Capítulo 17: Corran como Katniss

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Un guardia de seguridad agitaba sus brazos y me decía que no saltara. De a poco se acercaba hasta donde yo me encontrara. Miré hacia abajo, y la altura a la que me encontraba me hizo estremecer. Un mensaje de Sophie me llegó:

Sophie 12:21 pm

¿Dónde diablos estás? Estoy en el segundo piso con James, Finn y Allie.

Olive 12:21 pm

Suban en este instante a la terraza. Encuentren la forma de hacerlo ¡Suban!

-Señorita ¿Me oyó? No haga nada de lo que podría arrepentirse.

Si le decía que estaba allí porque solo quería tener una mejor vista, me sacaría del hospital y no podría ir a ver a Trevor. No sabía qué hacer. 

Las cosas que me haces hacer Trevor.

-¡No se acerque, porque...saltaré!

-¿Qué? ¡No, por favor! Quédate quieta ¡Piensa en tu familia en la gente que te quiere!

-Mi vida...ya no tiene sentido-le dije llevando mis manos a mi rostro.

La puerta se abrió y allí entro Allie, seguida de Finn, James y Sophie. Me miraron frunciendo el ceño, esperando una explicación.

Olive 12:26 pm

Síganme el juego.

-¡Voy a saltar, y no intenten detenerme!-grité mirando a mis amigos que intentaban ocultar sus sonrisas al escuchar lo que acababa de decir. 

-Por favor, no saltes ¿Ustedes quiénes son? ¿La conocen?-pregunto el guardia mirando a los chicos, y deteniéndose un poco demasiado en Sophie, por lo que James lo miró con el ceño fruncido. 

Todos asintieron simultáneamente, respondiendo la pregunta de guardia.Pero de todas las cosas que podrían haber pasado, no me esperaba lo siguiente. Finn se tiró de rodillas al suelo, agitando sus brazos en el aire.

-¡No te tires, Olive!

Intenté no reírme al ver la expresión de Finn, intentando seguirme el juego. Exagerado hasta la médula.

-¡No hay nada que puedan hacer!-le respondí poniendo mi mano en mi frente.

-¿Cómo que no hay nada, Oli? Me di cuenta que te amo-gritó James mientras se acercaba a mí.

-¡¿Cómo dices que dijiste?!-gritó Sophie ensanchando sus ojos. Todos la miramos e intentamos no reír. Esta situación era cada vez más extraña.

-Ven, amor. Arreglemos esto en privado-me dijo James estirando su mano y ayudándome a bajar de la cornisa.

Me dio un abrazo y pude ver por encima de su hombro, la vena hinchada en la frente de Sophie. No había un espejo, pero podía jurar que mis mejillas estaban completamente coloradas. Caminé hasta mis amigos y todos me abrazaron y por lo bajo reímos.

-¡Amo mi primer día de trabajo!-dijo el guardia y se sumó a nuestro abrazo con los ojos llorosos.

Todos nos volteamos a verlo y nos separamos. Conteniendo la risa, corrimos la piedra que evitaba que la puerta se cerrara y todos nos fuimos. Yo fui la última en cruzar la cadena de plástico naranja, cuando sentimos un grito.

-¡Muchachos! ¡Ábranme, me he quedado encerrado!

Todos me miraron, ordenándome con sus ojos para que vaya a abrir la puerta, pero justo en ese momento sentimos otro grito que nos hizo helar la piel.

-¡¿Qué hacen allí?!-nos gritó una enfermera. Todos nos miramos entre nosotros, esperando que alguno responda. Finn aclaró su garganta y yo salté la cadena para acercarme a mis amigos.

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