya me acostumbre

Quedamos en silencio unos segundos. Olive dibujaba círculos con su pulgar en mi palma. Yo cerré los ojos, y luego los volví a abrir. Olive lo notó y se quedó mirándome.

-¿Lo has visto diferente?-me preguntó.

-No, lo vi igual de perfecto que lo vi antes de cerrar mis ojos.

-¿Y por qué lo hiciste?

-Busqué entre mis recuerdos el peor de todos. Y al abrir los ojos y ver todo lo que me rodea, le quite un poco de fuerza a ese recuerdo.

Miré fijamente a Olive, no podía creer que la tenía junto a mí, tomándome la mano. Acerqué mi rostro a ella.

-¡Trevor! ¿Estás loco? ¿Qué haces? No, no- Bajó del árbol, y empezó a caminar.

-Olive, espera-salté y corrí a alcanzarla- ¿Qué sucede? ¿Pensé que todo estaba bien?

-¡Lo estaba, hasta que intentaste besarme!

-Pero pensé que querías que te bese. Es la segunda vez que te tomo la mano, y no te has resistido nunca. Si eso tiene otro significado en California, discúlpame, porque no lo sabía-Olive relajó los hombros, y esquivó mi mirada.

-No pensé que te gustara. Solo pensé que eras un sujeto que intentaba coquetear conmigo. Y resultaste ser un buen chico. No eres lo que en un principio creí que eras. Y es por eso que no quiero que me beses.

-Eso no tiene ni el más mínimo sentido, Olive.

-No quiero que tus sentimientos hacia mi crezcan, por que los míos no lo harán. No quiero que te enamores de mí, porque terminaré rompiendo tu corazón. No puedo amar a nadie. Kyle tenía razón.

-Espera, no te pedí que te enamoraras de mí. Y discúlpame, pero que no hayas amado a Kyle-dije burlándome de su nombre-no significa que no puedas amar. La pasión que sientes al bailar, ese hormigueo que te provoca, tu corazón palpitando a toda velocidad. Eso es amor, Olive. No creas que no eres capaz de sentir amor. El hecho de que no hayas estado enamorada, no significa nada. No creas todo lo que la gente dice.

-No quiero que sientas algo por mí, Trevor. Mi mente no está preparada para algo más. No hay lugar en mi vida para alguien como tú.

-¿Alguien como yo?

-¡Sí! Vives tu vida aprovechando cada segundo, eres espontáneo y creativo. Tu vida arruinaría la mía-sus palabras fueron como dagas en mí- Disculpa, eso sonó terrible. A lo que me refiero es que no puedo hacerte un lugar en mi vida, Trevor. Sé que tú estás dispuesto a hacerme uno a mí, pero no puedo arriesgarme hacerte un lugar, y darme cuenta tarde que ese lugar siempre estuvo vacío.

-Olive, no tiene sentido lo que estás diciendo.

-Trevor, por favor, intenta comprenderme. No puedo sentir nada por tí. Intenta borrar todos los sentimientos que puedas llegar a tener hacia mí ahora, antes de que sea tarde-comenzó a alejarse de mí.

-Espera, Olive ¿Nos seguiremos viendo?

Por favor, dime "cuenta con ello", dime que seguiré viéndote.

-No lo sé, Trevor, no puedo pensar ahora.

t

1900 MillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora