#57 Goodbye my Lover

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Goodbye my Lover

Su casa de Boston estaba sola, fue hasta el despacho de la planta baja y de un gabinete sacó una botella de cristal llena con whisky, un vaso del mismo material y fue a la sala.

Destapó el frasco para servir en el vaso, llenó este hasta el tope y lo tomo de un trago.

Llevaba borracho ya dos semanas.

No quería acostumbrarse a estar sin ella y solo así la recordaba.

Había estado viendo desde un lugar seguro cuando mandó la noticia a la familia de ella. De que, estaba muerta.

El dolor de una madre al perder a su hija no se debería de sufrir nunca.

Un padre no tiene por que enterrar a sus hijos. Va contra la naturaleza.

Apenas 10 días sin ella y ya sentía que era una eternidad.

Aventó el vaso contra la pared y ahí se estrelló, mientras gritaba de coraje y rabia.

Estas últimas dos semanas se encargó de todos los cabos sueltos, mató al ultimo hermano Casillas y al hijo de Aventó también.

Ya se había vengado de todos pero aun se sentía vacío.

Su sonrisa, sus lágrimas, sus besos, sus caricias, no volverían nunca y todo fue por su culpa.

Si tan sólo la hubiera dejado en paz.

Se llevó la botella, agarró sus gafas para el sol, las llaves de su auto, salio de la casa y entró en su vehículo.

Era un excelente conductor incluso ebrio.

Y se dirigió a donde ella estaba ahora.

-¡Puta madre Sarah!.- le gritó a su tumba.- Perdoname nena. No pude protegerte lo suficiente. Y ahora no estas.- le dio un sorbo a la botella.- Ay nena.
-¿Que haces aquí? .-
- No me vengas a joder maldito estupido y menos frente a ella.- lo apunto con un dedo de la mano con la que llevaba la botella.
-¿Crees que no se que todo esto fue tu culpa? ¿y cual frente a ella? Es un cadáver y todo por que te la llevaste y no pudiste controlarte.
-Mira maldito hijo de Puta. - le gritó al rubio.- Yo la amo como no tienes idea y ella a mi.
-Tu no conociste lo que fue la verdadera Sarah, ella te temía.
-Pues me temía, pero yo fui al único a quien perteneció. Fue mía.
-Una violación no cuenta como una prueba de amor.

La gota que derramó el vaso.

Los golpes comenzaron a llover sobre Mark.

Pero José las llevaba de perder, estaba en muy mal estado, Mark fue más rápido, vio el arma en su cinturón se la arrebato y apuntó contra él.

-Dispara, anda, si eres tan maldito hombre y así terminas con todo esto.
-No.- le quitó el cargador a la pistola y lo lanzó lejos.- mereces sufrir por ella. Mereces el no tenerla y que su fantasma te atormente por toda la vida. Por que fue tu culpa, que ahora ella este bajo tierra y ni tu ni yo, la tengamos.

Se fue alejando, mientras José quedó tirado en el piso y siguió bebiendo de su botella.

-Te extraño mucho bebé. - le dijo a la tumba, se sentó sobre la lápida y apoyó sus codos en la rodillas para poner sus manos en su rostro mientras unas lágrimas caían.- pronto estaré contigo.

Lo juro.

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-José ya déjate de pende ja das, te necesitamos en Alaska.- le dijo su hermano mientras abría las cortinas.- Ya pasó un maldito mes. Apesta a muerto aquí.
-Preferiría estarlo.
-Pero no lo estás y tienes que ir a trabajar.
-Tengo que despedirme de ella.- la luz no lo afectó aún estaba ebrio.
-Ella ya no está.
-Se que si me voy de aquí, ya no volveré, por miedo a enfrentarle. Déjame, una hora.
-Pues vete ya, te quiero aquí en 59 minutos.

Condujo hasta el panteón de nuevo, caminó hasta la lápida.

Sarah Morello 1999 - 2016
Amada hermana e hija.

Pintaba ahí.

-Hola nena. ¿Puedo?.- se refirió a sentarse arriba de su tumba.- gracias.- se sentó. - Tengo que partir bebé. Los inútiles de mis trabajadores me necesitan, sabes que soy el mejor en estas cosas. Y necesito despedirme de ti. Por que se que aunque no regrese aquí a Boston tu me seguirás a donde quiera que vaya. En New York te compré algo, pero no te lo di, por que se me hizo muy ñoño en ese entonces, ahora no tiene sentido dártelo, pero quiero que lo tengas.

De la bolsa de su pantalón sacó una cadena de plata con una letra 'J' . La colgó en la cruz que tenia su tumba. No se lograba ver mucho, ya que era gris, al igual que la lápida pero lo dudó como quiera, la quitó de ahí y la puso en un costado de la tumba.

-Creo que ahi estará mejor.- sorbio por la nariz y limpio sus lágrimas- se que te lo digo cada vez que vengo pero. Te amo, como nunca había amado a alguien. Y ese privilegio será sólo tuyo.

Se levantó de la tumba y mejor tomó la cadena.

-Sabes, mejor, me la quedo, así te recordare todos los días. Y espero poder darte la más adelante. La promesa sigue en pie. Estaré contigo muy pronto. Adiós mi amor.

*-*-*-*-*-*

No las pude hacer esperar más.

Este es el final.

Epílogo en próximos días.

ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora