Capítulo 38: Catástrofe inevitable

445 31 0
                                    

Canciones para este capítulo: 

All I Want (Kodaline)---->Busquen la letra de esta canción, y después odienme por eso jajaja 

Like I'm Gonna Lose You (Megan Trainor ft.John Legend) 

La habitación giraba, y Olive estaba sentada junto a mí. Parecía estar a mucha distancia, entonces llevé mis dedos a su rostro y noté que en realidad estaba más cerca de lo que creía. Nunca había notado que Olive tenía cabello oscuro. Su sonrisa luce distinta. Su perfume no es el mismo. Su respiración contra mis labios no es como siempre, se siente distinto. Pero es Olive, entonces todo está bien

-Luces distinta, Olive-murmuré.

Sus labios casi rozando los míos. Su respiración contra mi boca.

-¿Qué has dicho?-Su voz sonaba enojada, y distinta.

Esa no es la voz de Olive. Diablos ¿Qué estoy haciendo? Parpadeé repetidas veces, para intentar enfocar mí vista ¿Haven? Maldición. Ella no es Olive. Nadie puede ser Olive.

-Haven ¿Qué haces?

-Tu...me dijiste...tu...-sus mejillas estaban completamente coloradas, y yo no comprendía nada de lo que sucedía.

Me puse de pie con velocidad y me arrepentí al instante. Apoyé una mano contra la pared para evitar caerme. Haven llevó sus manos hasta mi brazo pero me solté de su agarre. Necesito pensar, no que me ayuden. Puedo hacerlo solo.

-¿Estás ebria, Haven?-le pregunté enfadado.

¿Por qué estoy enfadado? Porque intentó besarme, ella sabe que tengo novia...tenía. Intento recordar porqué estoy aquí sentado con Olive...con Haven. Estaba contando la madera del suelo...luego le ofrecí jugar...y luego le dije que...quería besarla desde que la conocí ¡Maldita sea, Trevor! ¿Por qué dices cosas así si sabes que no es verdad? Es tu amiga Haven.

-No, no he tomado, yo tengo que conducir-me respondió sin verme a los ojos.

Oh no. Mierda, mierda, mierda, mierda. Esto es mucho peor de lo que creí. Si ella accedió a besarme...y no está ebria es porque...

-Creo que voy a vomitar.

Corrí hasta el baño. No tengo idea donde diablos está el baño. Me metí por un pasillo, y comencé a abrir puerta tras puerta. Todas estaban cerradas. Excepto una. Dios bendiga a América. Mi cabeza dolía, y sentía cómo gotas de sudor frío comenzaban a formarse allí. Mis manos estaban sin sensibilidad pero aún así las sentía frías. No me sentía bien, en absoluto. Caminé hasta el retrete y caí de rodillas al suelo. Todo el alcohol que había tomado en las pocas horas que había estado en esta fiesta salió de mi estómago. La sensación en mi boca y mi garganta fue horrible. Me puse de pie y abrí el grifo de agua para mojar mi rostro, nuca y boca. Tomé la pasta dental y puse un poco en la punta de mi lengua. De alguna forma tenía que sacarme el gusto espantoso que tenía en mi boca. Aire. Necesito aire. Caminé hasta la puerta, aún sintiéndome un poco mareado y débil, pero extrañamente mejor que antes.

A medida que me adentraba por el pasillo hasta la sala de estar, la música se hacía más y más fuerte, y mi cabeza dolía peor que antes. Torpemente, me aproximé hasta la puerta de salida. El frío de la madrugada golpeó contra mi cuerpo. Cortando cada parte de mí. Un frío que quemó, como cuando se sostiene un cubo se hielo mucho tiempo en las manos. Me senté en la escalera y disfruté de la gélida brisa que empujaba mi cuerpo. Miré al cielo y observé que no llovía ¿Qué diablos sucede? Mis mejillas estaban mojadas. No había notado que estaba llorando. Las lágrimas caían involuntariamente de mis ojos. Lloraba por la traición, por lo que tenía con Olive y perdimos, por haberla perdido a ella. Pero más aún por ser lo suficientemente idiota como para amarla a pesar de todo y creer que aún tenemos una oportunidad. Antes de darme cuenta y poder frenar mis dedos, me encontraba marcando su número.

1900 MillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora