Entré a mi oficina estaba molesta a pesar de lo que le dije a Lugman.
¿Cómo era posible que me hiciera esto por venganza?El muy iluso creía que yo era un juguete, pues las cosas conmigo son como a mí me gustan, así había decidido que fuera mi vida y no la iba a cambiar por él.
Me senté tras mi escritorio a lo que entraba mi asistente.
-¿Qué pasa Jake?- dije secamente.
-Disculpe venía a informarle que el caso Smith retrocedió totalmente por un problema de transcripción en los documentos-
Mi furia se intensificó.
-Cómo es posible Jake, tú mismo revisas los documentos antes de que salga de aquí. Se supone que era algo simple y por eso te pedí a ti que lo revisaras-
-Si señorita Minner, lo sé, disculpe. Sé que fue mi error- dijo bajando la mirada.
-Ahora sal y déjeme sola, no me pases llamadas, no estaré para nadie... Y tramita el nuevo documento, en cuanto esté listo lo revisaré yo- dije girando mi silla hacia el ventanal que tenia detrás que dejaba ver toda la ciudad.
Sentí tras de mí la puerta cerrarse.
Momentos más tarde miré mi reloj y ya eran las cinco de la tarde. Tomé mis pertenencias y caminé hasta la puerta. Había pasado toda la tarde sola en mi oficia, a excepción del momento en que entró mi asistente a darme la carpeta con los documentos.Tomé la carpeta y caminé hasta la puerta con el ceño fruncido, al pasar por la mesa de mi asistente puse la carpeta encima y sin caminar dije
-Encárgate de que llegue a su trámite sano y salvo, no quiero otro error- apretando el botón del elevador, me despedí.
-Que tengas buena noche Jake-
Entré en el elevador sin darle tiempo a que respondiera y dejándolo parado tras su escritorio.Caminé hasta mi Range Rover dejé la bolsa en el asiento trasero y conduje hasta mi departamento.
Esta noche necesitaba olvidarme de todo lo ocurrido y Sid era la mejor opción. No estaba jugando cuando dije aquellas palabras a Lugman.
Aparqué el auto y sin necesidad de apagar la radio porque no la había encendido, tomé mi bolsa y caminé hasta el levador que me llevaría hasta mi departamento.
Ya en él, busqué mi móvil y marqué el número de Sid.
-Bueno- respondió Sid al otro lado del móvil.
-Hola solo quiero hacerte una pregunta- dije en tono seco.
-Dime, ¿en qué te puedo ayudar Brittany?- preguntó algo curioso.
-¿Esta noche eres mío?- un silencio inundó la línea telefónica, pero sabía que Sid sonreía al otro lado.
-Disculpa pero tendré que responderte con otra pregunta- dijo éste algo divertido.
-¿Quieres que sea tuyo esta noche?-
Blanqueé los ojos.-Por algo te estoy llamando. Y no, no quiero... lo necesito y te espero en media hora- no estaba de humor para preguntas estúpidas.
-En media hora me tendrás Minner-
Tranqué mi móvil mientras lo dejaba junto con la bolsa en la cocina.Tomé un vaso de agua y fui hasta el baño. Me quité toda la ropa, me duché y fui al cajón de ropa interior. Escogí uno de esos conjuntos de encaje que abundaban en mi closet. Esta vez color rojo, con medias caladas del mismo color. No me tomé la molestia de ponerme nada que medio me tapara, total la perdería en menos de lo que pudiera pestañear. Trencé mi cabello, pues no quería que nada me estorbara.
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HOY ERES MÍO
RomanceBrittany Minner Una persona que gracias a decepciones familiares y amorosas, se convierte en una mujer regia, eficiente, luchadora, al principio fuerte como piedra y un tanto arisca; la vida la enseña y la lleva darse cuenta que el goce de la mis...