Capítulo 49: Entrevista

463 31 1
                                    

Canciones para este capítulo:

The Fray - Happiness

Shawn Mendes - Kid in Love

John Lennon - Beautiful Boy 



-¿Cómo dijiste que era tu nombre, muchacho?

Me preguntó con una sonrisa de lado. Mi sonrisa. La que Olive tanto ama. La que mi abuela decía que me delataba cuando estaba bromeando. La que a Penny le da paz luego de una pesadilla. La que compartí con Connor desde que éramos niños. La que fingía darle a mis profesores cuando intentaban hacer un chiste. La que me animé a darle a mi madre luego de casi 18 años. Mi sonrisa es la suya. Es él. Sus ojos cargan esa chispa que mi mamá me había contado, dicen tanto y tan poco.

-No lo dije-simplemente le respondí, incapaz de formular una palabra coherente-. Soy...Trevor, señor.

-Trevor-repitió-. Mi abuelo se llamaba así. La empresa la creó mi padre, y él la nombró en su memoria.

Lo miré con extrañeza, y él rió.

-Trevor significa "sabio" o "prudente", Sophos significa exactamente eso en latín ¿Eres un chico sabio, Trevor?-preguntó con una contagiosa risa.

-Al menos he terminado el instituto-respondí con una sonrisa de lado, intentando calmar mis nervios.

-¿Planeas estudiar algo?

-Si...de hecho sí. Creo que iré a la Universidad de Chicago en Illinois con mi novia, ambos esperamos que nos admitan. Ella estudiará Administración de Empresas, yo creo que seguiré Trabajo Social en Jane Addams dentro del campus.

-Vaya-respondió asombrado-. Tienen todo planeado. Yo a tu edad no sabía nada de mi vida. Bueno, Trevor, cuéntame un poco de tú vida.

-Bueno...vengo desde Minnesota, por eso el acento extraño-él asintió y rió-. Estudié guitarra por seis años, esa es la única experiencia que tengo con la música. He sido gran fanático de la música en general desde pequeño.

-Puedo ver-me dijo señalando mi playera-, cuando era chico odiaba Nirvana. Una antigua amiga los amaba y me pasó su pasión por ellos.

Tragué saliva. Cuando estaba en Bloomington mi madre me dijo que ella tenía la misma camiseta cuando tenía mi edad. Will me miró, esperando que siguiera hablando.

-Terminé el instituto hace pocos días y vendré a Chicago a estudiar. Trabajé por unos años en un taller mecánico en Bloomington, mi jefe dijo que soy un gran trabajador-ambos estallamos en risas.

-¿Bloomington? Yo viví por un tiempo allí ¿Cuál es tu apellido? Tal vez conocí a tus padres.

Oh, créeme, los has conocido.

-Owens-respondí con un poco de miedo.

Sus ojos viajaron de la pantalla de su computadora hasta mis ojos, y allí se quedaron. Su mandíbula se tensó y sus ojos eran indescifrables. Nervios eran más que notorias en su postura. Ya no era el mismo hombre simpático y relajado.

-¿Owens?-repitió con su voz entrecortada.

Asentí y noté cómo su nuez de Adán subió y bajó, dejando pasar saliva por su garganta. Mi respiración se volvió agitada nuevamente, al igual que la suya. Metí mis dedos temblorosos dentro de mi bolsillo y quité un papel arrugado. Su carta, que no he dejado de leer. La puse encima del escritorio, y lentamente la arrastré hasta él. Cuando quité mi mano de encima, escuché como ahogaba un grito en cuando vio de qué se trataba. Sus ojos se llenaron de lágrimas y un dolor punzante en mi pecho apareció, que crecía a cada segundo. Sus dedos temblorosos abrieron el sobre y sus ojos leyeron aquellas palabras que había escrito hace casi 18 años atrás. Sus dedos se mojaron con sus lágrimas, y no tardó en secarlas con su traje. Sus ojos viajaron a los míos y aunque hubiese querido, no pude apartar mi vista de la suya. Me tomó por sorpresa poniéndose de pie. Caminó hasta donde estaba yo, y yo, inseguro de cómo actuar, hice lo mismo. Se paró frente a mí. Ambos teníamos casi la misma altura. Lagrimas nacían a los costados de mis ojos, que no abandonaban los suyos.

1900 MillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora