#56 It's Gone

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Para hacer peor el momento Chema bajó de la otra camioneta, fresco, sin saber cual seria su destino proximo

La furia que estaba guardada y recabada en José creía aún mas.

Pero para atacar tenía que esperar, si no todo se arruinaría.

Pero de un momento a otro todo cambio, los hombres tomaron a Chema por los brazos y lo arrastraron hasta sus pies.

-Anda, ahí lo tienes.- le gritó Aurelio
-¿Que estas haciendo Casillas?
-Mata a el hijo de puta que se atrevió a tocar a tu mujer.- y un arma le fue entregada en sus manos.

Lo mejor era que tenia dos armas en sus manos ahora.

Pero aún no era tiempo.

-Matalo. - y le puso un arma en la quijada a Sarah.- o ella muere.

Sin pensarlo una vez más miró cuantas balas tenía la pistola, cargó y disparo entre las cejas del hombre.

Segundo hombre que ella veía morir en sus manos.

Casillas se empezó a reír.- Me haz ahorrado el problema con mi hija.-

Bajó la mirada a el reloj en su muñeca.

Y fue el momento donde apuntó hasta Casillas.

-Sigues tu.
-Estas rodeado, no seas pendejo.

Luego cinco de los 8 hombres calero muertos al piso. José le disparó a los otros tres y solo quedaban ellos.

-Estas pero que si bien idiota.

Aventó a Sarah a sus pies y él intentó ayudarla.
El arma de Aurelio apuntó en el momento en el que se agachó disparó pero ella movió a José y la bala impactó en uno de sus costados, rompiendo tejidos y haciendo que cayera al piso.

No la agarró.

Disparó su arma tres veces en el pecho del hombre.

-Mi hermano te va a matar. - dijo escupiendo sangre.
-Tu, tu hermano y toda tu familia me la pelan.- y disparó dos veces en su cabeza.

Miro a Sarah y se estaba apretando en la herida.

-Vamos nena, quedate conmigo te voy a llevar a casa.- la cargó en sus brazos y corrió hasta el auto donde sus amigos venían. - Álvaro la moto.
-José. - dijo débil.
-Dime nena, hablame, no te duermas.
-Ya te dije.... que...- tosió. - odio... que me... digas nena.- soltó una risa.
-Sigue hablando conmigo bebé.
-Es.. la primera vez que me dices así. ¿Vamos a New York?
-No amor.- y Sarah pudo jurar que una lágrima corrió por su mejilla.- a casa, a tu casa.
-¿Te puedo decir algo?
-Dime Sarah, solo no te duermas.
-Al fin de cuentas lo conseguiste.
-¿Conseguir que?
-Estoy a tus pies, eres.....- tosió sangre.- eres un maldito.... pero a fin de cuentas así. ... así te amo..- y sus ojos se fueron cerrando.
-Sarah... no te duermas.- le daba palmadas en las mejillas y abrió los ojos.
-¿Y tu?
-¿Yo qué?
-¿Me amas?
-Más que a mi vida...

Sonrió y limpio la sangre de su boca.

-Besame.- y se fue acercando a ella.

Sus labios se juntaron y el beso fue lento.

Como nunca la había besado. Era su verdadera prueba de amor.

Ese beso fue lo que le hizo creer sus palabras, no eran juego. Realmente la amaba.

Las fuerzas de Sarah con cada beso se fue desvaneciendo.

Sus pulmones llenos de sangre ya no la dejaban respirar y su corazón latía más lento cada vez.

Su cuerpo ligero como una pluma, se hizo aguado como gelatina y una ultima lágrima corrió por su mejilla al mismo tiempo que su corazón dejó de latir.

-No, mi amor... Sarah..- y tres disparos al techo del auto fueron disparados.
-José...- le gritó Sheyla. Pero siguió disparando, frenó bruscamente y luego le dio una cachetada.- ¡Se fue!

ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora