#10 Twelve

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Llegaron a la escuela entre risas y bromas, bajaron del auto y unos que otros los miraban, fueron hasta donde el director y le dieron el horario a Tony, entonces se dieron cuenta que compartían 2 de las tres clases que ella tenía en el grado superior.
Su día iba de bien a mejor, ya era descanso y junto a Rach e Ian se sentaron en una de las mesas del centro, estuvieron contando varias cosas de su vida en Pontiac, Michigan, y ellos de lo que era vivir en Boston.
La hora de salir llegó y vio a su amigo en la salida, él la dejaría en su casa, era uno de los mejores días en lo que llevaba de la semana, una vez sola se empezó a preguntar el por que los días pasados los sentía como un infierno y se tensó al recordarlo.
Él. Lo dejó "plantado" por segunda vez. Corrió a su habitación pero todo estaba en su lugar y por alguna razón se preocupó más.
Un ruido la hizo saltar en su lugar. El teléfono. Contestó rápidamente al ver el emisor de la llamada.
-Hola.
-Hola.- dijo desganado
-¿Sucede algo?
-Si.... creo que en esta relación soy el único que se preocupa.- y al escuchar eso ella se sintió horrible, esta semana que iba sólo el la había llamado, ninguna vez fue de su parte, sin contar que ayer no se dignó a tomar el celular.
-Perdona, si, es que con esto de acostumbrarme a una nueva vida, escuela, horario, me ajetreo y no pienso en nada. Pero te juro que te llamaré.
-Esta bien. Pero no es sólo eso. Tony...
-Lo se, es genial ¿no?
-¿Por que debería serlo? Se fue, al igual que tu, ahora sólo somos Edgar y yo.
-Es genial para mi. Esta en mi escuela y compartimos clases.
-Ese bastardo
-No le digas así.
-Lo odio, el te verá todos los días y yo sólo, sólo no podré, aparte que mis padres no creen que deba manejar hasta Boston solo, las aerolíneas están cerradas a causa de la nieve.
-Maldito clima.- dijo ella.
-Lo se.- y fue lo ultimo que escuchó por que lo sintió fue que alguien le arrebató el celular y lo estrelló contra el piso, el siguiente movimiento fue ella estampando se contra la pared en un fuerte estruendo que provocó que se quejara de dolor mientras un cuerpo la aprisionaba.
-¡¿A que puta hora te dije que nos teníamos que ver?!.- le gritó y un sollozo salió de sus labios por el miedo que sentía. - ¡Contesta me carajo!.- ella no lo miró.- ¿A que hora?.- dijo más bajo, pero más duro.
-Pudrete.- le escupió con valentía y el chico estalló en risas. Golpeó la pared provocando que se pusiera pálida del susto, se estaba controlando para no golpearla.
-¿A que hora?.- no contesto.- ¡Dime!.- volvió a exigir.
-¡Que te den por....- no pudo terminar la frase por que los labios del chico se estamparon en los suyos con pasión, furia y desesperación. Ella estaba en shock, los labios del pelinegro se movían con avidez sobre los de ella, pero esta no hacía movimiento alguno, al percatarse de ello una de sus manos se fue a su trasero, estrujando uno de sus glúteos haciéndola gritar y en el momento que abrió los labios introdujo su lengua en la cavidad bucal de la castaña haciéndola perder la razón. El condenado sabia como besar. La mezcla de tabaco y menta de sus labios la estaba sofocado, sentía que se iba a desmayar a falta del oxígeno vital, se separó de ella y volvió a decir.
-¿A que hora te dije?
-A las doce.- dijo ella indignada, después de decir esas palabras él le lamió el labio inferior y luego lo mordió hasta que ella se quejó por el dolor.-
-Y ahora recibirás el castigo que mereces por haberme olvidado.- eso provocó que Sarah se tensara, ¿acaso se refería a.....? Su pensamiento se corto gracias al sonido del celular del chico. Contestó de mala gana.- Trouble. ..- dijo dando a entender que era él. - ¿ahora? Está bien, dame 2 minutos y estoy ahí.- colgó y la volvió a mirar.- te salvas.... por ahora.- se giró y salio por la puerta del frente, luego se escuchó el derrape de unas llantas contra el pavimento y como el motor se alejaba.

