-¿Te puedo ayudar?-me preguntó un hombre alto, con traje y de cabello gris.
-Sí, vengo a buscar a su hija señor-le respondí con una sonrisa. Su mirada profunda me intimidaba.
-¿Y tú eres...?
-Trevor, señor, Trevor Owens. Iremos a correr con Olive al bosque.
-¿Owens? ¿Tienes algo que ver con los Owens de bienes raíces?-me miró con una sonrisa torcida. Negué con la cabeza, y volvió a fruncir el ceño. En eso bajó Olive-Hay un amigo tuyo aquí.
-Sí, lo sé, papá. Volveré en dos horas-le dio un beso en la mejilla y se acercó a mí que aún me encontraba del lado de afuera.
-Adiós, señor Fletcher, ha sido un gusto-no me respondió, tan solo cerró la puerta.
Olive me sonrió. Yo la miré y levanté las cejas.
-¿Planeas saludarme?-me miró, y comenzó a trotar en su lugar mientras se colocaba los auriculares.
-Sólo si me alcanzas-me dijo mientras comenzaba a correr a toda velocidad.
-¡Fletcher! ¡Espérame!-comencé a correr tras ella.
Si que corría rápido. Estábamos a la par, y comenzamos a meternos dentro del bosque. Podía ver cómo su coleta rubia se movía al ritmo de sus movimientos veloces y ágiles. Era difícil perderla de vista, porque llevaba un conjunto deportivo de colores bastante vibrantes. Me adelanté a ella, y frené adelante suyo, impidiéndole avanzar.
-Ya te alcancé ¿Vas a saludarme?-Olive apoyó sus manos en mis hombros, y me dio un beso en la mejilla-Okay, ahora. Ya hemos corrido por veinte minutos de la forma en la que tú querías, lo que me deja una hora y cuarenta minutos para que lo hagamos a mi manera.
-¿Y cómo vendría a ser eso?-me preguntó con una mirada desafiante y de brazos cruzados.
-No corramos, no por hoy. Mañana prometo venir y sudar como si me hubiese metido en una piscina, porque sé que me quieres ver con la camiseta sudada-Olive me miró con cara de asco y negó la cabeza. Ambos reímos- Quiero que te relajes, estira tus piernas y tus brazos, cierra tus ojos. Ahora, entrégame tu teléfono. No abras los ojos. Confía en mí, prometo no hacer nada extraño.
Olive me entregó su teléfono, y yo coloqué el mío en sus manos. Antes de que abriera sus ojos, me tomé una fotografía y la puse de salvapantallas. Conecté mis auriculares al teléfono de Olive.
-Abre los ojos-Olive me miró sin entender lo que estaba haciendo-quiero que desbloquees mi teléfono, vayas a la carpeta de música y reproduzcas en aleatorio. Yo haré lo mismo con tu música.
-¿Y cuál es el objetivo de todo esto?
-Conocerte. Que me conozcas. Ver si tu música es tan histérica como tu-Olive frunció el ceño y me empujó-A la cuenta de tres reproducimos la música. No puedes pausar, ni cambiar de canción. Uno...dos...tres.
Ambos le dimos play, y reímos al escuchar la canción del otro. Comencé a bailar al escuchar Shake it Off de Taylor Swift. Olive rió al verme hacer algo en lo que apestaba. Ella imitó a un baterista con Demons de Imagine Dragons. El tiempo pasaba, y nosotros habíamos sido bailarines, cantantes, bateristas, guitarristas. Olive rió como nunca la había visto en las tres semanas en las que había estado en California.
-¿Qué diablos es esto?-le pregunté al escuchar una canción de un artista con un nombre demasiado extraño.
-Tchaikovski- Olive rió- eso es lo que yo bailo.
-Baila, entonces-quité los auriculares, y la música se hizo más fuerte.
-No puedo bailar ahora. No he entrado en calor, y la tierra me dificultaría.
-Excusas. Las excusas son palabras que debilitan a los valientes. Prométeme que te veré bailar antes de que vuelva a Minnesota-Olive asintió y sonrió débilmente.
-¿Qué tan lejos está Minnesota de California?-me preguntó evitando mi mirada.
-Casi 1900 millas. Bastante lejos.
-Sí...lejos-Olive miró al suelo y puso play nuevamente a mi música.
