1900 Millas

Capítulo 24: Karaoke

(Recuerden votar!! :D)

Siento que pasaron horas desde Olive se fue, y sus palabras siguen sonando en mi mente. Pero la maldita carta que mi madre escribió comienza a causar efecto nuevamente en mí. Vuelvo a llevar mi vista hacia ella, esperando que haya cambiado, que sea otra persona la que la haya escrito. Pero no, todo sigue igual, solo que ahora Olive está enfadada conmigo, y se marchó. La carta habla de lo mucho que la señora Peterson ayudó a mi abuela luego de la muerte de mi abuelo, cómo la hospedó en su casa a mi abuela y mis tíos, cómo la ayudo a conseguir trabajo a mi abuela, cómo la ayudó a mi madre cuando estaba embarazada de mi.

"Una de las cosas que más le agradezco, fue que me haya hecho entrar en razón cuando quise dar a Trevor en adopción. En el momento no podía hacerme cargo de él. Y quedarme allí me haría más daño, porque sabía que no podría darle lo que él merecía. No quería que él tenga el tipo de madre que yo nunca quise tener, quería que él pudiera ser criado como me criaron a mí. Aunque yo me haya arruinado la vida cuando era adolescente, no quería que Trevor sufriera como yo, quería que alguien le enseñe a no terminar como yo. Si bien al principio lo consideré mi mayor error, ahora es una de las mejores cosas que me sucedió en la vida. A pesar de que no me quiera hablar, y lo comprendo, no significo nada para él, pero me pone tan feliz saber que se convirtió en un gran hombre. Y todo se lo debo a usted, que siempre ayudó a mi madre a que no les falte la comida, a que el pudiera ir al colegio cuando afuera hiciera mucho frío, a que pudiera recibir juguetes en navidad. Nunca voy a dejar de agradecerle por todo lo que ha hecho en mi familia. Tal vez otros no consideren lo nuestro como una familia, mi madre tuvo que criar a sus dos nietos, pero es la mujer más fuerte que conozco, y nadie podría criar mejor a Trevor y Penny que ella. Espero que su vida haya sido muchas veces mejor que la mía, porque una persona como usted se lo merece. Gracias por tanto y por todo. Con amor, Lauren".

Un nudo en la garganta crecía cada vez más y más. Releí la carta una vez más, y sus palabras se quedaban grabadas en mi memoria, como tinta negra en la piel. Cada letra era un pinchazo que ingresaba. Dolía cada palabra. Cada frase me hacía estremecer. Cada vez que leía mi nombre quería gritar ¿Por qué nunca nadie me dijo qué había sucedido? Siempre que pregunté, me dijeron que mi madre no me podía cuidar. Con el tiempo yo saqué mis propias conclusiones. Pero esta carta no significa nada. Si, ahora conozco la historia, ahora sé porque mi madre no pudo cuidarme. Pero ¿Por qué no se quedó? ¿Por qué no ayudó a mi abuela a cuidarme? ¿Por qué no quiso oír mis primeras palabras, ver mis primeros pasos, curar mis primeros raspones al aprender a andar en bicicleta, acomodar mi cabello en el primer día de clases, preguntarme quién me gusta sabiendo que me pondrá incómodo? ¿Por qué se marchó, y no quiso formar parte de mi vida? Y ahora me quiere entregar dinero, pretendiendo que la perdonaré por todo lo que me ha hecho. Lo entiendo, era joven y no sabía qué hacer, pero no era excusa. Por lo único que le agradezco, es por no haber sido tan idiota como para darme en adopción, y que me haya dejado con mi abuela que es la mejor mujer que existe, y nadie más me podría haber convertido en la persona quien soy.

Llevo todo el día escribiéndole a Olive, pero no responde. No atiende mis llamadas y Sophie no quiere pasarme en el teléfono cuando la llamo a ella. Por momentos me enfado con ella, porque siento que su reacción fue exagerada. Si, lo sé, le grité y no estuvo bien. Pero, maldición ¿Cree que es sencillo para mí? Por supuesto que no, tan solo la idea de tener que volver desgarra cada parte de mí. Y el hecho de que ella no comprenda eso me fastidia aún más. Pero luego pienso en cómo se estará sintiendo ella. Fui yo quien salía a correr todos los días con ella, quien la buscó en la fiesta, quien le tomó la mano, quien la acompaño a su casa. Yo hice que sus sentimientos hacia mi existieran ¿Con que objetivo? No lo sé, no pensé qué sucedería luego. Y cuando termino de pensar todo eso, es cuando decido llamarla de nuevo. Un tono. Dos tonos. Tres tonos. Buzón de voz. Y vuelvo a odiarla, por exagerar con la situación, y hacérmela más difícil a mí.