Se quedó inmóvil en su lugar sin saber cómo reaccionar, se fue deslizando hasta el piso y ya en el, miró un punto fijo tratando de procesar la información pero su cerebro seguía sofocado.

Él iba en la carretera a 120 km/h esquivando hábilmente los autos que se le cruzaban en el camino. Llegó a las afueras de la ciudad y bajo un poco la velocidad.
Se delineo la comisura del labio inferior con la punta de su dedo índice recordando como había besado a la chica hace unos minutos, no sabia por que pero, quería repetirlo.
Giró cuando vio las bodegas pertenecientes a su "organización" y el guardia al verlo le abrió las puertas para que entrará.
Una vez dentro bajo del auto y se dirigió a donde estaban todos reunidos.
-Te tardaste años.- le dijo Flin su amigo de descendencia árabe con un acento raro.
-Sólo fueron unos minutos, no exageres. ¿Qué pasó?
-Pues hay que ir por la entrega como dijo Venegas.- le informó su amigo Eduardo.
-¿En donde?.
-Pues donde siempre, en el pequeño helipuerto más afuera de la ciudad.-los interrumpió un teléfono. - si.... vamos para ayá... a las camionetas.
Subieron en tres camionetas Chevrolet Tajo de color negro, en una iba José en el asiento copiloto y Luis en los de atrás con uno de seguridad al volante y dos mas con Luis.
En la segunda Eduardo y Flin con otros tres de seguridad. Y en la última Ryan y Alex.
Se tardaron 5 minutos en llegar y cuando lo hicieron ahí ya estaban los hombres de José Maria Venegas.
-Vaya, la pandilla esta incompleta. - dijo Chema, como lo conocían ellos, en español-
-Si tuvieron problemas.- comentó José saludando al hombre.- ¿Y tu Chema? te pierdes hombre.
-Tengo cosas que hacer con Victor y con otros cabos sueltos que hay por ahí.- Chema miró a su gente que estaba sin hacer nada y escuchando la platica.- ¿Qué están esperando? ¿Una invitación? ¡Muevanse!.- les grito.
En seguida descargaron la mercancía y la escondieron en los compartimientos secretos que las tres camionetas poseian, no era mucho y por ende todo se acomodó muy bien.
-Supe que Rodrigo esta por la zona.- dijo Chema encendiendo un cigarrillo y dándole uno a José y este lo aceptó.
-Si, esta en casa y ni si quiera se por qué.
-Estaré unos días por aqui, a ver si se da algo.
-Pues el sábado estaremos de fiesta, Strecci cumple años.
-Más que mejor, ahí estaré.-

Los dos hombres se despidieron y se fueron cada quien por su lado, desapercibidos, sin que nadie supiera lo que acababa de pasar.
Ellos volvieron a las bodegas dispuestos a guardar la mercancía y luego largarse, mañana se encargarían de todo eso. Estaban en la entrada de aquellas bodegas, al fin entraron y esperaron a que los de seguridad descargarán todo y cada quien partió para su lugar.
Jose tenía pensado darle una visita a la pequeña chica, por sus 'asuntos' pendientes por haberlo dejado plantado, es que cuando el decía algo se cumplía de una u otra manera y esa chiquilla lo estaba retando y él ganaría en ese caso.

*-*-*-*-*-*-*-*-*

¡Qué onda Cheetos! ¿Cómo están? Espero y bien. No me maten por no subir el lunes andaba muuuuy mal.
Lo cierto es que este capítulo estuvo salseante ♡♡♡♡ Nos leemos el viernes ¡Adiós!

José Maria Venegas es interpretado por Mauricio Ochmann

ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora