Capítulo LIII

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Cuando me percaté, James estaba aparcando el auto en las afueras de otro de los mejores hoteles de la ciudad.

Supuse que comeríamos en el restaurante del mismo; pero no, ya adentro observe como "mi esposo" me conducía hacia el ascensor para bajarnos en unos de los pisos del edificio y abrir la puerta de una de las más lujosas habitaciones con una tarjeta codificada que guardaba en su bolsillo.

Abrió la puerta para mí, diciendo enseguida un "adelante señora Stong" y dejándome ver una mesa con comida para dos y detrás una cama llena de rosas.

La situación me preocupaba.

Seguí para dejar mi bolso en una cómoda que había justo en frente del ventanal, pero justo cuando volvía para tomar mi postura recta, James me sorprendió abrazándome por la espalda y dejándome besos en todo el cuello.

Mi cuerpo tomó una rigidez para nada disimulable.

-¿Pasa algo mi amor?-

Moví mi cabeza de lado a lado para indicarle que no sucedía nada... Cuando en realidad si pasaba.

Mi subconsciente, y hasta yo, estaba clara... Estaba clara que James era mi esposo y que tenía deberes con él. Pero no quería... No quería estar con él, ni ahorita ni en mucho tiempo. No lo deseaba. Mi cuerpo y mi mente solo deseaban a Jake.

Entre tantos pensamientos, recapacité cuando James me tenía acostada sobre la cama, besándome apasionadamente, como siempre lo hacía.

-James... ¡James!... ¡JAMES, PARA YA!- terminé gritando algo obstinada y enseguida quitándomelo de encima para ponerme de pie.

-¿Qué pasa mi amor? ¿Qué tienes?- dijo con un tono preocupado

-No me siento bien. No tengo ganas ahora... Debo irme...-

Tomé mi bolso y salí rápidamente de la habitación. Subí al ascensor y marqué a la primera planta para salir casi que volando del hotel.
Mientras hacía todo aquello pensaba en que había cometido el peor error de mi vida.

¿Cómo pude actuar así?... Era lo que me repetía una y otra vez en mi mente.

Sabía que no debía haber actuado de esa forma... Sabía que me arrepentiría en cualquier momento cercano de la situación... Pero era eso, o hacer algo que la verdad no deseaba ni un tanto.

Al salir tomé el primer taxi que se cruzó a mi vista.

Sin pensar mucho marqué el número de Jake en mi móvil...

Le indiqué que lo quería en media hora en mi departamento, y sin siquiera darle alguna explicación colgué la llamada.

Esta situación de casada infeliz estaba volviéndose insoportable. No sé cuando tiempo más aguantaría estar lejos de Jake, y no solo eso, sino el estar junto a James.

Pagué al taxista y corrí hacia la entrada; hasta el clima se había puesto igual que mi humor.

Al abrir la puerta de mi departamento a primera vista estaba Jake, lancé mi bolso en el sofá y corrí hasta sus brazos para besarlo y desahogarme con él...

-¡BRITTANY!-

...Fue el grito a mi espalda que me hizo separarme de Jake de ipso facto.

Palidecí y no sé cuantas cosas pasaron por mi mente.

¡Dios mío!

-¡PRIMA! ¿Qué haces aquí?- dije casi tartamudeando.

-Por Dios Brittany, ¿qué estás haciendo?... Yo... Yo te vi montar el taxi que te trajo hasta aquí. No tengo batería en mi móvil y como tenía tiempo sin verte, decidí seguir el taxi para encontrarme contigo. Cuando bajaste del taxi te grité, pero por la lluvia no me escuchaste, pero... Bueno, ya no importa. Solo quiero que me digas, ¿¡Qué hace Jake aquí, contigo, y en este plan!?-
Carlotta hablaba más preocupada que molesta.

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