Ambos comenzamos a caminar en silencio, nuevamente comencé a escuchar las canciones del teléfono de Olive. Pero ella no reía con mi música como lo hacíamos minutos atrás. Seguimos caminando, hasta casi salir del bosque. Ayudé a Olive a subir al árbol en el que nos sentamos la vez anterior, y luego subí yo. Tan solo observamos. En silencio. Un silencio que aturdía. Ambos habíamos dejado de escuchar música, pero ninguno se había quitado los auriculares. Olive cerró sus ojos y frunció su ceño. Su rostro lucía triste. Luego los abrió, y sonrió. Esbocé una sonrisa al verla.
-¿Qué es aquello?-le pregunté señalando lo que parecía ser un escenario abandonado, a poca distancia de donde nos encontrábamos.
-Solía ser un lugar en el que había conciertos y obras de teatro. Cuando era pequeña bailé allí con mi grupo de danza.
-¿Y qué sucedió?
-Un día un grupo de teatro realizó una obra. Tan sólo asistieron diez personas. Recibió pésimas críticas. El director de la obra enfureció el leer la crítica en el diario. Apareció en medio de la noche y quemó todo el lugar. Ya han pasado siete años y no lo han reparado. Solía amar ese lugar. De pequeña me sentía una princesa al subirme a ese escenario. Pero es una ruina, no se puede hacer nada con eso. Oí que van a quitar todo, y construirán casas al final del verano.
-Es una lástima. Imagina las historias que ese lugar contiene. Todos los gritos de fanáticos dedicados a bandas que han pasado al olvido, todas las obras de teatro con disfraces que nunca más volverán a ser usados...todas las pequeñas que se sintieron princesa por unos instantes. Creo que ese lugar merece tener una historia más antes de que lo derrumben.
Olive me miró sin comprender lo que estaba intentando decirle. Dirigió nuevamente su mirada al teatro abandonado, y lo observó unos minutos. Puedo que jurar que por un momento la vi vestida de bailarina, riendo. Moviendo delicadamente sus brazos al ritmo de la música clásica. Imaginándose una princesa.
-¿Y qué hay de ti, Trevor Owens? Alguna vez hiciste algo de niño que te haya hecho sentir como--
-¿Una princesa? Bueno, una vez, con mi amigo Connor, encontramos unos vestidos de mi abuela-Olive rió.
-No, sabes que no hablo de eso ¿Alguna vez hiciste algo que te haya marcado? Algo que aunque haya sido hace mucho tiempo, el recuerdo está vivo en tu memoria y nada lo destruya ¿Entiendes?
Me puse un poco tenso, y Olive lo notó. Intenté evitar su mirada, que ablandaba mis sentimientos.
-Disculpa ¿Te molestó la pregunta?
-No, no es eso. Sólo que...me haces notar que no tengo este tipo de recuerdos que tienes tu. Mi infancia no fue de la más linda de todas. Con mi abuela pasamos momentos difíciles ¿Sabes? Ella es la mujer más fuerte que conozco, y día a día noto que se debilita más. Y ella lo sabe, pero intenta no demostrarlo, por mí y por Penny. Me protegió de tantas cosas para que pudiera tener la mejor infancia posible. Por eso es que intento ser el mejor hombre que pueda, por ella. Cuando era pequeño no lo notaba, ahora miró atrás, y comprendo todo. Es por eso que quiero que Penny tenga la infancia que yo no tuve. A su edad, tenía que ver cómo mi abuela discutía con mi mad...Discutía con su hija, constantemente. Nos mudamos muchas veces, pero siempre volvíamos al mismo lugar.
-¿No tienes padres, Trevor?-me preguntó Olive, apretando mi mano, y mirándome con sus ojos brillantes.
-Creo que deberíamos ir volviendo, Olive. No quiero que tu padre se enoje, ya han pasado más de dos horas.
Gracias por seguir leyendo! Realmente lo aprecio, me pone muy feliz ver cómo los números de a poco aumentan. Descubrimos un lado de Trevor que no sabíamos, pero de a poco estos dos se van llevando mejor :) Sigan leyendo, recomendando la historia y votando... Los quiero!!
Por favor, voten y comenten, así sabré si le gusta y seguiré subiendo la novela :)
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1900 Millas
Genç Kurgu-No quiero que te enamores de mí... -No lo haré, lo prometo. -¿Lo prometes? -Sí, lo prometo. Pero por favor, no me apartes de tu vida. Olive me miró por unos segundos. Cuando vi sus ojos, me arrepentí de haberle prometido eso, pero no le...