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Escuchar llorar a Sarah fue una de las cosas más dolorosas para mi.
Me contó todo, pero se que hay algo en sus ojos que me dicen que le falta algo.
Algo me esta ocultando, pero no quiero presionar la.
Bese su cabeza y la.cargue en mis brazos y la recosté en su cama.

Con una toalla seque su cuerpo, que era mucho más delgado que la ultima vez que la vi. Y en los cajones empecé a buscar ropa.

Unas pantis rosas y una camisa fue lo que le coloque a Sarah, para que no estuviera desnuda.

Por que no sabría cuando despertaría. Una vez la vestí, cubrí su cuerpo con una manta y me dirigí a la puerta.

-No..- escuche su débil voz.- quedate, conmigo...- y volvió el silencio. Mark seguía con su ropa mojada y solo fue al cuarto donde se estaba quedando por un pantalón de pijama y unos boxers secos.

Cuando ya estaba vestido así se acomodo en la cama con ella, abrazado la por la espalda y brindándole el calor de su propio cuerpo y delicados besos en el hombro.

.
.
.

Cuando desperté sentía el calor de Mark tras de mi. Era algo tan relajante, que me ayudaba a darme cuenta que estaba en casa.

Pero eso me traía a la mente que, mi libertad era condicionada.

-Sarah, ¿estas despierta?.- gire para verlo.- Hola.
-Hola.- le respondí
-Tenemos que hablarles a tus padres. Me matan si no lo haces.- asentí en respuesta.-no te levantes, traeré el teléfono.

Pasaron unos minutos y el llegó con el inalambrico en las manos, me senté y respire va tías veces.
Extendí mi mano para que me entregará el aparato. Marqué el numero de la casa de mis padres y no tardaron más de dos timbres para que contestaran.

-¿Hola? .- escuche la voz calmada de mi madre, pero las palabras no salían. - ¿Hola? .- volvió a decir pero yo no podía articular palabra.- Voy a colgar.

-Ma. ..má. Soy... soy yo, Sarah. Estoy en casa.
- Sarah..- dijo como en un susurro
-Estoy en casa, con Mark, no hay nada de que preocuparse Ma.
-Pensé que nunca volvería a escuchar tu voz de nuevo.
-Madre yo, solo perdoname.
-No tengo nada que perdonarte, es yo no ha sido tu culpa.
-Lo se, pero .
-Sarah, vamos a ir a verte.
-No mamá, estoy bien.- Mark le quitó el teléfono
-Si señora Morello, ella esta bien conmigo.
-Sin ofender Matt.
-Mark
-Mark, la ultima vez que dijiste eso, le rompiste el corazón y luego la secuestraron. Iremos para allá. - y colgó.
-Tus padres vendrán. ¿quieres que le hable a tu hermano?.- apenas Sarah iba a contestar pero el teléfono sonó.- ¿Hola?.- se lo dio a Sarah.- es para ti.

-Hola
-Sarah, ¿estas bien?. ¿Quienes fueron los malditos cabrones que te hicieron esto? ¿Se atrevieron a tocarte?
-Edgar...
-No nada de eso. Contesta.
-No paso nada, solo unos secuestradores de trata de blancas.
-Esos malditos.- Mark volvió a quitarle el teléfono.-
-Edgar no la agobies, ella esta mal, no necesita más reclamos por el momento.
-Mira Miller, si no te he matado es por mi hermana, por mi, ni te dejaría verla. Por que no tendrías con que hacerlo. Más vale que no le pase nada mientras llegan mis padres. Adiós. - y le colgaron de nuevo.

Sarah seguía llorando y Mark volvió a abrazarla.

-Mark, estoy en casa.- se escuchó la voz de la tía de Sarah.
-Me van a cortar la cabeza. Acá arriba tía. - dijo él.
Se escucharon los tacones por las escaleras.
-No ha llamado...- entró a la habitación y vio a Sarah.- nadie... Sarah.

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Baia baia.

Se puso picoso.

Vean la multimedia. SimSimi sabe (y)

ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora