#1 Why?

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Michigan, United States.

Sarah Morello no dejaba de ver el reloj sobre la pizarra de color blanco que estaba frente a sus ojos, ella tanto su amiga Vanessa Lee, esperaban que el reloj marcara las 2 y serían libres, por lo que restaba de noviembre, diciembre y medio enero. Ya habían hecho planes, ellas junto con el hermano de Sarah, Tony y Mark, mejores amigos del ya mencionado, irían a celebrar que eran libres de esta prisión, bueno tan siquiera por un tiempo.
10 minutos para las 2 y el señor Martinez, ni tan señor, era un joven de 29 años que les daba la materia de redacción, los miraba con sorna y burla, al percatarse que todos tenían su atención en el reloj circular colgado en la pared.
-Sus celulares, todos, sin excepción, en mi escritorio.- dijo quitando la sonrisa hermosa, o al menos así la describía Vanessa Lee.
Todos hicieron caso y dejaron los celulares en el escritorio.
-Relojes de muñeca y bolsillo igual.- así lo hicieron todos. Ya una vez con todos esos objetos en su posesión, se levantó de la silla del escritorio y fue a donde el reloj colgado en la pared y lo quitó.
La cara de todos fue una de desagrado.
-Quiero que en una cuartilla me relaten lo más impresionante que piensan que harán en estas frías vacaciones. Tiene que ser una cuartilla. Me importa un bledo si toca el timbre. No sale el que no termina.
Todos los miraron con mala cara, pocas veces el maestro Martinez les hacía una jugada de ese tipo.
Pero al final obedecieron, muchos terminaron en menos de 2 minutos, pero Sarah muy apenas y llevaba dos renglones, no tenía nada planeado, así que decidió ser sincera, sonó la campana y se vacío casi 3 cuartos del salón, otros 2 minutos pasaron y ella estaba ya en el aula sola. Terminó. Recogió sus pertenencias y le entregó la hoja al señor Martinez.
-Qué tenga unas bonitas vacaciones señor Martinez.
-Igualmente Morello. Nos vemos en el próximo curso.- le dijo con esa voz aterciopelada y sexy que provocaba escalofríos en muchas alumnas, pero no en ella.

Salió del aula con dirección a su casillero, conectó sus auriculares al iPod y Taylor Swift con Style sonaba en sus oídos, se dejó llevar por la música e iba cantando por lo bajo. Odiaba a Taylor pero sus últimas canciones eran realmente impresionantemente obvias y buenas. Esta claramente iba hacia Harry Styles. Que chica tan patética pensó Sarah. La canción terminó y empezó una en español.
Abrázame fuerte, ven corriendo a mi. Déjame que te diga otra vez que Te quiero.
Canturreo la chica ya con la cabeza dentro de su casillero dejando todos sus libros y sacando pertenencias personales, como un sueter, maquillaje y más cosas, alguien se posó tras ella y se tensó un poco. Retiró un auricular.
-Hola Sarah.- se suavizó al reconocer la voz del amigo de su hermano; Mark.
-Quítate de atrás. - le dijo Sarah nerviosa por la proximidad del chico.
-Ya tranquila. Edgar me dijo que te llevara a casa. Él. .- se rascó la nuca..- como explicarlo. Se ocupó un poco.
-Ese maldito mujeriego. - musitó con desaprobación Sarah.
-Anda Sarita camina.-dijo cuando la chica cerró el casillero y caminaron juntos hasta el estacionamiento hacia el auto del chico, un Jetta 2009 de color negro muy bonito. Subieron a este y la chica de un momento a otro tomó el cable auxiliar del estéreo y conectó su celular.
-Eres rápida. Y bonita.- le dijo Mark a Sarah.
¿Qué le pasaba a ese chico hoy?. Pensó la castaña. Ella por su parte no dijo nada pero un ligero sonrojo se asomo por sus mejillas.
Tal vez Vanessa abrió la boca y le soltó la sopa a Mark de que estoy enamorada de él. Volvió a decir mentalmente. Hizo play en su celular y comenzó a sonar Arabella de los Arctics Monkeys.
Los dos cantaban la canción y hacían ademanes de estar tocando una guitarra o la batería.
Llegaron a casa de la chica, se despidió de Mark con un beso en la mejilla, pero antes de bajar del auto, él tomó su mano con delicadeza.
-Quiero decirte algo Sarah, paso por ti a las 5, y de ahí nos iremos a la fiesta con los chicos. Sólo, necesito que me concedas ese favor.- su corazón dio un vuelco al escuchar la súplica del chico, de todo el tiempo que llevaba de conocerle, nunca lo había escuchado rogar por nada, pero ahí estaba, implorandole por unas horas de su tiempo.
-Claro.- susurró apenas audible para los dos.
Bajó del auto y quiso saltar y hacer un baile como loca para celebrar, pero algo dentro de ella le decía que no debería de hacerse ilusiones tan pronto. Abrió la puerta de su casa y ahí estaba su tía Helen Morello, algo pasaba.
-Tía que sorpresa.- le comentó dejando su mochila en la entrada, para luego acercarse a ella y darle un tierno abrazo y un casto beso en la mejilla.
-Te has puesto muy hermosa Sarah.- le mencionó su tía en forma de alago. Ella sólo le sonrió, vio el reloj de la pared 3:30.
-Bueno, entraré a la ducha, que tenemos planes para en la noche. Subió las escalera dirigiéndose a su cuarto.
-¿Crees que debamos decirle ya?.- le pregunto Helen a su cuñada Melisa Díaz.
-No creo que sea momento. Mejor se lo decimos mañana.

La pequeña Sarah, estaba en el baño de su habitación cantando en español.

Por un beso de la flaca yo daría lo que fuera.

Por un beso de ella aún que sólo uno fuera.

Mojé mis sábanas blancas,

Como dice la canción,

Recordando las caricias que me brindó el primer día.

Y enloquesco de ganas de dormir a su ladito.

Por que Dios que esta flaca a mi me tiene loquito.

Se colocó una toalla al rededor de su cuerpo y fue hacia su closet, sacando un vestido negro ceñido al cuerpo hasta la cintura y con un poco de vuelo hacia la parte baja, 3 dedos arriba de la cintura, combinandolo con zapatillas rojas y un poco de maquillaje 4:40, con la plancha para el cabello hizo unas pequeñas ondas en las puntas de su cabello, 4:55, recibió un mensaje.

*Ya estoy afuera*

Bajó las escaleras hecha fuego. Tomó su chaqueta negra del perchero.
-Vuelvo luego mamá.
-Cuidense hija.
Salió y volvió a subir al coche de color negro.
-Que hermosa te ves Sarah
-Gracias Mark. ¿Qué es eso tan importante que quieres....-
Su frase fue cortada por los labios del chico estampandose contra los suyos. ¿Acaso era un sueño?. Dijo aún en shock. Reaccionó cuando este le posó la mano en la cintura y acarició un poco, se dejó llevar al fin y el chico agradeció eso en su mente, luego de unos segundos se separaron.
-¿Por qué?.- musitó la chica agitada y aún con su rostro muy cerca, pero el no respondió, sólo sintió sus labios de nuevo en los suyos.

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¡Qué onda Cheetos! ¿Cómo estan? Espero y bien.
Espero les guste, son capítulos de introducción, no se me desesperen por los primeros capítulos son así para que sepan que onda ¿Okay?.
Espero y les guste babys :3 ¡Adiós!

Mark Miller es interpretado por Luke Hemings.

ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora