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José estaba por llegar a Sinaloa, se iban a ver en un lugar apartado de la ciudad, Casillas le daría transporte pero el se negó, solo seguiría al auto desde atrás. Con su propio vehículo.

Llegó a un taller en el centro de la ciudad.

-Cuanto tiempo sin vernos.- dijo al entrar por el garge. -
- Vaya, vaya, si es el mismísimo Diablo en persona.- se abrazaron y dieron una palmada en la espalda.
De pronto una mujer con oberol azul cubierto de grasa y una gorra se acercó a ellos.

-¿José? .- le dijo la mujer de voz gruesa .
- Perdona, no te....- la miro bien.- ¿Fernando? ¡No mames!.- empujó a la mujer que ellos anteriormente la había conocido como hombre.- no mames, ¿que te pasó? .
- Pues renací.
-Estas bien mal de la cabeza.
- Cállate, y no tires tanto de la cuerda, por que a muchas mujeres les gustaría que Fernando se ocupara de ellas.
-¡Vete al diablo!.- se comenzaron a reír. - Te pasaste de verga. ¿Cómo te llamas ahora o que?
-Sheyla .
-¿Y eres zorra?
-Un poco. Pero, ya cuéntanos, ¿A que viniste?
-Casillas.
-¿Te metiste con él de nuevo? .- le preguntó Álvaro.
-Ese pendejo tiene algo mío .
-¿Que es?.- preguntó sin entender
-Si que eres pendejo Álvaro. - comento Sheyla.
-¿Qué?
-Es una mujer.- aseguró.- ¿o estoy equivocada?.

Rió nervioso y luego se puso serio.

-Así que el casanova de Boston se nos enamoró. -
-Claro que no, solo es una chica que conocí en un lugar, solo la estoy ayudando.
-No te piques los ojos tu sólo. Cariño.- Sheyla le tomó las manos.- pero ya, no te agobiarme más con esto.
-Vengo por la Harley.
-Mmm, algo para escapar rápido..
-Tengo asuntos pendientes. Con Muchas personas aquí. Tres para ser preciso.
-¿Quieres ayuda?.- se apuntó la chica.
-No quiero que te rompas las uñas, bebé.
-Pendejo.- todos rieron.

-Necesitaré su ayuda, veré a Casillas por estos lares.- señaló en el mapa.- en la camioneta se llevan a Sarah. Yo aún tengo cuentas que cobrar con Aurelio.
-¿Sarah?
-Es ella, la chica.
-¿Donde la llevamos?
-No la traigan aquí. - sacó un pequeño celular de la bolsa de su chaqueta.- Rodrigo esta en la lista de contactos, es el único. Llamen lo. Él pasará por ella. Pero no la traigan a este taller, será el primer lugar donde busquen.

Sacó la motocicleta a la calle, la montó, pero antes de encenderla llamó a Casillas.

-¿Donde?
-Vete a la Av. 46, ahí mis hombres te estarán esperando.

Por fin arrancó el motor de la motocicleta.

-Apeguense al plan, voy a prenden el localizador cuando ya este ahí. Van a tener 5 minutos.

Condujo hasta el punto acordado y después de intercambiar unas palabras con aquellos hombres los comenzó a seguir desde el fondo con su motocicleta.

Dieron demasiadas vueltas, típica técnica de personas estúpidas, pero al fin de cuentas quedaron en el área que él había señalado horas antes.

Ahí ya habían dos camionetas, y desde su lugar pudo ver que en una estaba Casillas y en la otra... Chema.

Esta vez no perdería oportunidad de matarlo, unos minutos después bajaron de la camioneta.

-¿Cómo estás José? .- le preguntó Aurelio.- Te vez, tenso.- dio un silbido fuerte. - Bajen la.

Y de las puertas traseras de la camioneta donde el venía bajaron bajaron a la chica con la cara cubierta por una bolsa de tela.

Apretó los puños para no perder el control. Era ella. La conocía perfectamente para saberlo.

Aurelio le quitó la bolsa de la cara y ella cerró los ojos con fuerza ya que la luz del sol le caló.

-Dile a tu héroe que lo necesitas princesa.

Fue en ese momento donde José encendió el localizador.

Le jaló el cabello a Sarah y repitió en su oído.

-¡Dile!.
-José por favor, te necesito.
-Suelta la ya.- dijo enojado y Sarah pudo distinguir esa mirada, la misma mirada de cuando dio la orden de matar a aquel hombre, esa misma mirada cuando la golpeó por primera vez y cuando la tocó sin su consentimiento.

Esto estaba más que mal

ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora